Mujeres abren puestos de venta en Facebook por criminalización de ambulantes en La Paz

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Fondo Concursable para la investigación periodística

La Fundación para el Periodismo, con el apoyo de Solidar Suiza, publicó por tercer año consecutivo la separata “Prioridad” que este año abordó la temática del empleo/desempleo en casos de mujeres y madres jóvenes. El objetivo de este programa es visibilizar en los medios de comunicación impresa la situación laboral, social y económica de ese segmento de la población, reflejando la problemática de conseguir un empleo digno cuando se es joven, mujer y madre.

De las postulaciones de todo el país, fueron seleccionadas las propuestas de periodistas de La Paz, Cochabamba, Oruro y Tarija.

A partir de este lunes 05 de diciembre, presentaremos los 16 reportajes que son parte de la separata “Prioridad” publicada con el periódico Página Siete, el martes 29 de noviembre de 2016.

Daniel Ramos

•    Más de 31.000 gremiales «formales» ocupan las calles de la ciudad con un número mayor de «informales».

•    El 56% de las personas económicamente activas en La Paz no tiene trabajo, la tasa de desempleo en mujeres de entre 15 y 24 años alcanza el 24%.

•    Las redes sociales aparecen como alternativa para conseguir ingresos al día sin pagar tributos.

Necesidad de trabajo

Tres de cada diez adolescentes se embarazan por día en Bolivia según el Ministerio de Salud. Una de las consecuencias de la maternidad no planificada es la necesidad de trabajo que tienen las mujeres jóvenes quienes renuncian a los estudios para ser madres. En muchos casos perdieron el apoyo económico de sus familias o fueron abandonadas por sus parejas.

Un embarazo, la crianza de los hijos o la falta de recursos generan mucha angustia y pareciera que la primera opción o quizás el camino más corto para cubrir las necesidades básicas es vender golosinas, frutas, bisutería, ropa o comida en los centros urbanos al no contar con un capital o instrucción universitaria.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), Bolivia tiene poco más de 10 millones de habitantes, de los que 7,9 millones están en edad de trabajar: 4,6 millones (59,4%) tienen empleo y 3,2 millones (40,6%) están calificados como población económicamente inactiva.

La ciudad de La Paz (925.378 habitantes), muestra un alto grado de desempleo. Un 56% de las personas económicamente activas no tiene trabajo. Un estudio del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA, 2012), revela que la tasa de desempleo en mujeres entre 15 y 24 años alcanza el 24%.

Las embarazadas y mujeres con hijos pequeños están particularmente afectadas porque tienen mayor dificultad para encontrar empleo y peor cuando la tasa de desempleo subió de 3,5% a 4,4% en el país entre 2014 y 2015 como reconoció el Gobierno.

En La Paz, la mayoría de las mujeres están empleadas o autoempleadas en el sector informal. Salen de sus casas en la madrugada para ocupar calles, avenidas, puentes y plazas hasta altas horas de la noche, haga frío o calor.

El Gobierno sostiene que en los últimos años se creó más de medio millón de empleos en el país y que el salario mínimo nacional creció en 310%, de 440 a 1.805 bolivianos, entre 2005 y 2016; pero, el aparato estatal y las empresas formales están llenos. También las calles.

«El incremento salarial y el segundo aguinaldo hicieron perder competitividad a la industria nacional frente a las importaciones legales e ilegales (contrabando), lo cual produce un mercado laboral formal reducido para la contratación de nuevos trabajadores (as)», estableció la Cámara Nacional de Industria.

«La inflexibilidad de las normas laborales, en particular para las mujeres, genera restricciones para su contratación en el mercado formal», añadió en referencia a los costes de la seguridad social.

El mercado grande

La Alcaldía de La Paz afirma que hay poco más de 60.000 vendedores en las calles de La Paz; de ellos, 31.000 están asociados en algún sindicato y el resto son ambulantes. Por otro lado, dirigentes gremiales afirman que el número supera los 100.000.

Los 7.000 comerciantes que ocupan los mercados de la ciudad no están incluidos en ese conteo.

«Somos más, debemos llegar a ciento y pico. Estamos llenos de comerciantes que venden de todo. Mucha gente es cómoda que quiere comprar al paso, en la puerta de su trabajo, en la puerta de su casa mucho mejor. Ese trabajo lo hacen los ambulantes que bajan al centro de la ciudad, ahí superamos los 100.000 comerciantes. Hay más comerciantes que compradores», dijo el secretario general de la Confederación de Gremiales de Bolivia, Ernesto Rada.

Legalmente, la venta informal no es un crimen; sin embargo, hay normas municipales que regulan el asentamiento de gremiales y la Guardia Municipal despliega 300 efectivos diariamente para ahuyentar a los ambulantes.

«Ya no se permiten nuevos asentamientos; entonces, el número queda en los 31.000, ése es el techo, salvo que haya otra ley», dijo el director de Mercados y Comercio en Vía Pública de la Alcaldía de La Paz, Kevin Martínez, respaldado por las Ordenanzas Municipales No. 101 y 102 que establecen la inamovilidad de los puestos de venta y la prohibición de nuevos asentamientos en vía pública.

El funcionario explicó que otro objetivo clave es el proceso de identificación o carnetización de gremiales con código QR, que permite la georeferenciación y control de asentamientos.

«Nos muestra el lugar exacto donde está ubicado el gremial, esto va a ayudar a tener un mejor orden y organización en las calles, va a evitar duplicidad de patentes porque falsifican las patentes en papel; además, generamos una conciencia en el ciudadano de comprar al sector legal», explicó.

«Este es un proceso y el impacto, si lo lanzamos ahora, vamos a tenerlo en por los menos seis, siete años», subrayó Martínez.

Los gremiales de la ciudad de La Paz tienen todas formas y tamaños. En muchos casos, familias enteras trabajan en las calles.

«Mis papás son ambulantes», dice Angélica, de 19 años, quien comenzó a vender poleras, blusas y otras prendas en las calles cuando tenía ocho porque no tenía con quien quedarse en casa. «Los sábados se gana más, pero vendemos todos los días y costuramos de noche. También compramos (mercadería) en Desaguadero al por mayor».

En cambio, Janeth, de 21 años, apenas lleva ocho meses como vendedora ambulante de cosméticos y otros productos. Tiene un hijo de cinco años. Dice que abandonó el empleo de limpieza de oficinas porque recibía 800 bolivianos mensuales, menos de la mitad del salario mínimo, por ocho horas de trabajo, de lunes a sábado.

«Sacó más ahora con cosas de moda que les gustan a las chicas», sonrió la también exestudiante de Ciencias de la Educación de la UMSA que en un día normal gana hasta 200 bolivianos moviéndose en un pequeño carrito de un lado a otro.

Cero tolerancias

«Cada vez somos más incisivos en el cumplimiento de las normas y generamos mayores operativos con la Guardia Municipal», dijo el director de Mercados y Comercio en Vía Pública, Kevin Martínez, y reconoció que ese trabajo provoca molestias en el sector gremial que en varias oportunidades -dijo- pidió su cabeza al alcalde Luis Revilla.

Para la Confederación de Gremiales, difícilmente se puede controlar a los vendedores. «La gente sale a las calles por necesidad, no es otra cosa. Si uno tuviera un buen trabajo donde gane arriba de los 3.000 bolivianos por qué va a salir a vender, pero no hay trabajo, y vender no es un crimen», dijo el dirigente Ernesto Rada.

Sin embargo, los mismos comerciantes con puestos fijos se muestran inflexibles con los ambulantes y han contratado los servicios de guardias privados para proteger la venta de su mercancía.

«Los ilegales nos amenazan en las calles», manifestó Filomena Carrasco, dirigente de la Federación de Trabajadores Gremiales de La Paz.

Los ciudadanos de a pie también expresan su molestia cuando ven las aceras o calles abarrotados por vendedores.
«Deberían meterlos en un mercado, son demasiados», dijo el chofer de un micro. «Ya no hay por dónde caminar y peor para los autos, en todo lado hay trancadera».

Pero sacar a los vendedores es una tarea difícil y los recursos para construir modernos mercados son insuficientes. El Gobierno Municipal Autónomo de La Paz recaudó el año pasado 1.169.204 bolivianos por el pago único municipal por asentamientos en vías públicas y requiere 14 millones para construir un mercado.

Migración a RRSS

Los ambulantes ganan y pierden de un día para otro su clientela, viven acosados por los «legales» y caminan con la Guardia Municipal pisándoles los talones. Ante la falta de un puesto fijo, un creciente número de mujeres encontró una oportunidad en las redes sociales.

«Una luz en la tormenta», afirmó Karen una joven embarazada y con un hijo de cuatro años que trabaja desde su casa ofreciendo ropa por Facebook y WhatsApp.

Por el momento no hay datos estadísticos del flujo de intercambio de productos, pero sólo en Facebook hay una veintena de «tiendas» abiertas desde La Paz en las que uno puede comprar u ofertar por un producto desde la comodidad de un escritorio o celular.

«Ahora la modernidad también ha llegado a los comerciantes, hay gente que en WhatsApp o en el Face que ofrece cosas. Les mandan fotos del producto y vienen a comprar. Eso ya está generalizándose, más que todo en la juventud», dijo el secretario general de la Confederación de Gremiales de Bolivia, Ernesto Rada.

Shirley Gi Saint, creadora y administradora del grupo de «VENTAS y SUBASTAS ropa zapatos y accesorios» en Facebook, con 59.364 miembros, cuenta que usar las redes sociales es una excelente alternativa para ganar dinero con una mínima inversión que puede dar buenas ganancias si se oferta un buen producto desde la casa y sin tener que sufrir maltratos en la calle.

«Muchas personas, amigas y amigos, buscábamos un mercado más amplio donde poder ofrecer nuestros productos. Y vi la oportunidad de brindar una plataforma de venta a otras personas que también querían hacer subastas con sus productos ventas directas y llegar a más personas», dijo.

Shirley vendía zapatos como ambulante hasta que encontró la fórmula de no salir de casa e ingresar a un gran mercado desde el celular. En Bolivia hay más de 4 millones de cuentas de usuarios de Facebook, según estudios.

«Es una alternativa no sólo para mujeres jóvenes, sino también para madres solteras ya que hay muchas madres solteras que venden de todo para apoyar sus necesidades», añadió.

Al igual que Shirley hay varias mujeres que abrieron un puesto de venta o grupos en Facebook como Compra y Venta La Paz Bolivia, Ventas y Subastas Todos los Días, La Paz De Todo un Poco y muchos otros que agrupan a cientos de mujeres y hombres.

«Yo creo que semanalmente puedes ganar hasta unos 500 bolivianos, con suerte algunas veces más, algunas menos», comentó Eva, quien además vende ropa en la calle Tumusla hace casi 25 años.

«Hay que privilegiar lo técnico»

Ante la problemática del desempleo juvenil, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) afirma que hay que privilegiar la formación técnica productiva en lugar de profesiones universitarias como la abogacía que sólo sobresaturan el mercado.

«Los jóvenes no están escogiendo bien sus vocaciones, todos queremos ser abogados y está sobresaturado el mercado. No estamos privilegiando lo técnico, lo miran como si fuera de segunda. Te garantizo que hay muchos técnicos en el sector manufacturero que ganan más que los ingenieros», dijo el asesor general de la CEPB, Gerardo Velasco.

«Hay muchos jóvenes que no pueden darse el lujo de estar cinco años estudiando, pero adicionalmente no encuentran trabajos después de cinco años. Mejor que estudien dos años y encuentren trabajo y después podrán incrementar (su formación)», agregó.

Varios estudios advierten la carencia de técnicos especializados en el sector agropecuario, hidrocarburífero, telecomunicaciones, energía, construcción, nuevas tecnologías y otros rubros productivos.

Como el componente juventud es clave para el desarrollo de un país, urge la elaboración de una agenda pública de acciones para mejorar la formación laboral, generación de empleos y el acceso a un trabajo digno, es la conclusión a la que llegaron los entrevistados.

Y esa tarea implica articular los esfuerzos de las autoridades nacionales y subnacionales, empresarios y otros actores tomando en cuenta que 24 de cada 100 bolivianos son jóvenes, según el INE, y el nivel de instrucción superior apenas llega al 29,2%.

A 2016, en Bolivia la población de 16 a 28 años es de 2.610.000 y para el 2030 alcanzará los 2.948.000.

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