La técnica de colonización desde hace mucho ha venido siendo aplicada para darle «color» a películas filmadas en blanco y negro. Vemos dos ejemplos, «Metropolis» (1927) de Fritz Lang y «The Champion» (1915) de Charles Chaplin, ambas colorizadas por dos grupos de artistas visuales. Y surge la siguiente pregunta: ¿Cuánto influye el color en la percepción de la película?
Pues, influye demasiado, de acuerdo a los escritos de Carmen Guarini, el color lo es todo, es el cómo se contextualiza y se pone emoción a las películas. No todos vemos las películas de la misma forma, el color trata de unificar aquello y tiene una causalidad al ser hecha a color, blanco y negro o ambas. Pero ello no evita que uno, por curiosidad, se anime a ver sus películas favoritas en otro tono o color.