El acceso oportuno a medicamentos vs inadecuadas políticas de salud
Enrique M. depende de fármacos costosos y de terapias físicas para tener una mejor calidad de vida. Hace tres años padece de Parkinson que afecta a las funciones neurológicas de su cerebro. Su tratamiento consiste en dosis diarias de medicamentos y fisioterapia para detener el avance progresivo de su enfermedad que todavía no tiene cura. A sus 74 años aún se siente con las fuerzas necesarias para encarar su enfermedad, sin embargo hay una barrera que se interponen en su lucha diaria, que es el alto costo de sus medicamentos que suspendieron en su Seguro Público de Salud donde está afiliado.
Hace dos meses don Enrique recibió el comunicado que sus comprimidos de Levodopa Carvidopa, fármaco indicado que puede detener el avance progresivo de su enfermedad, son inexistentes en su Policlinico y debe comprar sus medicamentos de farmacias externas de la Caja Nacional de salud. Esta adquisición puede ser reembolsado mediante un trámite personal, que algunos enfermos no están en condiciones de realizar. «No puedo salir sólo a la calle porque mis pies no responden al caminar e impide que pueda ir a la Caja (de Salud) para pedir que me reembolsen el gasto de mis medicamentos. La insensibilidad con los adultos mayores de parte del gobierno es alarmante» manifestó con un tono disgustado don Enrique quien además explicó que sus familiares a veces no cuentan con tiempo disponible para apoyarlo con su trámite, «mi esposa está delicada de salud y no quiero perjudicar a mis hijas en sus trabajos», explicó con una notoria dificultad al hablar, característica de su enfermedad.
Actualmente el Parkinson es una patología crónica que no tiene cura y la dopamina, que es un neurotransmisor encargado de interconectar las neuronas desde un núcleo del cerebro a otras zonas nerviosas, no se puede administrar directamente. Por este motivo, en los enfermos con síntomas avanzados, el Levodopa es el fármaco más potente hasta el momento para el tratamiento contra el Parkinson, sin embargo tiene un costo es elevado en las farmacias importadoras de este producto.
Se consultó en tres droguerías de la ciudad y se observó que el precio varía entre 8 y 9 bolivianos por cada pastilla que implica un costo aproximado de de Bs. 270 el recipiente de 30 comprimidos. Este dato aumenta significativamente en pacientes que usan hasta 5 veces al día este fármaco como es el caso de Don Enrique. «Cada mes debo compararme hasta 5 cajas que me cuesta alrededor de 1400 bolivianos al mes sin contar otros medicamentos que necesito para contrarrestar mi enfermedad que tampoco me dan en mi Seguro y debo comprarlos por mi propia cuenta», explicó.
Este aspecto es más alarmante en casos de adultos mayores que no cuentan con un Seguro Público de Salud. “Considerando el parámetro internacional de un enfermo por cada 100 personas mayores de 60 años, se estima que en Bolivia tenemos unas 2.000 personas afectadas que requieren mayor atención en cuanto a políticas de salud y normativas que favorezcan el mejoramiento de los servicios integrales de salud que esta población requiere”, según una publicación del 2015 del periódico La Razón.
El tema de desabastecimiento de medicamentos en los Seguros Públicos de Salud no es reciente pues desde el 2017 se identificó ya este hecho a raíz de algunas limitaciones impuestas por la AGEMED (Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnologías en Salud) para la adquisición de los productos. Se consultó al respecto a las autoridades encargadas de farmacia del Policlínico Central a Caja Nacional de Salud, observando un hermetismo pues no se quiso brindar información.
Lo contrario ocurrió en la Caja Bancaria Estatal de Salud (CBES), donde la Dra. Mireya Huanawni, Jefa de Farmacia, accedió a responder sobre la problemática del acceso de medicamentos desde la perspectiva de su sector apuntado cuatro aspectos que impiden una adecuada atención farmacéutica de los pacientes asegurados.
Respecto a las modificaciones de la Lista de Medicamentos y precios referenciales se puede observar que algunos medicamentos vez de incrementar fueron disminuidos, es decir, las unidades farmacéuticas de cada ente de seguro social, deben adquirir algunos productos incluso a menor precio del anterior listado nacional, “esto hace que las empresas proponentes no se presenten a las convocatorias de adquisición de medicamentos justamente por el precio referencial que es menor al precio elevado que presentan algunas farmacia. Hay una falta de regulación de precios que provoca un desabastecimiento de medicamentos” señalo la doctora Huanawni.
LINAME refleja la realidad de los precios?
Según la Lista Nacional de Medicamentos Esenciales (LINAME) de 2018, elaborada por la AGEMED, existen algunos medicamentos que bajaron de precio en comparación al documento de 2014, lo cual significa para los Centros de Salud del seguro social una disminución en la adquisición de algunos medicamentos genéricos puesto que para las empresas farmacéuticas resulta poco atrayente presentarse a contrataciones que impliquen reducir sus ingresos.
A esto se suma el hecho que algunas normas, como el Decreto Supremo Nº 0181, y la Ley del Medicamento, contemplan que la adquisición de medicamentos sea sobre la base del menor precio que implica la elección de algunos productos de origen chino en los procesos de compra los Seguros Públicos de Salud. «La norma nos dice que debemos comprar medicamentos que están legalmente establecidos en Bolivia , que tengan su certificado de control de calidad y registro sanitario además que el precio no sea mayor al precio referencial de LINAME , la compra de medicamentos es por un método que es el precio evaluado al más bajo . Es decir, si se presenta Inti, Lafar y una empresa china cuyo precio de su medicamento es el más bajo, debemos comprar ese producto chino», admitió la doctora Huanawni.
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Ante este panorama, se puede advertir que quienes padecen enfermedades en el país se debaten entre la carencia de medicamentos y la valentía mirar hacia adelante con la esperanza de vivir. «Hay poco apoyo a la salud de parte del gobierno» enfatiza la Jefa de Farmacia de la CBES.
Mientras surjan nuevos aportes para mejorar el acceso a los medicamentos a través de la aplicación de adecuadas políticas de salud pública acordes a la realidad del país, algunas luces de esperanzan quedan en las miradas de enfermos que no se rinden en su batalla como don Enrique quien cierto optimismo manifestó «Hay que seguir adelante hasta que Dios me siga dando las fuerzas que necesito».