PEDOFILIA EN REDES SOCIALES
EL MEJOR MECANISMO DE SEGURIDAD.
“La familia tiene que enseñar a protegerse a los niños de este tipo de delitos”, Mario Durán.
WANDA TORRICO E.
Hoy en día todos corremos peligro en las redes sociales, estas no distinguen raza, género, estado social o económico. Podemos llegar a ser víctimas si no las manejamos de forma adecuada y en especial los más vulnerables, niños niñas y adolescentes.
Los menores de edad, viven en riesgo social por la fragilidad e inocencia que los caracteriza, en las redes sociales se da de igual o peor manera, pues están expuestos a pedófilos y pederastas, entre otros.
Delincuentes con estas características tienen a merced toda la información que se sube a Internet e incluso por nosotros mismos, imágenes, videos, datos; ya sea de nuestros hermanos, hijos y menores que interactúan en el ciberespacio.
A nivel mundial hay varias redes que cometen estos ciberdelitos sexuales, donde se busca violar la integridad de los niños en diferentes aspectos, vulnerando sus derechos, puntualmente y como inicio, el derecho “a la privacidad, intimidad, honra, honor, propia imagen y dignidad”, según el artículo 21 de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia CPE.
Para poder entender la pedofilia, se debe diferenciar de la pederastia:
Consultando al experto en el área, Mario Durán, refiere que en Redes sociales RRSS e internet no sabes quién está detrás de la pantalla, “se registran muchos casos de suplantación de identidad, entonces no sabes si al otro lado el contacto de chat o WhatsApp sea quien dice ser”.

En ambos casos, la víctima es el niño o adolescente quien está frecuentemente expuesto. Respecto a la pedofilia, muchas veces nos enteramos del hecho cuando ya se cometió, tal es el caso en el que se descubrió a bolivianos que participaban de una red internacional de distribución de imágenes de menores de edad por WhatsApp, comenta Durán, haciendo alusión al operativo tantalio. Hasta el momento no hay la regulación de contenidos sexuales en Internet.
Las barreras de protección deben ser desarrolladas por un adulto y transmitirle al menor de edad. A veces por problemas de diferente índole, incluso ellos suelen ser engañados.
“Si a un adulto lo engañan, a un niño es mucho más fácil”.
En el internet no se toman las previsiones, al niño le dan un celular, le crean cuentas y aceptan amistades sin saber quién es esa persona y si realmente existe. Si la familia no protege al menor de edad, no se puede esperar que la sociedad lo haga y menos que el estado asuma esa responsabilidad, la primera coraza siempre es la familia, aclara Mario.

Mellisa Ibarra, activista y autodenominada “niñista”, asegura que el mejor mecanismo de seguridad, es la prevención, información y comunicación que se debe tener con los niños y jóvenes.Establecer reglas de uso, monitorear constantemente con quienes se comunican a través de redes sociales y no permitir que organicen encuentros con extraños.
«Este tema debería ser tocado en los colegios para llegar a los padres, porque la familia es la más adecuada para prevenir que se exponga a los menores en redes sociales», resalta la activista.
Mario Durán afirma que en la formación de los adultos, muchos veces se naturaliza la difusión de contenido sexual explicito, antes por correo, hoy por WhatsApp y otras redes. Se debe establecer en las escuelas mecanismos de enseñanza, protección y condena social a quienes cometen este tipo de ilícitos.
Según una declaración vertida a la Agencia de Noticias Fides ANF, la jefa de la División de Trata y Tráfico de Personas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen FELCC, Gabriela Coca, informó que a través del patrullaje cibernético se ha constatado que la extorsión en las redes sociales, para obligar a intercambiar mensajes, autoproducir fotos y videos pornográficos o realizar transmisiones sexuales en vivo, es cada vez más frecuente.
Estas son las redes sociales a las que más accedemos en latinoamérica, por lo cual se les debe prestar mayor atención, según un estudio realizado por la asociación IAB Spain junto a VIKO.