Cuando la política toca al deporte; sueños diluidos en barricadas
Fiorella Maité Quispe Mendoza, una adolescente nacida en El Alto, vio frustrados sus sueños de ser campeona sudamericana al suspenderse un torneo internacional a causa del último conflicto social en Bolivia. El deporte en general sufrió las consecuencias de las marchas, bloqueos y paros.

—Esperaba con ansias el torneo, pensé que me iban a conocer todos y me mostraría realmente como soy, una taekwondista de corazón, pero cuando comenzaron los conflictos me sentí…
Fiorella se quiebra. No puede contener su llanto frente a la cámara y delante de toda su familia. Su padre, Wilson Quispe, se sorprende. Él recuerda que cuando se enteraron que la Federación Boliviana de Taekwondo canceló el torneo, ambos echaron rabietas, pero no pasó a más.
Para ella, este era un año de grandes desafíos. Había alcanzado lo más alto del taekwondo desde sus nueve años y por fin avizoraba superar retos internacionales a sus 14.
Fiorella Maité Quispe Mendoza nació en El Alto y era una de los 67 taekwondistas bolivianos que se alistaban para competir en el campeonato Sudamericano a realizarse en Santa Cruz, el 8 y 9 de noviembre.
—En mi primera clase de taekwondo me sentí extraña, pero me trataron bien y fui perdiendo el miedo poco a poco. Mi papá me dijo que ahí aprendería a defenderme.
Era el 2014 cuando pisó por primera vez un tatami, aquella superficie de origen japonés característica de los hogares nipones.
Las primeras medallas no tardaron en llegar, muchas de ellas doradas: en preinfantil, luego infantil y finalmente en la categoría cadetes.
—Son éstas, las (medallas) de arriba son departamentales y las de abajo son nacionales.
Fiorella muestra orgullosa sus preseas colgadas en un ropero de su pequeña habitación que comparte con sus dos hermanos menores. Por cierto, un restringido espacio en el medio se convirtió en su centro de entrenamiento mientras la ciudad de El Alto estaba sitiada.

El estruendo de los petardos, los gritos desesperados de la gente y el ladrido temeroso de los perros acompañaban sus sesiones en su casa de Ciudad Satélite. Ella sabía que no estaba cómoda, pero no tenía otra alternativa. Tampoco era buena idea salir al patio porque el vecindario estaba en alerta ante cualquier peligro de saqueo.
—Cuando me enteré que en Bolivia se realizaría el torneo Sudamericano me emocioné mucho, relata Fiorella. Ella sabía que debía entrenar y que las barricadas en las calles no debían ser un impedimento.
La “pesadilla” comenzó el 20 de octubre, día de las elecciones para Presidente. El 21 comenzaron las movilizaciones con bloqueos que se fueron agudizando hasta el 10 de noviembre, cuando renunció Evo Morales, quien incluso estuvo preocupado en el fútbol una semana antes.
A comienzos de ese mes, la Federación ya había suspendido el evento, pero anunciaba que el Sudamericano de Taekwondo podía realizarse en diciembre. Sin embargo, el 11 de noviembre oficializaron la cancelación definitiva del evento. La pacificación del país con una nueva Presidenta –Jeannine Áñez- recién llegó entre el 22 y 25 de noviembre.

Su padre, todavía angustiado, acompaña a Fiorella en su tristeza. Aquel 11 de noviembre la frustración también lo invadía.
—Hice los reclamos a los dirigentes en La Paz, también publiqué mi queja en Facebook y para que el evento se realice en diciembre, pero pocos padres me apoyaron.
Don Wilson afirma también que la desazón fue mutua; cuenta que cuando fue joven también practicaba taekwondo, pero nunca había ganado una medalla. Ahora, los logros de Fiorella los asume como suyos.
Su rabia contenida no huye de su mente. Le viene a la memoria la inversión de años de entrenamiento. Calcula que por un uniforme completo –el más barato- gasta 500 dólares; y como ella está en pleno crecimiento, se debe renovar constantemente. También tuvo que acudir a préstamos para cubrir sus viajes, como los cuatro últimos que hizo en Santa Cruz, donde la selección boliviana se concentró para afianzar los entrenamientos.

PERJUICIO GENERALIZADO
Fiorella no es la única afectada por el reciente conflicto, son miles de deportistas bolivianos que vivieron historias parecidas. Un recuento de los daños revela que casi 20 federaciones deportivas del país cancelaron, suspendieron y postergaron unos 25 torneos nacionales. También, muchos resignaron su participación en campeonatos internacionales.
Incluso el fútbol profesional estuvo en vilo por más de un mes, pero al final retomó su torneo con varias dificultades, principalmente de carácter económico.
UN NUEVO DESAFÍO
Fiorella perdió ritmo de competencia. No entrenó seis semanas continuas por los conflictos sociales. Aunque ya se resignó a ser campeona sudamericana en la categoría cadetes, ahora apunta a construir una nueva historia en Junior (15-17 años). Su nuevo objetivo son los Juegos Bolivarianos de la Juventud, previstos para octubre de 2020 en Sucre, Bolivia.
—He vuelto a entrenar con un nivel más bajo, pero debo recuperarme con el apoyo de mis entrenadores y amigos. Me considero una chica fuerte y con mente positiva. Mi sueño es alcanzar medallas en un torneo Sudamericano y ser campeona. Ahora quiero estar en los Bolivarianos de la Juventud. Confío en mí.
Fiorella algún día quiere ser como Virginia Dellán, la taekwondista venezolana ganadora de la medalla de oro en los Panamericanos de 2016.