Nueve días de escasez y solidaridad

 

Dar sin esperar nada a cambio, es el acto más altruista que el ser humano puede hacer en un panorama conflictivo. Pero, no todos corren con la suerte de contar con ello.

Yercia Mañueco

Tantos necesitan un nuevo amanecer
Hay que ayudar
Tenemos el deber

1. La escasez

Cierra tus ojos, imagina que estás en un desierto y que tienes más agua que alimento fresco. Sin carne ni pollo y no eres vegetariano. Además, debes permanecer ahí nueve días, ¿qué haces? “Sobrevivir con lo que se tiene”, responde Carlos Gutiérrez, de 80 años, que espera el almuerzo que Paulina servirá dentro de poco en la comunidad Awichas.

El reloj marca la 13:00 y suena el timbre, como si fuera el inicio del recreo en un colegio, pero aquí, en Awichas, es el llamado para el almuerzo. Quince ancianos viven en esta casa ni grande ni pequeña, de dos pisos y de color verde, que se ha convertido en el hogar de estas personas y en el restaurante de algunas más, que asisten solamente a comer.

En total, 22 personas de la tercera edad hacen fila con sus tappers en la mano para recibir la humeante sopa de arroz que Paulina, la cocinera, quien desde hace ocho años trabaja en esta comunidad, empieza a servir. Un cucharón bien cargado, un poco de perejil finamente picado y listo: que pase el próximo.

Ahora sí es posible tomar esta sopa dotada de abundante verdura y hasta de un generoso trozo de carne de res. Esto era inaccesible en los días de un conflicto caracterizado por el cerco a la ciudad. Un cerco parecido al que tuvo lugar en el lejano siglo XVIII, ejecutado por Túpac Katari y Bartolina Sisa, con el similar objetivo de impedir el abastecimiento de alimentos frescos en los mercados. “Por la carne hemos sufrido esos días; sardinita o huevito, esas cositas hemos comido”, cuenta Petronila Gutiérrez, mientras degusta con placer la sopita de Paulina.

“Cuando no hay, nos da más hambre”, dice Víctor Hugo y Gustavo Kama agradece a Dios que todo se haya normalizado, después de esos largos y angustiantes nueve días que sufrieron, obligados a dosificar sus raciones para que duraran las garrafas de gas de la cocina y a comer inclusive menudencias de pollo (mollejas y patitas, entre otras piezas, que no se desperdiciaron).

En este video podrá conocer más sobre esta comunidad de ancianos o awichos en lengua aymara.

Saborean su sopa con tranquilidad y calma. Comparten conmigo un plato e impiden que lo rechace. Tomo asiento entre ellos y Víctor Hugo me dice que será la sopa más deliciosa que jamás probaré. No se equivoca, es una acertada apreciación, no solamente por su delicioso sabor sino por la compañía que tanto ellos como yo agradecimos.

No hay que esperar
Que sea el otro el que va a actuar
Cuando el dolor a tu puerta pueda tocar
Al estar unidos no hay nada que temer
Para triunfar
Tenemos que entender

El martes 12 de noviembre una mujer, Jeanine Áñez, asumió la presidencia en el país, tras la sucesión constitucional aplicada ante la renuncia de Evo Morales, quien permaneció 14 años en el poder. La salida de Evo causó el levantamiento de sus seguidores contra la nueva figura que ocupa hoy la primera magistratura.
“¡Jeanine, racista, el pueblo no te quiere!”, coreaban los partidarios de Morales en sus numerosas y constantes movilizaciones, sin ánimo de ceder y mediante el cerco a la ciudad de La Paz.

El asedio, que frenó el ingreso de alimentos frescos y la provisión de combustibles, castigó a la ciudadanía hasta la firma de un acuerdo con el Gobierno, a los nueve días de esa medida de presión.

2. La solidaridad

Los hogares de acogida en La Paz corrieron mejor suerte que la comunidad Awichas. Los ciudadanos, los vecinos, contribuyeron con alimentos y garrafas de gas para que la población más desprotegida, conformada por niños, jóvenes, personas con discapacidad y adultos mayores, no se quedara sin comer. Escucha cómo algunas casas de acogida subsistieron con poco alimento en medio del conflicto.

De corazón
Que sepan que importantes son
Que su pesar sentimos todos también
Y que no están solos queremos ayudar
Con compasión firmeza y hermandad

Para Elizabeth Calizaya, Coordinadora Nacional del Programa de Adultos Mayores de Caritas Bolivia, primó la solidaridad, esa palabra que envuelve grandes acciones de humanidad.

3. La prevención
Como un buen padre que no permite que le falte nada a sus hijos, así actuó el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) con sus 14 centros de acogida de atención adultos mayores, niños y adolescentes, mujeres en situación de violencia, personas con discapacidad y jóvenes con responsabilidad penal, que dependen se esta instancia.

La encargada de administrar estos centros de acogida, Victoria Alarcón, relata que los víveres se adquieren dos veces al año y no hubo ningún problema de escasez de alimentos en el trance de los conflictos. Reemplazaron los alimentos frescos con secos. Y aclara que no pidieron ayuda.

Democracia. Respeto al voto popular. Dar paso a la alternancia. No aceptar un nuevo  Gobierno. Fueron la tónica de este conflicto.
Tensión que se vivió en medio de calles cerradas, desoladas y vigiladas que, por nueve días fueron de escasez, a los que sobrevivieron unos como diría Paulina la cocinera de Awichas «estirando lo poco que teníamos» y otros con la solidaridad de buenas personas, porque en situaciones como está son la esperanza de un mejor amanecer.

Somos amor, somos el mundo
Somos la luz que alumbra con ardor lo más oscuro
Llenos de esperanza
Podemos rescatar
La fe que nos puede salvar
Juntos tú y yo

(Somos  el Mundo, canción varios artistas 2010)

En el centro están Carlos Gutiérrez, Gustavo Kama y Petronila Gutiérrez