Invadió el temor y la desconfianza en los barrios poco después de la Renuncia

Días después de la renuncia de Evo Morales, sus seguidores e infiltrados reaccionaron con furia contra la ciudadanía que no apoyaba sus demandas de retorno de su líder. Los vecinos de la ciudad de La Paz y El Alto se organizaron por el miedo al saqueo y quema de sus viviendas.

Aún los vecinos alteños que se defendieron de la furia de los seguidores de Evo Morales tras su renuncia sienten el miedo y la incertidumbre. Aquellos que sintieron dolor con la partida de Morales, continúan pesarosos y lastimados. Ni siquiera aquellos que en la urbe paceña lograron la salida de Morales del poder se sienten conformes. En todos los bandos quedaron grabados los días que tuvieron que defenderse de la violencia.

“En las noches teníamos que ir a dormir al lado de nuestro palo porque en cualquier momento teníamos que salir a defendernos”, menciona Alondio Rojas, vecino de la zona Cosmos 78 de El Alto. La sensación de pánico era similar entre los vecinos de Alto Irpavi

Las turbas de diferentes bandos y propósitos se organizaron horas después de la renuncia del expresidente Evo Morales, quien el 10 de noviembre dimitió a su cargo luego que la Organización de Estados Americanos (OEA) presentó un informe preliminar y recomendó nuevos comicios generales debido a las serias irregularidades durante el proceso eleccionario del 20 de octubre.

En la urbe paceña, las protestas sociales empezaron semanas antes de la caída del poder de Morales. El 20 de octubre, luego de las elecciones generales, el Tribunal Supremo Electoral presentó los resultados del conteo rápido de votos que mostraba al expresidente Morales en primer lugar con un estrecho margen sobre su adversario Carlos Mesa, quien se situó en segundo lugar.

Las sospechas de fraude electoral se hacían cada más numerosas entre la ciudadanía y líderes cívicos y políticos. La  interrupción en la Transmisión Rápida de Resultados Preliminares (TREP) indignó a líderes cívicos y políticos. El movimiento ciudadano la Resistencia, conformado por plataformas ciudadanas y organizaciones civiles, pronunciaron su rechazo a la postulación ilegal del binomio Evo-Álvaro y llamaron a la desobediencia civil respecto a cualquier resultado del proceso electoral.

Cabe  señalar que los sectores afines al MAS como los mineros, transportistas, campesinos indígenas, ponchos rojos e interculturales, se movilizaron durante este periodo de crisis social y política para defender a Morales y su gobierno de un “golpe de estado”. El bloqueo de carreteras impidió el paso de productos en las ciudades y en los mercados se registraba desabastecimiento y  subida de precios.

Sin embargo, la ciudad de El Alto, durante estos conflictos,  estuvo  al margen de los bloqueos y marchas desatados tras los resultados electorales. Los vecinos vivían en un ambiente de relativa tranquilidad. Aunque con el problema de desabastecimiento de productos en los mercados.

“En El Alto no habían nada, estábamos tranquilos hasta que renunció Evo Morales”, relató la periodista Nayma Enríquez. Aunque las carencias de productos eran similares a las que padecían los vecinos de la Hoyada paceña. La carne, el huevo y pan desaparecían de los mercados y los precios encarecieron.

Horas después de la renuncia de Morales, el 10 de noviembre, las agrupaciones civiles ciudadanas que resistieron en las calles para defender el voto y la democracia, festejaron su conquista. Sin embargo, poco duró la alegría desbordada debido a que los seguidores del exPresidente desataron su furia contra los opositores.

Las zonas de Chasquipampa, Cota Cota, Achumani, entre otros fueron los primeros en sufrir el ataque de las turbas que no aceptaban la salida de su líder. El garage de los buses Puma Katari, tiendas y viviendas fueron quemadas y saqueadas por vándalos infiltrados entre los grupos reaccionarios.

El temor y la zozobra empezó a apoderarse de los vecinos. Tuvieron que salir a las calles nuevamente ahora para defenderse del vandalismo que pretendía adueñarse de los barrios. El agravio a la Wiphala, la discriminacion, el retorno de Evo fueron entre otros las demandas de los seguidores e inflitrados que estuvieron decididos a sembrar pánico en las ciudades de La Paz y El Alto.

Inmediatamente, en cada barrio se convocaron a reuniones y se organizaron para defenderse de las olas de violencia. “Nos reunimos toda la zona y nos organizamos por calles, cerramos la entrada y salida de este sector de Peña Azul con calaminas, alambre de púas, fierros, maderas con todo lo teníamos para defendernos”, explicó el presidente de Peña Azul, Franz Ruiz.

Esta zona está ubicada en Alto Irpavi, se encuentra entre dos zonas; Callapa y la comunidad de Lomas de Chauymaya. Los seguidores del expresidente y comunarios de estos lugares amedrentaron a las zonas aledañas con atacar a los vecinos que apoyaron a los cívicos opositores y la renuncia de Morales. También se tenía el temor que el vecindario Virgen de las Nieves también se una a los reaccionarios radicales.

Los comunarios seguidores del MAS reaccionaron contra la ciudadanía que se opuso a la continuidad de Evo Morales en el poder a pesar de haber sido rechazado en un Referéndum.

«Veíamos a la gente de Callapa que hacía reventar dinamitas y salían con palos, habia el temor que entren por Irpavi 2 y decidimos cerrar todas las entradas a nuestro barrio», relató Ruiz.

En cambio, en la urbe alteña el miedo provenía de vecino contra vecino. En esta ciudad no se pronunció contra el mandato de Morales, sin embargo, los seguidores del MAS tuvieron la intención de obligar en cada zonas a apoyar sus demandas entre ellas, la principal, el retorno de Evo al poder.

La zona alteña Cosmos 78 pertenece al distrito 3. En ella los vecinos, atemorizados por la quema de infraestructuras como la Casa de Convenciones Municipal, la quema y saqueo de las industrias Sofia y El Ceibo, tuvieron la misma iniciativa de autoconvocarse para resguardar su zona con barricadas y vigilias principalmente.

Vecina alteña pidió apoyo en las barricadas  Fuente: Nayma Enríquez/Red Uno

 

Según los vecinos de esta zona, el único pedido que se apoyaba durante esos días de terror fue la pacificación y consideraron que una minoría, el 30 por ciento, pedían apoyo para movilizarse en defensa de Evo Morales y la Wiphala.

Las amenazas provenían de vecinos Senkata, Ventilla, camino a Copacabana, Rio Seco y Villa Cooperativa, entre otros. En estos grupos también se encontraba gente infiltrada que cometieron actos vandálicos como la quema de la casa de la alcaldesa Soledad Chapetón.

Las redes sociales jugaron un papel de desinformación en esta especie de batalla vecinal. Proliferaron las noticias falsas sobre amagues de enfrentamiento.

Las redes sociales como los grupos de whatsapp entre vecinos sirvieron para alertar de personas extrañas que rondaban por los barrios. Sin embargo, fueron herramientas para la desinformación.

Sin embargo, la necesidad de resguardar los barrios y las propiedades obligó a los vecinos a conocerse entre ellos, a unir lazos de solidaridad y apoyo mutuo ante el pánico. En otros casos, a desconfiar del vecino lejano, o extraño a la zona.

“Los conflictos que vivimos también nos unió como vecinos, (nos enseñó) a cuidarnos entre nosotros”, aseguró don Alondio. “Nos unimos mucho como vecinos, en las calles nos conocimos con quienes convivíamos”, explicó don Franz.

 

Casi dos meses después de la caída del poder del Exmandatario todavía se percibe un ambiente de desconfianza en los vecindarios de ambas ciudades, La Paz y El Alto, debido a la cercanía de las nuevas elecciones convocadas en el actual gobierno transitorio de Jeanine Añez, quien llegó a la Presidencia tras la sucesión constitucional.

«Todavía no sentimos una entera tranquilidad porque sabemos que en cualquier momento los grupos afines al MAS van a volver a atacar para que Evo vuelva al país, por eso no podemos bajar la guardia», expresó don Franz.