La televisión y la educación tienen “un mal matrimonio” porque los procesos de aprendizaje que emplean son distintos y tienen objetivos diferentes, lo que provoca niveles de incompatibilidad entre ambos.
Omar Rincón, expositor de la tercera sesión del Laboratorio 6 “Televisión Educativa”, explicó que la educación busca la reflexión y el aprendizaje; mientras que la televisión se enfoca en el entretenimiento.
“Cuando yo voy a la escuela o a la universidad quiero aprender a reflexionar críticamente, cuando voy a la televisión quiero emocionarme”, expresó el experto periodista y docente universitario.
En este contexto, explicó cómo la educación se basa en la argumentación y la televisión en la seducción.
Dijo también que la educación es lineal y lenta, mientras que la televisión no tiene esas características ya que es veloz, simultánea y compleja.
“La educación da conceptos mientras que la televisión cuenta historias (…). Este es un matrimonio obligado, casado por herencia (…). Son incompatibles porque ambos quieren cosas distintas”, agregó.
El Laboratorio “Televisión educativa” es una iniciativa de la Fundación Para el Periodismo con el apoyo de la DW Akademie.