Mujeres del cacao: las oportunidades del turismo comunitario
El triángulo amazónico era una propuesta gubernamental para fortalecer el turismo en la región norte del país, pero se quedó solo en propuesta. Las mujeres indígenas pretenden agarrar la posta y crear rutas alternativas de desarrollo.
Su olor y su sabor son inigualables. El chocolate se posiciona como unos de los mayores manjares a nivel mundial, su origen está en el cacao, fruto de la Amazonía. Las delicadas manos de mujeres emprendedoras apuestan por abrir una ruta al turismo que revele el sacrificado recorrido productivo de este manjar.
El 60% de las unidades productivas familiares de cacao en Pando están lideradas por mujeres, según constata la fundación Fautapo, quienes se muestran predispuestas en abrir nuevas rutas para el turismo comunitario.
En la misma línea el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca) evidencia un comportamiento positivo de la mujer en las asociaciones. “Es increíble que, en el último tiempo, las asociaciones están siendo lideradas por mujeres”, fueron las palabras de Enrique Nogales, quien es especialista en la producción de cacao en esta institución.
Nogales menciona que en los municipios de Puerto Rico y Gonzalo Moreno del departamento de Pando, en plena Amazonía, las mujeres encabezan las organizaciones, ocupando cargos de presidentas, vicepresidentas o estando en posiciones que implican “la toma de decisiones”.
La producción de cacao está presente en los últimos 15 años en los municipios de Gonzalo Moreno, Puerto Rico, Filadelfia y, en menor medida, Bella Flor, todos del departamento de Pando en el norte boliviano.
“Los productores son de comunidades indígenas que, en cierta medida, han logrado mejorar su calidad de vida”, resalta el especialista del Cipca.
Si bien la producción del cacao se ha convertido en una alternativa de desarrollo para estos municipios, hay parcelas que no están siendo aprovechadas, según el especialista, “porque la gente aún desconoce las bondades del cultivo y su comercialización”.
La información indica que el municipio que más produce cacao es Gonzalo Moreno, seguido por Miraflores y Puerto Rico.
Mujeres al frente de la batalla
En el departamento de Pando, se destaca la fuerte participación de las mujeres en la producción de cacao. En algunos casos, ellas se han convertido en productoras para seguir el legado de sus padres, mientras que en otros, se esfuerzan por establecerse como líderes productoras cacaoteras.
Alejandra Córdova, productora del municipio de Filadelfia, se dedica al cultivo de castaña, ganadería, cacao, yuca, maíz y café. Alejandra es presidenta de su comunidad Canchón y líder de la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias Bartolina Sisa.
A pesar de haberse casado a los 17 años y ser madre soltera de cuatro hijos, Alejandra ha continuado su educación y se ha mantenido activa en la producción agrícola, prefiriendo la vida en el campo por el aire puro y la posibilidad de producir su propio alimento.
Aunque no producen cacao en grandes cantidades, ella ve una gran oportunidad de desarrollar una ruta del cacao. «Desde niña, he querido crear un lugar turístico, especialmente para que las mujeres emprendedoras puedan mostrar su producción», comenta.
Con el apoyo de sus hijos, trabaja en la cosecha y cuidado de las plantas, y se esfuerza por proteger el medioambiente y reforestar sus tierras.
Alejandra sigue los pasos de don Papi Roca, un mentor en la producción de cacao que la ha guiado en la práctica de la poda y el cuidado de las plantas. Su hija Eliza Roca es la actual presidenta de la Asociación de Cacaoteros de Pando y ha asumido un rol de liderazgo en la región.
Elyza, asumió la presidencia con un emotivo discurso:
“Veo que estamos muy abandonados. Mientras que el asaí recibe mucho apoyo y está bien organizado, nosotros no contamos con la misma organización ni respaldo. Las autoridades nos han dejado de lado, y el directorio no ha estado cumpliendo con su labor como debería. Mi compromiso con ustedes es reestructurar nuestra organización, participar en la Fexpo, llevar plantines a las comunidades, mejorar los sistemas de riego y gestionar ayuda para enfrentar la sequía que nos afecta. Muchas de nuestras plantas están muriendo, y no recibimos ayuda de ningún lado. Es difícil entender las dificultades que enfrenta un productor hasta que logra vender su producto».
Su camino sigue y tanto Eliza como su padre están motivados para aumentar la producción en tres hectáreas más.
La idea de una ruta turística en sus tierras se le ocurrió cuando recibió la visita de representantes de la Carrera de Turismo de la Universidad Autónoma de Pando.
La vegetación de la zona contribuye al crecimiento de los cacaotales, así como de los árboles de castaña y caucho (ciringa) que podría ser apreciado por los turistas.
Mario Guari Cartagena es un reconocido productor de cacao que ganó diferentes premios por la calidad de su producto, quien reside en la comunidad Puerto Gonzalo Moreno de Miraflores, Pando.
Con 10 hijos, entre los que se encuentran Gabriela y Agustina Guari, quienes han seguido sus pasos. Mario destaca el papel de Gabriela en la continuación del legado familiar.
“Gaby”, como le dice con cariño, es una madre soltera, que comparte su entusiasmo por el cultivo del cacao y la posibilidad de convertir su cultivo en un lugar turístico, debido a su ubicación en la ribera del río Madre de Dios.
«Es bonito cultivar y trabajar en nuestras tierras; hemos heredado las enseñanzas de nuestros padres», dice Gabriela.
Actualmente están terminando la poda y limpiando las hierbas para evitar que se acumulen, además de preparar las plantas para la floración.
La cosecha se espera para diciembre y enero, después de la que el cacao será fermentado. Este año, el precio de la arroba fue de Bs 300, un monto bajo si se compara con lo que se paga en el exterior, según relata.
Ellos producen el cacao silvestre que puede producir hasta 300 mazorcas y 10 a 11 kilos.
Las productoras enfrentan desafíos, porque la fauna local, como aves y monos, a menudo ataca las cosechas, reduciendo la producción a una tercera parte.
Aunque los precios del cacao son altos, el del chocolate amazónico sigue siendo bajo.
Mario menciona que algunas empresas, como Aparab no pagaban un precio justo por el cacao, con el quintal a Bs 1600. En sus 14 hectáreas, producen entre 110 y 120 arrobas.
Gabriela también tiene planes de seguir produciendo chocolate e incentivar a otros productores a hacer lo mismo. Le gustaría convertir su cultivo en un lugar turístico, porque están ubicados en la ribera del río Madre de Dios, rodeados de una rica fauna.
«La caminata entre los cacaotales es muy bonita», añade Gabriela, quien espera que esta iniciativa pueda atraer visitantes y dar a conocer la belleza de la región.
Carmen Humaday, de 40 años, proviene de una familia cacaotera y, tras mudarse a Gonzalo Moreno hace cuatro años, ha comenzado a involucrarse en la producción de cacao y tras la pandemia en la transformación del chocolate.
Con el apoyo de don Eliodoro Chau, un mentor de 74 años, Carmen está convencida de que el cacao puede seguir creciendo en la región y que existe un gran potencial para desarrollar un atractivo turístico basado en el cultivo de cacao y otros productos locales. Cuenta con 3 hectáreas, de las cuales ya ha plantado una hectárea con cacao, con el objetivo de establecer una chocolatera.
Producción de cacao en el país
El cacao es un recurso vital en la Amazonía boliviana, enfrentando una disminución global en la producción que ha elevado los precios y ha generado un déficit en el mercado. Aunque Bolivia es un pequeño jugador en el mercado mundial, el país ha visto un crecimiento significativo en las exportaciones de cacao, especialmente desde 2013.
La mayor parte de la producción boliviana proviene de la Amazonía y es cosechada con la ayuda de la fauna local. En Pando, el cultivo de cacao está altamente influenciado por mujeres que lideran unidades productivas y ven una oportunidad en el turismo comunitario.
La responsable de la Unidad Departamental de Turismo Ana Carla Becerra Cuellar indica que la falta de coordinación y de diagnóstico en el desarrollo turístico ha pospuesto el avance en la Amazonía.
La funcionaria indica que existen iniciativas para promover el turismo comunitario, como “la ruta del café”.
En Pando, mujeres productoras de cacao, como Alejandra Córdova y Gabriela Guari, están a la vanguardia del cultivo y buscan transformar sus producciones en atracciones turísticas.
Estas mujeres enfrentan desafíos relacionados con la producción y el comercio, pero también están motivadas para desarrollar rutas turísticas basadas en el cacao, que podrían atraer visitantes y contribuir al desarrollo económico local.
Cacao: producción versus calidad en manos de mujeres
El oficial del proyecto Alianzas Rurales del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras Víctor Villegas explica que son 24 organizaciones que han recibido un monto económico que les permitirá fortalecer su producción; 15 de ellas desean producir cacao, mientras que otras se enfocan en copoazú, café y ganadería.
Villegas destaca que el 95% de las producción es encabezado por mujeres.
El funcionario estatal asegura que, en la zona pandina, el rendimiento por hectárea es bajo, variando entre 2 y 8 quintales por hectárea, lo cual se considera moderado.
Se está trabajando para incrementar la producción mejorando la densidad de plantas a más de 600 por hectárea, implementando sistemas de riego y asegurando fuentes de agua adecuadas.
Otro desafío es la falta de manejo adecuado en los cacaotales. Además, se están utilizando variedades de la región según la normativa, respetando la diversidad genética.
La Ley 438 promulgada en 2013 protege las áreas de cacao silvestre y fomenta la producción de cultivos agroforestales.
Esta ley prohíbe la introducción de material genético de Alto Beni en los municipios de Pando, donde se cultivan variedades híbridas de mayor rendimiento.
Sin embargo, a 11 años de su promulgación, sigue existiendo el desafío de aumentar la producción y mejorar la calidad del beneficiado del cacao silvestre, que aún no es suficientemente valorado.
El coordinador de la Fundación Fautapo en Pando José Luis Castro subraya la necesidad de una investigación “urgente” sobre las variedades existentes de cacao en Bolivia.
Esta situación, según Castro permitirá a los productores tomar decisiones estructurales más informadas para sus parcelas, además de proporcionar datos “valiosos” al Estado, las gobernaciones y los municipios.
Actualmente, están a la espera de los resultados de un estudio sobre las variedades de cacao en la Amazonía que está realizando la organización no gubernamental Cáritas Bolivia.
Según Castro, el cacao se ha cultivado en Pando desde “hace años”, inicialmente potenciando el criollo, que es propio de la región.
Aunque este cacao tiene una buena calidad en sus características organolépticas y crece de forma natural en las riberas de los ríos y en zonas bajas, los cacaotales presentan una baja producción.
Castro explica que, aunque la calidad es alta, los volúmenes son bajos, por lo que es necesario tomar decisiones estructurales para mejorar los cacaotales en Bolivia.
Castro agrega que en el programa de cacao de Fautapo enfocado en la producción familiar, se pudo evidenciar que el 60% de las unidades productivas familiares están lideradas por mujeres.
El especialista en la producción de cacao Enrique Nogales, quien es parte del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca), promueve la conservación del cacao nativo y menciona que ha estado presente en los municipios de Gonzalo Moreno, Puerto Rico, Filadelfia, y, en menor medida, Bella Flor, en el departamento de Pando durante los últimos 15 años.
Nogales destaca la participación de las mujeres como líderes de asociaciones y productoras. “Es increíble que, en el último tiempo, las asociaciones están siendo lideradas por mujeres”.
Explica que en los municipios de Puerto Rico y Gonzalo Moreno, ellas encabezan las organizaciones, ocupando cargos de presidentas, vicepresidentas o estando en posiciones que implican la toma de decisiones.
Gran parte de las parcelas “no están siendo bien aprovechadas” por el desconocimiento sobre las bondades del cultivo y su comercialización.
El monitoreo de la producción de cacao es complicado, porque depende del comportamiento del bosque y de la zona, según dice el técnico del Cipca.
En algunos lugares, la cosecha comienza en diciembre y se extiende hasta abril, junto con la castaña. En otros, como la reserva Manuripi, el cacao madura en febrero y se mantiene hasta mediados de abril. Nogales asegura que siempre hay algo que cosechar, dependiendo de la región.
El turismo y la producción de cacao
La directora de la Unidad Departamental de Turismo Ana Carla Becerra Cuellar explica que la problemática del turismo en el país es un capítulo pendiente, especialmente en la Amazonía.
En una primera instancia, el Gobierno nacional realizó un plan turístico en el que incluyó al departamento de Pando, situándolo en último lugar.
Se proyectó desarrollar el triángulo amazónico, que incluiría Cobija, Guayaramerín y Riberalta, pero no fue realizado un diagnóstico adecuado, no hay información actualizada y no se coordinó con los gobiernos municipales ni departamentales. Además, se planea crear una plataforma para los servicios de turismo legalmente establecidos, pero esta aún no está consolidada.
La Gobernación pandina informa que está desarrollando el turismo comunitario, como es el caso de la ruta del café. La Gobernación brinda asistencia técnica en la producción de café en los municipios de Santa Fe, Santa Rosa y Puerto Evo Morales.
Además, en colaboración con la Cámara Departamental de Turismo de Pando, se busca consolidar dos puntos turísticos. Se realizó una tercera visita a la reserva Manuripi y a las barracas Mancheste e Hiroshima, donde existen comunidades con potencial de ofrecer rutas turísticas, según la Gobernación.
Estas rutas pretenden mostrar cómo se maneja la extracción de la castaña, así como la recolección de goma.
Para la Unidad de Turismo, las visitas pueden realizarse de manera sostenible: a pie, en bicicleta o a caballo. También hay la proyección de incluir observatorios de aves y la “majestuosa” experiencia del río Manuripi.
Existen lugares donde se cultiva cacao, como la hacienda de Don Peki, la hacienda de Moreno y una ruta cercana a las riberas del río Acre.
Desde la Gobernación pandina, se está realizando un diagnóstico de lugares turísticos en el departamento.
Si bien se encontraron potenciales lugares por explotar en el campo del turismo, también se identificaron debilidades.
“Tenemos ejemplos de emprendimientos apoyados por el Gobierno nacional que, tras recibir incentivos, dejaron de trabajar. Las comunidades están desunidas, desorganizadas y con conflictos”, indica la directora de Turismo sobre las principales debilidades identificadas en la región.
La funcionaria refiere que las comunidades deben tener áreas de esparcimiento, paisajísticas y recursos naturales de flora y fauna. “Pando tiene vocación para el turismo comunitario, gastronómico y científico”, enfatiza.
La presidenta de la Cámara Departamental de Turismo Rocío Salvatierra Rojas argumenta que hay “bastante cacao” en la Amazonía, lo que abre los caminos al turismo.
“El cacao de la Amazonía es muy valioso y requerido, tanto a nivel nacional como internacional”.
Para Rocío Salvatierra el turismo puede preservar la Amazonía si se maneja de manera adecuada.
El cacao que da vida al crujiente chocolate, puede dar la energía necesaria para abrir el camino del turismo a una región afectada por la recesión económica, donde las manos de valerosas mujeres se convierten en su principal inspiración.
Reportaje fue elaborado por Gabriela Pérez, periodista en Pando. En el marco del fondo de apoyo a la investigación periodística de la Fundación para el Periodismo con el respaldo de Conservación Internacional.
Mentor: Jesús Vargas – Periodista