Guerra de tarifas

 

El inicio de la aplicación de la nueva escala tarifaria para el transporte de pasajeros en la ciudad de La Paz ha resultado más caótico de lo previsto. El propio Alcalde había advertido que al principio habría confusión y que podía tomar hasta fin de mes que la población se acostumbre al cambio. Sin embargo, el proceso ha sido aún peor de lo que se esperaba.

En efecto, tres grupos de choferes que trabajan en la sede de gobierno, por separado, han decidido desconocer la norma municipal que establece las nuevas tarifas; y con ello han dado paso a un verdadero desorden, en el que la población usuaria es, como siempre, la única afectada y los mandamases del gremio vuelven a imponer su capricho.

Cabe mencionar que la escala tarifaria edil que rige desde el lunes 11 no es la misma que fue publicitada mientras se realizaba la consulta ciudadana, que a su vez arrojó resultados mixtos respecto de la intención de modificar los montos que los usuarios deben pagar en las distintas modalidades de transporte. Confusión que probablemente contribuyó al desorden creado por los choferes. Y es que, previsiblemente, los gremios del transporte público se mostraron en desacuerdo con la nueva escala, siendo lo verdaderamente preocupante que decidieran, además de desconocer la autoridad que por ley le corresponde al municipio sobre esta materia, fijar arbitrariamente sus propias tarifas.

Así, la Federación Departamental de Choferes 1º de Mayo, de la cual se separaron varios grupos de transportistas que trabajan en la urbe paceña, anunció un incremento de 30 centavos en las tarifas de tramos “cortos” y una reducción de entre 10 y 30 centavos en las de tramos “largos”; asimismo, decidió respetar las tarifas fijadas por el Gobierno Municipal para el servicio nocturno, pero modificando el horario. Los grupos alejados de la Federación, que suman 22 sindicatos, anunciaron que negociarán las tarifas con las juntas vecinales y decretaron “cuarto intermedio” en sus medidas de presión hasta conocer el tarifario para taxis y radiotaxis. Finalmente, la Asociación de Transporte Libre (ATL) decidió mantener sus actuales tarifas durante el día y aplicar las de la Alcaldía en el horario nocturno.

El resultado se traduce en incertidumbre, desorden y nuevas formas de abuso a las y los usuarios, mientras las autoridades del Organismo Operativo de Tránsito manifestaron tibiamente su decisión de apoyar al Gobierno Municipal, como si no estuvieran convencidos de que es su deber hacerlo.

Ha comenzado, pues, una guerra por las tarifas, cuyo resultado parece todavía incierto. Es deseable que en lo inmediato se reconozca el peso de la ley y que la Alcaldía pueda ejercer la autoridad que le corresponde; en última instancia, lo único que verdaderamente debe importar es que la población pueda acceder a un servicio de transporte eficiente y de calidad.

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