Las “Siete Ligas” juegan por amor al deporte
Marcelo Blanco
Con sudor en la frente y muchos nervios, Thalía Noelia Quispe se dirige a su tercer partido del día en la avenida 16 de Julio de El Alto, en la cancha La Rama. Ya son las 13:15, el cotejo inicia 10 minutos después y ella sabe que llegará sobre la hora y no podrá comer, aunque sienta hambre. Y luego tiene dos encuentros más: uno a las 14:35 en el Multifuncional de la Ceja y el otro 16:10 en la cancha Amfeal, en Cosmo 69.
Son las 18:00 y Thalía está muy cansada, pero feliz. Ya se dispone a ir a su casa y poder comer el almuerzo que tuvo que dejar de lado por ir a jugar fútbol. De esta forma se pueden resumir sus fines de semana cuando pasa todos sus sábados y domingos en las canchas de futsala o fútbol de la ciudad de La Paz y El Alto.
Ella es una de las jugadoras conocidas como “Siete ligas”, que refuerzan a equipos que compiten en torneos locales. Las muchachas, que pueden jugar en varios elencos, a veces reciben un poco de remuneración económica, pero que es mínima y solo cubre pasajes. La razón principal que las mueve a participar en varios campeonatos es para mejorar su juego y por amor al deporte.
Thalía actualmente juega en nueve lugares: la cancha La Rama (por la 16 de Julio), cancha Quiroga (Río Seco), cancha Viva María (camino a Laja), cancha Amfeal (Cosmo 69), Polideportivo de El Alto (avenida Juan Pablo II), Multifuncional (la Ceja), Altipiri, cancha de la ABB (21 de Calacoto) y en la cancha del Tejar.
Ella estudia los primeros semestres de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Católica Boliviana San Pablo y vive en la avenida 16 de Julio de El Alto. Sus clases son de lunes a sábados y sus trabajos los realiza en las noches cuando llega a su casa, pasadas las 22.00. Comenta que cuando tiene tareas se queda hasta las 03.00, y que se levanta a las 07.30 para alistarse e ir a la universidad a las 11.00.
El poco tiempo libre que tiene no es el único obstáculo que debe superar para poder jugar, ya que además debe tratar con sus padres que no están de acuerdo en que practique fútbol. A pesar de esto, Thalía logra convencerlos para que la dejen ir y argumenta que no descuidará sus estudios.
Aunque le dan permiso, sus padres no la apoyan con los asuntos relacionados al fútbol. Ella se paga los pasajes y sus cachos y zapatillas los compró con el dinero que ahorró del sueldo que recibe por trabajar, los sábados de 13.00 a 15.00 en una librería.
Motivaciones
Thalía empezó a jugar desde muy pequeña en su barrio. Sus amigos le impulsaron en el balompié que con el tiempo se convirtió en su pasión.
“Al jugar me olvido de mis problemas y preocupaciones, no pienso en las tareas, mi familia, ropa, comida o amigos, solo en cómo puedo meter el balón en el arco del equipo rival, la satisfacción que te da cuando marcas un gol es indescriptible, una felicidad que no tiene comparación”.
Agrega que anda tranquila y segura de que puede llegar a cumplir su sueño, ser parte de la selección de fútbol femenino del país y que su meta más próxima es pertenecer al club ABB, (Academia de Balompié Boliviano) y participar en el campeonato de la Asociación de Fútbol de La Paz (AFLP) para que dirigentes de la Federación de Fútbol la vean jugar.
El ABB es uno de los pocos clubes que está afiliado a la AFLP que tiene equipo femenino entre sus divisiones. De hecho, en 2016 ganó el torneo que organiza la AFLP y como premio representó a La Paz en el campeonato nacional.
El club campeón de esta competición gana el derecho de jugar en la Copa Libertadores de América Femenino. Este año, ABB no pudo repetir la victoria del año pasado quedando en segundo lugar detrás de la Liga Deportiva Villa Copacabana, que en todo caso no pudo asistir al nacional debido a que justo cuando comenzaba el torneo se jugaba la final del campeonato local.
Alejandra Gonzales Rocabado es otra de las muchachas que se dedica al balompié. Milita en ABB
Y cuenta que desde pequeña le gustó el deporte. Comenzó con gimnasia artística, pero debido a una lesión en la rodilla tuvo que dejarlo. Sus amigos y amigas le insistieron para que practicara otra disciplina y así llegó a su nueva gran pasión, el fútbol.
Empezó a entrenar en la Fundación del Real Madrid. Sus padres no estaban muy de acuerdo, aunque luego su papá le compró los primeros cachos.
Pocos años después, comenzó a jugar en la ABB donde conoció a nuevas amigas, las cuales le ofrecieron ir a jugar a las villas para mejorar su nivel. Al principio acompañó a otras jugadoras y luego se animó.
Cuenta que en un principio le llamaba la atención el ritmo de sus amigas, que vivían una maratón de partidos, uno tras otro. Apenas terminaban de jugar en una cancha se iban a otra y así sucesivamente.
Tras convencerse se animó a jugar. Sus amigas la llevaron a la cancha de Huallyani (de tierra, en Achumani), a la de Los Rosales (igual de tierra, por Los Pinos) y a las Trillizas (para futsala, en Alto Obrajes).
Tras ver el mal estado de los estos escenarios deportivos sacó la conclusión de que por lo menos el 95% de fútbol que se practica en La Paz es de salón. Indica que esta puede ser una de las razones por las que el fútbol paceño es tan básico, ya que en fútbol de salón, en división femenina, La Paz fue cinco veces campeona, pero en fútbol es totalmente diferente.
Alejandra se queja del poco apoyo al fútbol femenino. Cuenta que las primeras veces que en su colegio el entrenador y profesor de educación física siempre daba prioridad a la selección de chicos, dejando de lado a las chicas.
Respecto a las ganancias, cuenta que las mejores jugadoras, que militan en la selección La Paz o en la nacional, reciben un pequeño monto por goles o victoria, pero no es fijo. Sin embargo, al igual que Thalía, Alejandra reconoce que la motivación no es económica.
Con el paso del tiempo, Alejandra dejó de jugar en tantos lugares y se enfocó en la cancha Adesu donde juega con el equipo de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” y con el equipo ABB.
Dolencias
Agrega que dejó la vida de “Siete ligas” porque descubrió por medio de internet los peligros que corría al hacer tanto ejercicio y con la mala experiencia que tuvo, la lesión en la rodilla, prefirió reducir el número de campeonatos donde participa.
Al respecto, José Antonio Quisbert, preparador físico del gimnasio “Cobras”, indica que las rodillas son las partes del cuerpo que más sufren a causa del exceso de entrenamiento, ya que los músculos de las piernas se agotan y esto conlleva a que los tendones y articulaciones empiecen a hacer un mayor esfuerzo. A razón de esto ocurren los desgastes de rodilla, tendinitis y existe mayor riesgo de tener lesiones.
Quisbert recomienda que no se juegue más de dos o tres partidos al día, por el sobreesfuerzo que se hace. Además, es necesario que luego de cada partido la persona se rehidrate con bastante agua o un Powerade o Gatorade y que se coma carbohidratos.
Enfatiza en la importancia del descanso al menos una hora entre partido y partido.
La AFLP da una subvención para los torneos
El vicepresidente de la Asociación de Fútbol de La Paz (AFLP) Juan Carlos Carvajal García explica que desde 1998 la entidad organiza campeonatos en categorías femeninas, pero que con el paso del tiempo estas divisiones fueron desapareciendo porque, asegura, los dirigentes no querían invertir en ellas.
Por esto, informa que en 2016 la AFLP se hizo cargo en un 100% de los gastos para que los equipos participen en torneos lo que les permitió contar con diez equipos inscritos. El año pasado el financiamiento llegó al 50%.
Carvajal indica que la asociación verá cómo mantener la subvención al campeonato femenino para que no desaparezca, pero resalta que para que pueda progresar debe haber un compromiso de parte de los dirigentes para invertir dinero en esta división y así pueda crecer. Espera que esto ocurra en los próximos años, ya que la Confederación Sudamericana de Fútbol
(Conmebol) emitió una nueva orden donde ordena a los equipos que quieran participar en copas internacionales tener una división femenina.
De “Siete ligas” a Siempre Unidas
Elías Callisaya y Elena Huanca, dirigentes de equipos femeninos de ligas barriales, afirman que tienen jugadoras “Siete ligas” en sus equipos y las apoyan porque piensan que tener futbolistas de su nivel ayuda a mejorar la competitividad en los torneos.
La señora Huanca recuerda que ella de joven era igual que esas chicas, jugaba de un lado al otro. Comenzó en su colegio a eso de los 15 años y que continuó con su pasión luego de casarse. Su marido también es amante del fútbol y los fines de semana jugaban en diversos lados.
Con mucha nostalgia recuerda que era delantera y, según le decían, jugaba muy bien, por eso siempre la buscaban. De lunes a viernes se dedicaba a trabajar y jugaba los fines de semana.
Posteriormente, comenzó en la dirigencia cuando en una de las ligas donde su esposo participaba se lanzó una convocatoria para planteles femeninos. Así surgió “Siempre Unidas”, elenco bautizado así porque sus integrantes siempre estarán juntas, en las buenas y malas.
Cuando formó “Siempre Unidas” tenía 25 y el resto de chicas un promedio de 15 años.
Actualmente, todas son madres de familia tienen entre 25 y 27 años.
Tras ser madre volvió a jugar por recomendaciones de su médico y resalta que lograron el campeonato y la posibilidad de jugar en torneo organizado por la Asociación de Ligas Barriales de La Paz (Adelpaz).
Para ella lo más importante de esto no es tanto hacer deporte, sino relajarse, convivir y divertirse. No sabe aún hasta cuándo seguirá, sabe que no será por mucho, pero lo hará hasta que su cuerpo rinda.
“Mientras sean jóvenes y quieran jugar lo hagan y todos en la forma que puedan deberían ayudarlas a que sigan luchando por sus sueños”.
Asociación de ligas barriales impulsa un torneo en diversas divisiones
Una vez al año, la Asociación de Ligas Barriales de La Paz (Adelpaz) realiza un campeonato que busca promover el deporte las zonas paceñas, informa el presidente de la entidad, Roy Vásquez.
Explica que las divisiones en fútbol son: honor, senior e infantiles y en fútbol de salón: honor, damas, senior e infantiles.
Agrega que no hay división femenina en fútbol porque son muy pocas las ligas que tienen equipos, aunque espera que pronto surjan más planteles.