Cómo los medios tratan a las mujeres: Hombres y mujeres: diferencias que no se cierran

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Presentación de la investigación periodística de Patricia Flores en la Fundación para el Periodismo el pasado 24 de noviembre de 2015.

En un país en el que, en promedio, cada tres días tiene lugar un feminicidio –y que por lo tanto se convierte en el segundo país latinoamericano con el nivel más alto de feminicidios–, el tema del machismo y del patriarcado supone obviamente uno de los mayores problemas de la actual Bolivia. Es por ello que la Fundación para el Periodismo encargó una investigación acerca del tema a la periodista Patricia Flores.  Ayer, martes 24 de noviembre, tuvo lugar la presentación bajo el título «Entre el discurso y la realidad – Tensiones entre patriarcado, machismo y homofobia».

En su presentación, Patricia Flores nos habló de cuánto las mujeres en los medios masivos de comunicación están vinculadas solamente a una gama muy estrecha de temas, sobre todo relacionados a la violencia. Los hombres, sin embargo, hoy en día en programas televisivos aparecen fungiendo de expertos en todos los ámbitos, incluso en temas notoriamente asociados a las mujeres, como lo son la cocina y la belleza. Con sólo ponerles un terno y una corbata ya derrochan seriedad y pericia. Nunca a un hombre se le ve vestido «con poquita ropa» en un programa televisivo, dando consejos de cualquier tipo a los espectadores.  Mientras tanto, las mujeres suelen ser abordadas desde su feminidad y por muy alto que sea el cargo que una mujer tenga, si tiene hijos, la pregunta sobre su rol como madre es casi segura.

Las mujeres hasta el día de hoy siguen siendo seres subalternos. Si bien han empezado a liberalizar el emprendedurismo y en muchos hogares son ellas las jefas y las proveedoras, se las sigue tratando como víctimas en muchos ámbitos, entre ellos, los medios de comunicación. Ahí no son abarcadas como personas fuertes, sino que se las debilita y sus éxitos y logros son invisibilizados. Lo que atrae al público y por lo tanto, según los medios, vale contar es lo espectacular; en otras palabras: la violencia. Ésta es espectacularizada. El concepto de noticia en los programas televisivos se ha convertido además en algo diluido. En la televisión ya se pasa de una noticia frívola a otra alegre en un santiamén.

Si bien el trato de las mujeres en general por parte de los medios de comunicación masiva deja mucho que desear, hay que diferenciar entre los diferentes tipos de medios. Los periódicos, por ejemplo, están haciendo un esfuerzo para retar los estereotipos de género, algo que sin embargo no está sucediendo en la televisión. Gracias a un número de campañas ya se constata un trato más respetuoso de la diversidad sexual y de género. No obstante, tanto en televisión como en los periódicos sigue habiendo una ausencia de esta misma diversidad.

Hoy en día las redes sociales, con su ubicuidad y su uso intuitivo, se han convertido en la nueva tierra fértil para plantar semillas patriarcales y machistas. En las redes sociales ahora brotan mensajes sexistas y publicidad en la que la mujer es cosificada, como en el caso de una campaña publicitaria para la cerveza orureña Auténtica. A dos años de la implementación de la Ley 348, los avances son ínfimos. Hoy no solamente se puede constatar que el machismo no ha regresado sino que además se ha vuelto más violento y cada vez más terrorífico. Es importante recordar que el 70% de los casos de violación ocurren en el hogar y por familiares.

La revolución feminista que se inició en el pasado siglo sigue vigente, si bien de forma invisible.  Las mujeres están en segundo plano desarrollando nuevas dinámicas económicas y culturales y un cierto número de hombres es cada vez más permeable a la igualdad de oportunidades que hombres y mujeres deben compartir. Y este número felizmente va en aumento. Queda por esperar que en un futuro cercano incluso se deje de hablar de que «las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres», si es que a eso llegamos, y se comience a decir que «las mujeres y los hombres tenemos los mismos derechos».

 

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