La famosa serie 31 Minutos, que se ha convertido en un clásico de culto por su aporte al entretenimiento y aprendizaje de los niños, es una muestra perfecta de cómo hacer televisión educativa rompiendo todos los esquemas establecidos.

Álvaro Díaz, creador del programa infantil, aseguró que mezclar lo educativo con lo televisivo «inmediatamente es tacharlo de aburrido» y que 31 Minutos ha buscado siempre romper ese concepto.

Foto: 31 Minutos, programa chileno.

Explicó que 31 Minutos busca demostrar que los niños no sólo se pueden entretener con cosas banales ya que también se puede encontrar el lado entretenido en el conocimiento, los valores y el aprendizaje.

«Entretenido no quiere decir que yo estoy muerto de risa todo el día, quiere decir que me llega, que me mueve, que me hace pensar. Eso es entretenimiento», indicó Díaz, que fue expositor de la sesión 6 del Laboratorio 6 «Televisión educativa».

La importancia del juego y esparcimiento, el cuidado del planeta, el respeto a la personalidad de cada niña y niño además del cumplimiento de los derechos humanos, son algunos de los temas que aborda 31 Minutos.

«31 Minutos se presenta como un espacio entretenido para niños, pero como un espacio entretenido para niños que les interesa las cosas. 31 Minutos intenta despertar intereses porque piensa que despertar intereses es entretenido», manifestó.

El Laboratorio «Televisión educativa» es una iniciativa de la Fundación Para el Periodismo con el apoyo de la DW Akademie.