Mujeres dirigentes deportivas, dejar de ser una excepción debe ser la regla

Mujeres dirigentes deportivas, dejar de ser una excepción debe ser la regla

El autor entrevista a Carla Vargas, past presidenta del Club Atlético Ciclón de Tarija quien comparte su experiencia deportiva, pero también como mujer en un ambiente casi exclusivamente masculino.

Raúl Ortega Flores

Tarija tiene un equipo que recientemente estuvo en la Liga del Fútbol Profesional Boliviano, que es Ciclón. Este equipo,  de un tiempo a esta parte, se ha caracterizado por el empeño de sus dirigentes que soñaban con tener un equipo en la Liga Boliviana, el mismo que iba a traer movimiento económico a Tarija. Este equipo, estuvo, además, liderado por una mujer: Carla Vargas.

“Para mí es un logro ocupar la presidencia del equipo ya que por la pasión que tenía no podría dejar al equipo”, dice la exdirigente del club.

“Me tocó una gestión muy complicada ya que busqué la forma de estabilizar al equipo. El principal problema fue el tema económico que dejaron los past presidentes del club, a los cuales nunca se puso solución”.

Queda en la historia que Ciclón no solo fue un equipo de garra si no que en el último partido los jugadores armaron una camarilla y decidieron no presentarse a jugar por no haber recibido sus salarios. Fue la humillación más grande que recibieron los tarijeños.

“Aun así mis esfuerzos seguían prestos para la institución. Cuando busqué apoyo de los expresidentes, ellos decidieron darme la espalda por el simple hecho de ser mujer ya que muchos lo tomaban irónicamente, como asumiendo que iba a dar un paso al costado. Estas son actitudes machistas tanto de jugadores como dirigentes que hasta ahora no aceptan que una mujer esté a la cabeza de un club, nunca llegaron a desanimarme”, dice Carla.

El fútbol no es un deporte exclusivo de hombres sino también de mujeres. Hay excelentes equipos de mujeres que representan a los bolivianos en algunos torneos. Hoy existe un reglamento de la FIFA que dice que debe existir una mujer en las plantillas dirigenciales, lo cual no se cumple en muchos de los casos porque todavía los hombres se resisten a aceptarlo.

“Yo fui hincha por mucho tiempo. No entré por la ventana, yo seguía al club en las buenas como también en las malas y lo más importante quería sacar adelante a mi equipo”, señala..

Al final los past presidentes lo aceptaron y Carla continuó pese a las amenazas: era una dirigente reconocida.

“Entre las amenazas que recibí fue en mandarme SMS (mensajes) que decían que me cuide porque algo me podía pasar. También recibí propuestas indecentes con el fin de que acceda a ciertos caprichos. Lo irónico es que sean los propios exdirigentes quienes me lo digan de frente. No di lugar a esas propuestas”.

Carla nunca quiso ir por la vía penal ya que consideró que no debía admitir presiones. “En estos tiempos considero que ser dirigente de un club de fútbol no es un trabajo solo de hombres sino también de mujeres; y creo que debemos postularnos y demostrarles que si podemos hacerlo de mejor manera.

En mi vida todo es un reto y si se me presenta otra oportunidad de volver, lo volvería a tomar para demostrar que sí se puede y no bajaría la guardia como quisieron algunos dirigentes que no solo son locales sino a nivel nacional.

 

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