Ninguna nota vale una vida

“Cuando se cubre una guerra, la vida de los reporteros siempre corre riesgo. La consigna de la agencia siempre era que no existe nota que merezca tu vida. Nadie te va a decir gracias”, explicó Robert Hart, ex corresponsal de la Reuters, a la Fundación para el Periodismo.

Hart inició como aprendiz en un programa de la Agencia Reuters en el año 1964. Estaban reclutando jóvenes reporteros que hablaran  más de un idioma y él hablaba, en ese entonces, 3 (inglés, francés y alemán). Pasó más de un año en las mesas de redacción en Londres, luego viajó a Singapur para colaborar en la corresponsalía del país. Con esa experiencia pudo ir a Vietnam el año 1966, donde permaneció 16 meses.

“Una de las reglas de oro de los corresponsales de guerra es que si ven gente herida o muerta lo pueden reportar, pero no se pueden dar nombres, por respeto a las familias”, señala. A la vez cuenta que casi no se cubre el combate, sino se llega al campo de batalla un  día después a intentar reconstruir historias.

Cuando a él le tocó cubrir parte de la guerra, la oficina de Reuters estaba instalada en Dalat (Da Lat), en el sur de Vietnam. Se contaba con un corresponsal en jefe, 5 reporteros y un par de periodistas vietnamitas que reporteaban en su idioma. Se turnaban para ir al campo de batalla y siempre contaban con escolta del ejército estadounidense.

“Muchas veces sentí temor. Una vez un grupo de reporteros salimos en helicóptero para reportear una acción grande. El piloto tenía la instrucción de dejarnos en un lugar específico. Cuando saltamos de la nave esta se fue y de repente nos vimos en medio de una batalla: artillería acá, aviones allá. Los norvietnamitas habían penetrado”, recuerda Robert, que ahora tiene 74 años. Katy Leroy, una fotorreportera francesa que se encontraba en ese mismo grupo fue levantada, a manera de bandera, para pedir ayuda. Un helicóptero de Estados Unidos bajó y pudo rescatar a los periodistas.

Este reportero de amplia trayectoria considera que el periodismo de agencia es una buena manera de aprender las reglas del periodismo porque impone muchas restricciones, como el uso de fuentes y la confiabilidad, que se deben seguir de manera rigurosa. La responsabilidad radica en que la información emitida se replica en varios países del mundo.

“Los servicios de la agencia Reuters penetra 173 países. El servicio que entra a Israel es el mismo que a los Países Árabes y al mismo tiempo. Si hay quejas de un lado, hay que revisar la nota; pero si hay quejas de ambos lados, quiere decir que probablemente lo hicimos muy bien”, cuenta.

Robert recuerda que la época más emocionante de su carrera como corresponsal fue cuando estuvo en Bonn, que era la capital de la República Federal de Alemania. Le tocó cubrir la primera cumbre entre las dos Alemanias en 1969. También cuenta que fue redactor en Jefe del sudeste de Asia (Singapur, Malasia, Tailandia, Camboya, Vietnam, etc.), corresponsal en Buenos Aires un poco después del golpe de estado en 1976. Fue director de noticias de América Latina y el Caribe y el segundo al mando en la redacción de Londres en la década de los 80. Fue corresponsal en jefe en Madrid por 5 años y Editor en Jefe de noticias en general en Inglaterra.

“Ser corresponsal me gustó mucho. Me ha dado la oportunidad de viajar y hacer muchas cosas. Me gusta la idea de hacer periodismo escéptico, informado, mostrando hechos”, confiesa. Actualmente entrena periodistas de todas partes del mundo desde la Fundación Thomson Reuters. Tiene 3 hijas y vive en Inglaterra.

Si quieres ser famoso el periodismo de agencia no es para ti. No es muy justo. Pero si quieres aprender a ser periodista es la mejor forma. Ahora con 3 años de experiencia en una agencia lo aprendes”, concluye Robert.

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