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Adir Adhemar Sauma Córdova es redactor creativo. Estudiante de Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” Regional La Paz, Secretario General y Jefe de Estudios del Centro de Estudiantes de Comunicación Social.
Julio Andres Buitrago Alípaz. es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” Regional La Paz, Jefe de Comunicación del Centro de Estudiantes de Comunicación Social.
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No hay «plata» para el oro olímpico
“En muchos casos tenemos que pagarnos nosotros el pasaje, muchos de mis compañeros terminan endeudándose, sacando un préstamo de las agencias de viajes. Lamentablemente del Ministerio (de Deportes) es bien difícil, pero muy difícil, conseguir un pasaje…”, dice Ronal Quispe, marchista olímpico de la categoría 50 kilómetros.
Esta es la realidad de varios atletas de alto rendimiento que pasan por situaciones similares con tal de representar al país. “Es por la necesidad de aprender más y de tener roce externo. Como no me daban los fondos para irme en avión, tuve que ir por tierra en un viaje que fue más de 50 horas”, recuerda Miguel Tejerina, taekwondista preolímpico.
Mucho hace en el rendimiento de un deportista la preparación y el apoyo que recibe. Es importante cuidar su alimentación, hidratación, estado físico y anímico, el lugar donde entrena y bajo qué instrucción lo hace. Empero, los obstáculos que encuentra en su preparación, no siempre están relacionados con la competencia.
El problema
Desde el Gobierno, gobernaciones departamentales, Comité Olímpico tanto nacional como internacional y las federaciones nacionales se han llevado a cabo programas y proyectos destinados a la formación y preparación de atletas de alto rendimiento. Sin embargo, los deportistas no se sienten conformes con lo que reciben de dichas entidades.
El descontento se debe a diversos factores. Entre ellos figura la escasa inversión en la formación deportiva, una mala gestión de los recursos disponibles, falta de infraestructura reglamentaria, un equipo técnico-humano insuficiente, pocos esfuerzos para la mejorar la calidad nutricional y dejadez en la dotación de equipamientos e implementos deportivos.
El apoyo a los deportistas de alto rendimiento llega a través de las federaciones nacionales de cada disciplina deportiva. Marco Antonio Arze, presidente del Comité Olímpico Boliviano (COB) asegura que “la etapa formativa le corresponde más a las asociaciones deportivas, las federaciones solicitan recursos, (…) nosotros les damos a ellos; es la política interna de la federación la que decide qué hacer con esa plata”.
El COB recibe cada año fondos de ayuda del Comité Olímpico Internacional (COI). Esta organización, según el reporte anual del 2015, poseía $ 104.940.500 dólares para ser invertidos en programas mundiales, continentales, complementarios, juegos olímpicos y gastos de administración.
El COB recibe cada año dos montos similares de $ 200.000 dólares, uno de parte del COI y el otro de Odepa (Organización Deportiva Panamericana). Sumados hacen un total de $ 400.000 dólares que son administrados internamente.
Esos fondos, explica Arze, se los usa para las becas que “son entregadas a seis atletas bajo una reglamentación, (…); los atletas son propuestos por las federaciones nacionales y acogidos por el directorio del Comité”.
Sobre los otros USD 200.000 que recibe de Odepa, el Presidente del Comité Olímpico Boliviano señala que son distribuidos entre las 30 federaciones nacionales (algunas de ellas no son olímpicas). Agrega que ese dinero está destinado a los “diferentes eventos que se impulsan para la preparación de los atletas”.
Marcelo Peñaranda, Viceministro de Deportes, asegura que la única forma de llegar al deportista “es con un apoyo directo que consiste en programas destinados a su preparación en campamentos de entrenamiento”, refiriéndose a los campamentos realizados tanto dentro como fuera del país.
Peñaranda dice que el Ministerio de Deportes impulsa proyectos dedicados a la preparación deportiva de los atletas. Según él, su cartera otorga una beca mensual que consiste en un monto de dinero que se asigna al deportista y al entrenador para que priorice sus actividades en el ámbito deportivo, de tal manera que su preparación esté bien respaldada.
El Ministerio de Deportes tiene un presupuesto de 23 millones de bolivianos que están destinados a financiar las actividades de esa entidad y todos los niveles del deporte.
Peñaranda aclaró que de ese monto, sólo cuatro millones – que representan el 17,39 por ciento de su presupuesto – son distribuidos entre las federaciones, lo que quiere decir que alrededor de 17 millones se gastan en costos operativos internos y en otras actividades que impulsa esa repartición estatal.
Los proyectos
Uno de los proyectos de apoyo deportivo es el programa denominado “Suma Anatiri”, que en castellano significa buen deportista, gestado y ejecutado por el Ministerio de Deportes, el cual destinó un total de Bs 394.047.00 – que representa el 1.71 por ciento de su presupuesto – para beneficiar a 15 deportistas y 8 entrenadores. A los deportistas les entrega Bs 3.500 y a los entrenadores Bs 2.500 cada mes.
Peñaranda afirma que éste no sólo fue un incentivo económico, sino que también consistió en un campamento internacional realizado en China donde deportistas bolivianos, durante su estadía de cuatro meses, se dedicaron íntegramente a la preparación en su rama deportiva.
Aun así, hay deportistas beneficiarios de éste programa, como Stefany Coronado, marchista olímpica de los 20 kilómetros, que dudan de la continuidad del mismo. “El Suma Anatiri se encuentra suspendido, se acabó el apoyo este mes (…), la verdad no se sabe si seguimos o no en el contrato. Estamos esperando que nos diga algo el Ministerio, pero hasta donde yo sé, sigo con el proyecto hasta el 2018”, dice con cierta angustia.
Otro proyecto fue el denominado “Los Tunkas”, cuyo objetivo era clasificar a la mayor cantidad de atletas a los Juegos Olímpicos Rio 2016, apoyando con aproximadamente $ 250 dólares mensuales a cada competidor, además de indumentaria deportiva y pasajes aéreos de Boliviana de Aviación (BOA).
“El apoyo de “Los Tunkas” fue algo que nos cayó del cielo porque ya teníamos que ver cómo íbamos a llegar a Rio. De que íbamos a llegar, íbamos a llegar. Más que todo era un sueño y una meta”, comenta Marco Rodríguez, marchista olímpico de 20 kilómetros.
Otra de las afortunadas, como se autocalifica, es Karen Torrez, nadadora olímpica en la prueba de 50 metros. Torrez recibió el apoyo de Powerade paralelamente al brazo extendido de Solidaridad Olímpica (SO), que es parte y apéndice del Comité Olímpico Internacional. Este beneficio lo consiguió por medio de Comité Olímpico Boliviano que le facilitó una beca para entrenar en Barcelona durante dos años, tiempo suficiente, según ella, para asistir a Rio con una buena preparación.
Martin Michel, judoka olímpico, también recibió una beca de SO. “Estas becas constan de 1.000 dólares mes y un monto de 5.000 dólares para que pueda viajar a los diversos eventos”, dice el judoka.
Stefany Coronado cuenta haber recibido apoyo del COB. “Sí hubo un dinero destinado para los atletas que íbamos a ir a Rio, nos dieron un mes antes para nuestra preparación”, agrega mientras cuenta que esto le sirvió para asistir a campamentos en Santa Cruz y en el Lago Titicaca.
Poco apoyo durante Rio 2016
Para Bolivia, los juegos olímpicos de Rio fueron distintos ya que la cantidad de atletas nacionales que participaron fue mayor. “Normalmente se asistía con seis, siete y hasta ocho representantes a los JJOO. Sin embargo, este 2016 se alcanzó a 12, producto del desarrollo del deporte, principalmente del atletismo que ha calificado a 5 deportistas con marca mínima, lo que nunca antes había acontecido”, dice Peñaranda.
“Hemos estado con 35 atletas en Toronto, con 12 atletas en Rio y ahora iremos con 19 a los Sudamericanos. Todo eso lo pagamos con nuestros recursos”, comenta Arze en referencia al apoyo que brinda el Comité Olímpico Boliviano.
Según Página Siete (edición del 25 de julio de 2012), el COB destinó $ 234.000 dólares que recibió del COI para los JJOO de Londres 2012. En 2016 se destinaron $ 77.000 dólares, según “Diez.bo”. Cabe resaltar que el 2012 el COB recibió $ 800.000 dólares mientras que el 2016 recibió sólo $ 400.000 dólares.
Por lo tanto, el 2012 el COB destinó el 29.25% de su presupuesto a financiar la participación boliviana en los JJ.OO, mientras que el 2016 esta cifra descendió diez puntos porcentuales, pues el gasto sobre los ingresos es de 19.25%. A esto se suma que Bolivia envió a Londres cinco atletas y a Rio 12.
Hay mucho que hacer
“En todo este tiempo que yo vengo entrenando el apoyo ha sido mínimo hacia nosotros porque lamentablemente no recibimos ningún tipo de ayuda por parte del Gobierno, no recibimos apoyo del Ministerio y menos de nuestras federaciones”, expresa el atleta Ronal Quispe.
Sin embargo Quispe y los 11 deportistas bolivianos entrenan con lo que tienen. Ellos y los directivos de las entidades que trabajan por el deporte coinciden en que en Bolivia hay mucho potencial, sobre todo en etapa formativa primaria. También cada deportista aseguró que en sus disciplinas hay muchas capacidades, y por ende, hay mucho que invertir. Según afirman, todo dependerá de cuanto apoyo reciban las nuevas generaciones de atletas y de la implementación de verdaderas políticas que incentiven la práctica del deporte.