Editor marzo 21, 2022
violencia digital

De acuerdo con una encuesta de 2020, en todo el mundo, al menos el 52% de las niñas y jóvenes asegura haber sufrido violencia digital alguna vez (fotomontaje: Pixabay).

 

La ciberviolencia no está explícitamente reconocida en la legislación boliviana. Esta campaña promueve identificar todo tipo de ataques en el espacio digital y ponerles un alto a través de acciones concretas como la denuncia, el bloqueo y el apoyo anónimo.

 

Por Josué Daza y Patricia Cusicanqui

La violencia digital no está reconocida como tal en la normativa boliviana; de hecho, uno de los ajustes que se promueve a la Ley 348, “Ley para Garantizar a las Mujeres una Vida libre de Violencia”, tiene que ver, precisamente, con la incorporación de esta tipología en la norma. Entretanto, y como mecanismo de educación y prevención, la campaña Sororitic impulsa la sororidad en los espacios digitales.

El objetivo es identificar cualquier conducta violenta y generar una acción concreta y conjunta frente a ello, partiendo del hecho de que la sororidad promueve la hermandad y solidaridad entre las mujeres a fin de configurar redes de apoyo que impulsen cambios profundos en la sociedad.

Sororitic es una iniciativa del colectivo feminista Ciberwarmis, que cuenta con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Los mensajes de la campaña se pueden ubicar con el hastag #AlertaAnteLaViolenciaDigital.

Durante la presentación de la cruzada, se explicó a la audiencia que las víctimas de violencia digital tienen dos vías para denunciar:

1. Si se tratase de pornografía, por ejemplo, a través de las redes sociales, se debe acudir a la división de Trata y Tráfico de Personas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), para establecer si el delito se ajusta a la Ley 263, “Ley contra la Trata y Tráfico de Personas”.

2. Si el agresor es un familiar, la pareja o la expareja, la denuncia se hace en la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV), donde se determinará si la agresión cometida en el espacio digital puede tipificarse como violencia intrafamiliar o sexual, en este caso en el marco de la Ley 348.

“Ante este panorama, el UNFPA y las CiberWarmis nos hemos planteado una alternativa: la campaña Sororitic, que propone llevar al espacio digital el pacto que tenemos entre las mujeres para luchar contra la violencia”, explica Yésica Velarde, cofundadora del colectivo feminista CiberWarmis – Mujeres ayudando a Mujeres.

Se entiende por violencia digital aquella que se perpetra a través de medios digitales, como las redes sociales, teléfonos móviles, aplicaciones, correo electrónico, videos, chats, videojuegos y otros. Algunos ejemplos de violencia digital o ciberviolencia son: el ciberbullying el sexting, el stlaked, el grooming, el shaming y el doxing, y otros como la difusión, sin el consentimiento de la víctima, de sus datos e imágenes personales, amenazas, difamaciones, humillaciones y ataques que afecten la honra, la dignidad y la libertad de expresión de las mujeres.

 

¿Cómo tomar acciones contra este delito?

Una encuesta de 2020, realizada en 180 países del mudo por World Wide Web Foundation, ha revelado que el 52% de las mujeres jóvenes y niñas sufrió abusos en línea, como el envío de imágenes, vídeos o mensajes privados sin consentimiento, mensajes de odio y humillantes, o acoso sexual. La pandemia ha profundizado esta forma de violencia, por lo que en muchos países del orbe se impulsa su tipificación.

Sororitic plantea una acción concreta de parte de las usuarias para identificar conductas violentas y enfrentarlas en conjunto. El mensaje principal de la campaña es que, en caso de toparte con algún contenido digital que violenta los derechos de las mujeres, “no descargues, no compartas y no comentes. ‘Entre nosotras nos cuidamos’”.

Así, la iniciativa busca evitar la viralización de este tipo de contenido y su alcance, y promover la alerta, la denuncia y el bloqueo de toda publicación maliciosa. Para difundir esta cruzada, CiberWarmis publica en sus redes sociales una serie de posts y productos audiovisuales que desnaturalizan las actitudes agresivas en el espacio digital.

Otra de las ideas que impulsa la campaña viaja por el ciberespacio con el lema “Esta foto es mía”. La filtración de fotos con desnudos sin rostro para el chantaje y extorsión es un fenómeno estigmatizante para las mujeres, Sororitic fomenta cuidar la dignidad e integridad de las víctimas en espacios públicos digitales: “Si la foto es de todas, entonces es de nadie”.

Desde el movimiento CiberWarmis se reivindica el derecho de todas las personas a hacer uso de las tecnologías en libertad y sin violencia: “Planteamos estas campañas para decir que los espacios digitales, si bien se pueden tornar violentos, también pueden ser mecanismos para prevenir y combatir la violencia con el hermanamiento entre mujeres”.

La campaña incluye la atención de víctimas de este tipo de violencia, de manera anónima. Por tanto, invita a mujeres y menores de edad a acercarse en busca de ayuda y apoyo para canalizar algún tipo de acción o denuncia.

Se puede encontrar al colectivo CiberWarmis en sus cuentas de redes sociales de Facebook, Twitter y TikTok.