Como en Bolivia, mujeres del mundo se movilizan y toman acción para combatir la discriminación en razón de género y todas las formas de sexismo (Foto: Luis Gandarillas).
La producción de mensajes que sitúan al hombre como el centro social, donde reside el poder, contribuyen a profundizar la violencia y las desigualdades.
Por Josué Daza
Los prejuicios y estereotipos forman las sociedades para discriminar a los grupos vulnerables y los ponen en riesgo. Las mujeres son víctimas directas del sexismo en una sociedad machista patriarcal y los medios de comunicación, así como las redes sociales, pueden profundizar esta problemática contribuyendo a los niveles de desigualdad.
“No existe un tipo de sexismo nada más, tenemos muchas formas de mostrar nuestras actitudes sexistas a lo largo de nuestra vida”, afirma Teófila Guarachi, experta en comunicación y derechos de las mujeres, y cita como ejemplo de estas manifestaciones al machismo, el androcentrismo, la ginopia y la misoginia.
El machismo y el androcentrismo sitúan al hombre como el centro social, donde reside el poder, la atención y la fuente de los valores más altos. Los medios de comunicación, como institución sociabilizadora de actitudes y formas, contribuyen a la construcción de esta mirada patriarcal absoluta.
En complemento, la ginopia y la misoginia son las expresiones sexistas de menosprecio, minusvalía, culpabilidad y odio hacia la mujer. Fenómenos que se manifiestan a diario a través de micromachismos, como actitudes cotidianas y normalizadas que pasan desapercibidas al momento de referirse a las mujeres.
Y, según los estudios de género y comunicación, es en los medios de comunicación donde se replica dicho fenómeno. Por ejemplo, se hace a la mujer protagonista directa de la violencia que sufre, obviando al autor quien es responsable de dichos actos violentos. Los ejemplos de titulares periodísticos citados a continuación muestran esta inclinación.
– “Llamó a su hermana pidiendo ayuda, minutos más tarde fue degollada”
– “Presunto feminicida señala que solo evitó la agonía de su amiga”
– “Otra mujer que muere a manos del que un día le prometió ‘amor eterno’”
Un fin a esta réplica del fenómeno sexista, que pone a la mujer como objeto de violencia, es uno de los objetivos de la perspectiva de género, que en el caso particular de la labor periodística busca que los medios de comunicación contribuyan en la lucha contra la violencia de género, la marginación, las desigualdades, la inequidad y las injusticias.