Teófila Guarachi, feminista y activista por los derechos humanos y los derechos de las mujeres.
La periodista y comunicadora experta en Derechos Humanos y Derechos de las Mujeres, Teófila Guarachi, explica la importancia que tienen los medios de comunicación y el trabajo de las y los periodistas en la deconstrucción del machismo y la lucha contra las diversas formas de violencia en contra las mujeres.
Por Claudia Quenallata y Patricia Cusicanqui
— Los medios de comunicación y las y los periodistas cumplen un rol vital para el respeto a los derechos humanos. El enfoque de género y la perspectiva de género aportan a ese fin, ¿en qué se diferencian estas categorías?
— Definitivamente las y los periodistas cumplen un rol trascendental para la consolidación de sociedades democráticas y con vigencia plena de los DDHH, en este marco el enfoque de género permite el análisis de la sociedad, buscando explicar y comprender las relaciones sociales entre mujeres y hombres, identificando sus necesidades, intereses, roles y capacidades diferenciadas, para formular políticas de desarrollo que permitan superar las brechas de género y que garanticen la distribución equitativa de beneficios y oportunidades. Mientras que la perspectiva de género es una herramienta para el cambio de las relaciones sociales entre mujeres y hombres, a fin de alcanzar el bienestar de la sociedad, a partir del logro de la igualdad formal y la igualdad sustantiva.
En el ámbito periodístico la perspectiva de género es aplicada desde tres elementos básicos; CONOCER las relaciones de desequilibrio que genera una sociedad patriarcal; COMPRENDER que estas brechas generan un nivel de discriminación y violencia sobre todo contra mujeres y niñas; y TRANSFORMAR a partir del conocimiento y la comprensión de esta realidad. A partir de una cobertura periodística se puede incidir en la transformación de las relaciones de poder y la subordinación que históricamente vivieron las mujeres y niñas, por ejemplo, en la cobertura de fuentes que incluyan a las mujeres como protagonistas de la noticia y decisoras.
— Precisamente, una forma de violencia y discriminación es la invisibilización de las mujeres como fuente en las notas periodísticas, ¿a qué lo atribuye, falta de conocimiento de los periodistas o qué otro factor incide en ello?
— Varios son los factores que promueven que las mujeres solo se constituyan en fuente informativa para crónica roja o notas de tinte amarillista, entre ellos la NO diversificación de las fuentes en todas las áreas periodísticas. También los ESTEREOTIPOS de género, creemos que las mujeres únicamente pueden ser fuente informativa en determinados temas. Por otro lado, está la facilidad de acceso que hay a las fuentes masculinas, porque son de RECURRENTE consulta. Muchas mujeres en espacios de decisión tienen TEMOR de opinar o participar en los medios de comunicación debido a que los roles de género, históricamente atribuidos a mujeres y hombres, las limitan el ámbito privado o doméstico e incluso en el público. Todas son producto de un sistema patriarcal que nos define cómo ser, y en el caso de las y los periodistas ese sistema establece también bajo qué términos abordar una noticia.
— ¿Los periodistas cómo podríamos ayudar a remontar este problema?
— Comprender que un periodismo con enfoque de género no es una opción, sino una obligación, que permitirá que el 50% de la población tenga la oportunidad y la posibilidad de ser fuente informativa en todos los escenarios, no solo en temas de moda, violencia o el área de sociedad. El periodismo con perspectiva de género, al ser una herramienta que permite conocer, comprender y transformar puede ser usada con este fin, lo que permitirá cerrar las brechas de discriminación y desigualdad.
— ¿Usted decía que las mujeres se limitan, tanto en los espacios privados como públicos, podemos profundizar más en ello?
— Como decíamos, los roles y estereotipos de género limitaron históricamente a las mujeres a un escenario doméstico, íntimo, privado, por ello muchas se sienten intimidadas, porque no se valora ni su posición ni su opinión o punto de vista. A eso se suma la violencia que se ejerce en contra de ellas; un aspecto que evidencia el Observatorio de Paridad Democrática del Tribunal Supremo Electoral (TSE) es que las mujeres que están en espacios de decisión son víctimas de acoso y violencia política cuando revelan actos o hechos irregulares, lo que deriva en amenazas y acciones de violencia que buscan su silencio por el riesgo a su integridad física.
— El micromachismo es otra forma de violencia, ¿cuáles son y cómo se expresan estos micromachismos en la producción de contenidos periodísticos?
— Los micromachismos son términos y acciones que se reproducen de forma cotidiana, muchas veces son sutiles y a veces pasan desapercibidos. Sin embargo, representan la base de todas las formas de violencia de género, con prácticas que cuentan con la aceptación del entorno social y que contribuyen de manera importante a la normalización de la violencia en contra de las mujeres.
No debemos olvidar que el lenguaje construye y evidencia la forma en la que vemos el mundo, entonces, cuando en los medios de comunicación se usa de forma irresponsable el lenguaje, cuando se patentizan las prácticas machistas y se reproducen los estereotipos y prejuicios se reproduce el sistema.
La investigadora Claudia Lagos refiere, en la revista “Comunicación y Medios”, que los noticieros televisivos son dispositivos de disciplinamiento social. Por otro lado, en el artículo “Un análisis de la cobertura de femicidios” se evidencia que “el tratamiento de los femicidios en la televisión abierta no informa meramente de los hechos, sino que los transforman en historias, en narraciones que contiene criterios de una obra dramática, tal como cuando a un feminicidio se le llama “crimen pasional”, que justifica y romantiza el hecho, cuando se trata de un delito.
No debemos olvidar que los micromachismos están presentes en todo lado, desde los anuncios publicitarios en televisión, pasando por las canciones, imágenes usadas para representar roles de género, en titulares que hacen más énfasis en las características físicas de las protagonistas de la información o de la fuente informativa, en entrevistas donde se reproducen los sesgos de género, prejuicios, sexismo y estereotipos que contribuyen a mantener una sociedad patriarcal.
— ¿Existiendo normas sobre ética periodística y defensa de los DDHH, por qué cree usted que los medios de comunicación no son más cuidados al respecto cuando de violencia de género se trata?
— En muchos casos esto está relacionado con el desconocimiento de las normas o reglas básicas para el tratamiento informativo. Pero también a los intereses de los dueños de los medios de comunicación que solo buscan fines económicos, ello sumado a que las currículos de formación en las carreras de Comunicación Social no tienen una perspectiva de DDHH ni perspectiva de género.
De acuerdo a una investigación desarrollada en 2014, publicada en la revista científica CIELO “en la cobertura periodística de hechos de violencia, la presión por tener ‘la primicia informativa’ o la falta de preparación técnico-profesional de algunos periodistas suelen llevar al sensacionalismo; a sacrificar la calidad y la ética de las noticias por la urgencia de publicar hechos y declaraciones sin corroborar los datos, en particular en las noticias sobre agresiones, asesinatos y violaciones de mujeres, niñas y niños”. Ello sumado al desconocimiento de las recomendaciones, tratados y pactos internacionales, además del marco normativo nacional que da a los medios de comunicación y a los propios periodistas ciertas responsabilidades que son desconocidas en el momento de la producción de un material comunicacional para medios tradicionales o redes sociales.
— ONU Mujeres y también organismos no gubernamentales inciden en la importancia de una comunicación que promueva los derechos humanos, ¿son suficientes las acciones que se vienen realizando para promover el tratamiento informativo con perspectiva de género?, ¿qué más falta?
— Evidentemente no son suficientes, las recomendaciones, sugerencias, charlas, talleres, diplomados son importantes, sin embargo, va más allá de estas acciones el asumir desde los medos de comunicación y desde las y los periodistas una comunicación con perspectiva de género. La voluntad de cada periodista, el proceso de deconstrucción que ellos asuman, la toma de conciencia que les permita conocer para transformar es lo fundamental para avanzar hacia este objetivo. Este proceso no será imposible si hay el compromiso desde los dueños de los medios de comunicación. Es la voluntad individual, la deconstrucción personal lo que nos permitirá cambios verdaderos, desde lo individual hasta lo colectivo.