«Sí quiero» a 5.400 m de altura

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Es un domingo cualquiera. A las 08:30 de la mañana comienza el tour: un viaje organizado en bus turístico a los extremos de La Paz: desde el punto más alto, Chacaltaya, a 5.400 m de altura; al más bajo, el Valle de la Luna a 2.300 m sobre el nivel del mar, en un solo día.

Con todos los viajeros reunidos en el bus –turistas de diversos países del mundo, algunas parejas, pequeños grupos y personas individuales– comienza un viaje un tanto aventurero. Dejando atrás la ciudad, el autobús emprende un camino de tierra que en algunas partes parece ser más estrecho que el mismo bus. Carteles informando que cada “ladrón pillado será quemado vivo”, contribuyen al miedo que el mismo camino ya le da al grupo.

A 5.300 m de altura el bus para y deja a los pasajeros bajarse para que sigan subiendo unos 100 m más, pero a pie. La meta: la cima de la montaña más baja de la Cordillera de los Andes: Chacaltaya. La altura es impresionante y deja a los turistas sin aliento. Pasito a paso van subiendo por un camino de piedras para llegar a la cima. Las pausas se hacen necesarias, pues son el momento para recuperar el aliento y escuchar con atención el fuerte latido del propio corazón. Faltan pocos metros…

Finalmente, llegan a la cima. 5.400 metros y unas vistas que recompensan por el esfuerzo. El guía le explica al grupo la tradición ancestral de colocar una piedra en la cima de las montañas y de pedir un deseo, mojando la piedra con un poco de agua. Un turista francés aprovecha la ocasión, toma una piedra plana, escribe algo sobre ella y se la muestra a su compañera. “Veux-tu m´épouser?” dice la piedra, “¿Quieres casarte conmigo?”.  Ella se queda boquiabierta y maravillada con tan bonita sorpresa y declaración de amor. Toma otra piedra y sobre ella escribe la palabra “OUI!” en letras grandes – un sí vertiginoso y en francés. El grupo empieza a aplaudir con sus manos enguantadas por el frío y a desearles lo mejor.

Este viaje seguramente quedará grabado en la memoria de los participantes, no sólo por las vistas, la falta de aliento y los diferentes climas, sino también por una unión que fue tanto sorprendente como original.

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