Quién sabe… ¿lo dijo, pero no lo pensó?
Es un ideal aspirar que la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia cuente, entre sus miembros, con las mejores mujeres y hombres del país, personas destacadas en la academia e intelectualidad en razón del oficio o la actividad que realizan. Pero más que ello, gente que razona antes de hablar.
Enfatizo en ello porque quiero considerar que lo que ocurrió en la Cámara de Senadores durante una discusión en la que se departían ideas y opiniones, fue un exabrupto por parte del senador oficialista, Hilarión Padilla.
No sería sano imaginar que lo que quiso decir fue verdaderamente lo que pensó, ya que se supone que esas instancias políticas, son el “Dream Team” de nuestra sociedad.
De ser así, es menester recordar que no es el primer y, lamentablemente, no será el último caso en el que se da un espectáculo bochornoso por ser “misógino y retrógrado” y para el cual, el término “machista” queda chico. No olvidemos que en estas esferas de la política se debería debatir con nivel, altura y sobre todo con conocimiento, al menos eso es lo que la población espera, debate y que se cumpla la ley y no sea solo letra muerta.
Dicen que ”la palabra lanzada nunca regresa”; entonces, amerita un proceso ante la Comisión de Ética, bajo el cumplimiento y apercibimiento de lo que estipula la Constitución Política del Estado Plurinacional, así como también la normativa interna de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia (Reglamento Interno y Reglamento de Ética del Parlamento), que señala en la Sección de Régimen Disciplinario que quienes están bajo la función de “legisladoras y legisladores”, cometen sanciones graves si incurren en la discriminación por raza o género hacia sus iguales.
Esperemos que la Comisión de Ética a cargo de este caso resuelva el mismo con PERSPECTIVA DE GÉNERO; aun
cuando el Senador declare ante el cuestionamiento que “lo dijo, pero no lo pensó”.
Por: David Balderrama Machicado.