Los derechos de la población LGBT son de papel, afirman los activistas

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Bolivia es uno de los pocos países que incluye en su Constitución Política el reconocimiento de las diversidades sexuales. Hay normas nacionales, municipales y convenios internacionales suscritos por el país que reconocen sus derechos. Sin embargo, en la realidad, para una persona transgénero no es fácil ni estudiar ni encontrar trabajo, tampoco manifestar su amor públicamente, por dar algunos ejemplos. Para dar a conocer la situación y con motivo de la celebración del Día del Orgullo LGBT, un grupo de activistas dio un taller a trabajadores de medios de comunicación.

La Pública / Gemma Candela

¿Cómo es: LGBT, GLBT o TGLB? Cualquier orden de las siglas es correcta mientras incluya a toda las poblaciones: lesbianas, gays, bisexuales y trans (categoría que incluye a transexuales y transgénero). Y, para ser más precisos, hay que añadir la I de intersexuales,  que son aquellas personas “en las que el cuerpo sexuado varía respecto al standard de corporalidad femenina o masculina culturalmente vigente”, según la publicación Iguales ante la Ley, de Capacitación y Derechos Ciudadanos, publicada en diciembre de 2014; aunque en Bolivia no hay intersexuales que se hayan dado a conocer públicamente (es decir, no se han hecho “visibles”).  Sobre éstas y otras cuestiones hablaron Álex Bernabé, Víctor Hugo Vidangos, Vanina Lobo, Claudette Rojas y Frank Arteaga, ponentes de un taller informativo para periodistas titulado «La realidad social y legal de la población en Bolivia» organizado por la Fundación para el Periodismo en la Universidad NUR de Santa Cruz.

Este fin de semana se celebra en Bolivia y en muchos otros países el Día del Orgullo , y no del «orgullo gay», como suele decirse, porque dicho así excluye a lesbianas, transexuales, bisexuales e intersexuales, explicó el director de la Fundación Igualdad LGBT, Álex Bernabé, a los asistentes. Dentro de nuestras fronteras se llama “Día Nacional de los Derechos de la Población con Orientación Sexual Diversa en Bolivia” por Decreto Supremo 0189. Sin embargo, faltó incluir en este decreto las diversas orientaciones de género, señaló Arteaga, miembro de la Asociación Civil Manodiversa. Esta organización trabaja, entre otros, en torno a la bisexualidad. Esta es una orientación sexual sobre la que no hay datos a nivel nacional y que es la más complicada, aseguró Arteaga, porque se sufren más burlas: a las personas bisexuales les hacen preguntas del tipo “¿Tienen una pareja de cada sexo?” o “¿Son 50% gays o lesbianas y 50% hetero”?. “Somos 100% bisexuales y tenemos las mismas oportunidades de enamorarnos”, afirmó.

La población trans tampoco lo tienen fácil, desde la misma confusión de conceptos que existe: no es lo mismo una persona transgénero, que es la que vive un rol de género diferente al que tiene biológicamente pero que no se somete a un bisturí, que una transexual sí ha pasado por un quirófano para tener un cuerpo acorde con su mente.

Vanina Lobo es transgénero y representante del colectivo trans del departamento de Santa Cruz. Viste como mujer, va maquillada y luce una melena larga. Pero, si un policía la detiene y le pide su carnet (lo cual sucede con frecuencia a la mayoría de las trans), aunque ella se presenta como Vanina y así es como la conocen, su nombre legal es de hombre. Entonces, surgen problemas con los uniformados, como las reiteradas burlas o los cacheos que van más allá de lo que dicen las normas.

Por su apariencia, las trans tienen problemas y no sólo con las fuerzas de seguridad: “No tenemos acceso a la salud, a educación y, por ende, al mundo laboral”. Es por eso que muchas se ven obligadas a ser trabajadores sexuales.

Y no termina ahí la discriminación: ni siquiera tomar un micro es algo que Vanina y otras transgénero puedan hacer como los demás ciudadanos. “Cuando subo al micro, siento las miradas… ‘Mirá, el maricón va pintado’ (oye que dicen, sin disimulo). Eso lo vivimos a diario. No somos agresivas, vivimos a la defensiva”.

“La ropa no hace a Vanina, Vanina está aquí”, dijo colocándose los índices en sus sienes. A ella, como a otras, le están negando su derecho a la personalidad jurídica. Es por ello que la población trans tiene entre una de sus prioridades conseguir que se apruebe una ley de identidad de género que permita cambiar su nombre legal (el puesto por los padres) por el que han elegido de acuerdo a su verdadera identidad de género.

Claudette Rojas, de la Red LB-BOL (Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales de Bolivia), señaló que la situación no es mejor para las lesbianas, pues son doblemente discriminadas: por ser mujeres y por romper el esquema y no querer estar con un hombre. Si es una bisexual, se encuentra además que, si su pareja es un hombre, “queda” bien con la sociedad pero no con la población homosexual; cuando tiene a una mujer como pareja, es a la inversa, pero siempre “queda” mal con alguien.

De izquierda a derecha, los ponentes Álex Bernabé, Frank Artega, Claudette Rojas y Vanina Lobo. Foto: Gemma Candela

A ella le gusta vestir con ropa que socialmente es considerada masculina. Y escucha burlas de hombres que “se ofrecen” a hacerla “mujer”. Sin embargo, Rojas manifestó cuál es su respuesta ante esa conducta: “Ya somos mujeres, no necesitamos que nos hagan mujeres”.

Además de los comentarios ofensivos de hombres, hay también un mito social contra estas mujeres: que son acosadoras porque les gustan todas. “Y no es así. Es lo mismo que con un hombre heterosexual: no le gustan todas las mujeres. Tampoco a una mujer hetero le atraen todos los hombres”, ejemplificó.

¿Y cómo está la situación legal de la población LGBTI en el país?

“La Constitución Política del Estado es de las primeras que reconoce las diversidades de género y de orientación sexual”, afirmó Arteaga. El artículo 14 (II) establece: “El Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en razón de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen”. Normas nacionales como la Ley Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, la la Ley de la Educación “Avelino Siñani – Elizardo Pérez” o el Código de las Familias y del Proceso Familiar, especifican la no discriminación establecida en la Constitución. Lo mismo sucede con las leyes municipales y los convenios internacionales sobre diversidades sexuales y de género que Bolivia ha suscrito. Sin embargo, como señalaron los ponentes, hay un desequilibrio entre el avance normativo y la realidad.

En el artículo 3 del Código de las Familias se estipulan los derechos de éstas: “A la vida privada, a la autonomía, igualdad y dignidad de las familias sin discriminación”. Sin embargo, Rojas recordó que en las familias compuestas por dos mujeres con hijos, ninguna de las dos puede, por ejemplo, asegurar a su pareja y a los hijos en una caja de salud porque ese grupo no está reconocido como familia.

La norma sobre la educación deja claro en su primer artículo que “toda persona tiene derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e intercultural, sin discriminación”. Sin embargo, Lobo relató que dos compañeras trans están estudiando pero en el turno de noche; de día no es posible porque ya se han dado casos en que, por la presión de algunos padres, a estas personas no se les ha permitido continuar con sus estudios. Para evitar esto, hay transgénero que han optado por esconder su verdadera identidad sexual para poder formarse y, una vez profesionales, la han vuelto a adoptar abiertamente. Entonces, no pueden encontrar trabajo porque su apariencia externa no concuerda con el sexo y el nombre que indican sus carnets.

Sobre la situación legal en el ámbito cruceño, el abogado y activista Víctor Hugo Vidangos incidió en que, a pesar de que hay una ordenanza del 2011 que insta al Gobierno Municipal a adoptar una política de prevención, sanción y eliminación de actos de racismo y discriminación, no se han tomado medidas y no hay una instancia legal a la que acudir en caso de sufrir discriminación. Las chicas que fueron expulsadas del boliche Maratulde por besarse en público tuvieron que acudir a denunciar el hecho a Atención al Consumidor, dependiente de la Alcaldía, ya que no hay una oficina dedicada exclusivamente a casos de discriminación.

Bolivia suscribe cada año desde 2008 la resolución de la Organización de Estados Americanos sobre «Derechos Humanos, Orientación Sexual e Identidad de Género»; desde el mismo año también firma las que lanza Naciones Unidas (la última fue la Resolución Aprobada por el Consejo de Derechos Humanos: «Derechos HUmanos, Orientación Sexual e Identidad de Género», en 2102); y otras del Mercosur (Mercado Común del Sur).

El papel de los medios en el siglo XXI, destacó Bernabé, es el de transmitir cultura. Por eso, dio algunos consejos a la hora de tratar los temas que atañen a las y los LGBTI, más en estos días en que, por su orgullosa y reivindicativa jornada, prensa, radio y televisión hablarán de esta población. Aquí están algunos tips para periodistas recomendados por el director de director de la Fundación Igualdad LGBT:

 

 

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