Gustavo Wilches-Chaux: La Tierra está viva y se cura sola

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El Taller «Periodismo para la Gestión del Riesgo» se realizó del viernes 28 al domingo 30 de noviembre de 2014 en el Hotel Las Balsas, ubicado en la localidad de Puerto Pérez, en el lago Titicaca. De esta actividad participaron 24 periodistas de ocho departamentos del país, todos con el interés de profundizar sus conocimientos sobre la temática y tener un abordaje informativo más responsable desde sus medios de comunicación.

El colombiano Gustavo Wilches-Chaux fue el expositor principal del encuentro. Su experiencia en la temática como testigo de los desastres en su natal Popayán, lo llevaron a profundizar sus conocimientos y a iniciar una cruzada por la defensa de la Tierra y sus habitantes. Wilches inició su exposición exponiendo dos conceptos principales para el entendimiento  de nuestro mundo, el creacionismo y el evolucionismo, calificando a ambos como un acto de fe que se mantiene hasta nuestros días.

Durante la segunda sesión, Wilches llevó a los participantes desde el Big Bang hasta nuestros días, revisando paso a paso la evolución de la vida en la Tierra y lo sorprendente que resulta esa lucha constante que libran todos sus seres vivos a lo que califica como «la berraquera de la vida», expresión colombiana que resume todo el ímpetu de la sobrevivencia.

Cuando el planeta se cura solo provoca el cambio climático

«Oímos con frecuencia que «hay que salvar al planeta» y resulta que el planeta se salva solo porque es un ser vivo y tiene un sistema inmunológico», sentenció Wilches para explicar a los periodistas que por ese proceso, se están registrando cambios en el planeta, cambios que los hemos denominado «cambio climático».

Durante todo el proceso de evolución, la lucha se dio por encontrar energía y en el transcurso de los años, la vida se fue «inventando» para que se la obtenga de más y diversas fuentes. Pasan millones de años y los restos de dinosaurios enterrados son «mochilas» con energía (carbón, petróleo o gas)  que son carbohidratos convertidos en hidrocarburos.

Todos esos hidrocarburos acumulados en 65 millones de años, se lo están extrayendo en tan sólo 100. Esto causa el «efecto invernadero» que es un proceso muy bueno para la Tierra porque permite que se mantenga una temperatura tolerable para los seres que habitan el planeta. Sin embargo, la actividad extractivista está haciendo que el calor aumente en la Tierra, como un mecanismo de defensa en su proceso de curación frente a las enfermedades que le está causando el ser humano; especie que, para Wilches, se ha convertido en la principal plaga del planeta, con el pretexto del desarrollo.

Periodismo responsable

Wilches recordó a los periodistas que los términos de esta temática deben ser bien utilizados para no desinformar a sus públicos; por ejemplo, insistió en que un fenómeno natural no puede ser un desastre, porque el primero es un acontecimiento natural y el desastre es la consecuencia de ese acontecimiento, si no se ha tenido la capacidad de controlarlo.

En un lenguaje sencillo, que sólo es atribución de quien domina su tema, Wilches explicó metafóricamente que la «resistencia» es la capacidad que tendría una telaraña para aguantar un pelotazo, mientras que la «resiliencia» es la capacidad de la araña para volver a tejer la telaraña después del pelotazo. Y la «gestión del riesgo» significa intervenir sobre los factores que confirman el riesgo con el ánimo de eliminarlos o por lo menos reducirlos para evitar que se conviertan en desastres.

Luego de una práctica con los periodistas participantes, se identificaron algunos aspectos importantes como la necesidad de la construcción de un protocolo sobre riesgos y desastres para el desarrollo de la actividad periodística, como también continuar con encuentros de capacitación que son siempre necesarios para ser cada vez más entendidos y comprendidos por los públicos, una vez que reconocieron que existe falta de conocimiento sobre la problemática.

Roberto Bianchi, del Programa Amazonia sin Fuego (PASF), fue el responsable de desarrollar el tema de los incendios y focos de calor en Bolivia, quien informó que la deforestación en nuestro país disminuyó de 300 mil hectáreas en el 2010 a 76 mil en el 2013. Buena noticia para el país, porque un bosque no puede ser recuperado nunca.

Luis Alberto Salamanca, Coordinador del VIII Plan de Acción DIPECHO, fue el encargado de cerrar el encuentro con el desarrollo del Marco Legal de la Gestión del Riesgo en Bolivia, reconociendo que la participación de la prensa en la difusión de este tema es muy importante; por ello, el interés del Consorcio de iniciar eventos de esta naturaleza para una capacitación adecuada y necesaria.

Salamanca reflexionó con los asistentes que es necesario tomar conciencia que el problema nace en nosotros mismos para dejar de culpar a otros, por lo que es urgente adoptar medidas que nos preparen para cualquier evento natural, recordando ejemplos a seguir registrados en países como Chile, donde luego del sismo en Valparaíso de 1940, iniciaron la implementación de normas de construcción, lo que permitió que en el siguiente evento registrado recientemente, los daños hayan sido menores.

Concluyó afirmando que para llegar a estos niveles de prevención, es necesario transitar por  un proceso educativo, en el que se tendrán que formar a tres o cuatro generaciones para poder disminuir el riesgo. «¿Cómo hacer para que la gente demande a las autoridades actividades de riesgo?», planteó como un reto, recordando que en La Paz, hay una visión estructuralista pero se necesita educación.

Los periodistas hicieron conocer algunas demandas a Salamanca, como la necesidad de tener un espacio abierto de consulta permanente para realizar un mejor trabajo, donde se conozcan las distintas experiencias porque cada Departamento tiene su problemática. Como respuesta a la demanda, se creó un grupo cerrado de Facebook, que será el espacio en el que puedan no sólo compartir experiencias, sino recibir información actualizada y documentos importantes desde el Plan de Acción DIPECHO VIII y el Consorcio de Agencias Humanitarias en Bolivia.

El encuentro terminó con la entrega de certificados a todos los participantes.

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