La niña de Talita, expresión cruel de la violencia contra niñas y adolescentes

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La niña de Talita, expresión cruel de la violencia contra niñas y adolescentes 

El feminicidio de Talita desnuda la impotencia y vulnerabilidad de las niñas ante las agresiones sexuales; y la impunidad de la que gozan los agresores.

Patricia Serrano

B. fue una niña que a sus 13 años ya era madre de una bebe por un hecho de violación por su padrastro.

Su cuerpo fue encontrado el 29 de diciembre tirado entre pastizales en una comunidad denominada Talita. Un traumatismo encéfalo craneal y varios golpes la condujeron a la muerte; sin embargo, los análisis forenses refieren que también fue agredida sexualmente.

Luego de dos semanas de haberse instalado el juicio sobre el caso que consternó a la población bermejeña, conocido como el “Feminicidio de la Talita”, el 26 de octubre concluyó el proceso. Los jueces del tribunal de sentencia determinaron condenar a E. Ch. a 30 años de privación de libertad en el penal de Morros Blancos.

La historia

El fiscal de la ciudad de Bermejo, José Luis Martínez, detalló que el pasado 29 de diciembre del año 2016, funcionarios de la Policía recibieron una llamada telefónica denunciando la existencia de un cuerpo en medio de los matorrales en la comunidad de Talita.

Posteriormente, personal del Ministerio Público y efectivos de la Policía recolectaron pruebas en el lugar del hecho.

El Ministerio Público abrió el caso como feminicidio. Las cámaras de vigilancia registraron que el sentenciado círculo por  diferentes calles junto a la niña y la última imagen del registro captó que  se dirigían hacia el aeropuerto.

Este individuo fue cautelado y tras nueve meses se instaló el juicio. En esta instancia fueron las pruebas de Luminol a la motocicleta y la pericia genética al sentenciado y a la víctima, las que posibilitaron que los jueces del tribunal de sentencia de Bermejo condenen E. Ch. a 30 años de privación de libertad, sin derecho a indulto. La condena debe ser cumplida en el penal de Morros Blancos. (Contenidos extractados de las publicaciones de medios escritos regionales).

Vejada salvajemente

Una niña no puede ser vejada varias veces en su historia tan corta de vida y mucho menos ser asesinada a golpes. Es muy cruel.

Expongo la historia de B. como un ejemplo de la realidad de vida de miles de niñas en nuestra sociedad; la violencia  sexual contra niñas y niños hoy, como otras formas de violencia, está siendo naturalizada en la sociedad.

Ante este hecho, en la ciudad de Tarija y Bermejo, activistas de derechos de los niños y de género se manifestaron por la pronta resolución del caso con una sentencia de feminicidio. Este escenario de manifiesto pronunciamiento se da ante las trabas, brechas de género e injusticia con las cuales las entidades administradoras de justicia asumen la resolución de casos.

Ante los hechos aterradores que se advierten en la administración de la justicia -que en varios casos carece de un enfoque de género-, una resolución pronta se constituyó en un motivo de alta satisfacción. Hoy en Tarija se celebra el accionar ordinario y mínimo que la ley exige a la justicia.

Este último texto es irónico y cruel, pero real. Tener una resolución favorable en un hecho que involucra la violencia de género se ha constituido en un peregrinar de víctimas, entidades públicas, privadas y colectivos de la sociedad para lograr que la justicia sea proba y mínimamente cumpla con la normativa vigente en el país.

¿Qué está pasando con el imaginario social que nos hace manifestar estos sentimientos respecto a esta realidad con las víctimas y con sus familiares que perdieron a un ser que aman y que además peregrinan por justicia proba y eficiente?

Muchas debieran ser las respuestas desde los diferentes actores involucrados en esta problemática que lacera la historia de las niñas sobrevivientes de violencia sexual y en casos más crueles las arranca de esta vida.

 

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