El arte: una oportunidad de empleo para la juventud

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Fondo Concursable para la investigación periodística
La Fundación para el Periodismo, con el apoyo de Solidar Suiza, publicó por tercer año consecutivo la separata “Prioridad” que este año abordó la temática del empleo/desempleo en casos de mujeres y madres jóvenes. El objetivo de este programa es visibilizar en los medios de comunicación impresa la situación laboral, social y económica de ese segmento de la población, reflejando la problemática de conseguir un empleo digno cuando se es joven, mujer y madre.
De las postulaciones de todo el país, fueron seleccionadas las propuestas de periodistas de La Paz, Cochabamba, Oruro y Tarija.
A partir de este lunes 05 de diciembre, presentaremos los 16 reportajes que son parte de la separata “Prioridad” publicada con el periódico Página Siete, el martes 29 de noviembre de 2016.

                                                                                                                                                       Nils Puerta Carranza

Se escuchan risas y gritos en coro de niños que siguen atentamente la narrativa de Alicia que, acompañada del Conejo el Relojero, estimula la imaginación de José Alejandro, quien celebra sus diez años de vida, acompañado de sus invitados.

Una niña levanta la mano y pregunta: “¿Alicia, te quedarías a vivir en ese mundo mágico?”.
La respuesta no se dejó esperar, fue un contundente SÍ.

“Estas lindas emociones las paso casi todos los fines de semana, preferentemente los sábados”, dice María (nombre ficticio).

Quién se podría imaginar que, a pesar de la adversidad que existe en Tarija para conseguir trabajo, especialmente para los jóvenes, una mujer de dieciocho años logra hacerlo y su fuente laboral es fruto de un emprendimiento propio. Pero eso no es todo, su trabajo no es un empleo convencional de venta de productos u otra actividad transaccional como generalmente ocurre en el mercado formal e informal, sino que el trabajo que realiza María se plasma en el arte escénico con una narrativa que deja boquiabiertos a niñas y niños, estimulándoles su imaginación gracias a personajes fantásticos. Ella se dedica a contar cuentos disfrazada de Alicia en el País de las Maravillas.

“Es un trabajo que me gusta y me ayuda a sobrevivir, ya no tengo que estar en las esquinas de las calles limpiando parabrisas y estar de acróbata para que me den unos pesos. Eso hice al principio cuando me encontraba totalmente desamparada”, confiesa.

Este modelo de existencia es una inspiración para las y los miles de jóvenes que no encuentran rumbo en sus vidas, desestimando sus potencialidades y dejando que las circunstancias los invadan.
La entrevista hecha historia.

Al promediar las 17:30, en una tarde donde el sol resplandecía y sus rayos calaban sutilmente en el valle central de Tarija, rodeados por una hilera de árboles de diferentes tonos que creaban el ambiente propicio, grabadora en mano, conversaba con María en la transitada avenida Costanera.

¿Por qué escapaste de tu casa?

“Decidí salir de la casa de mi padrastro por el acoso sexual permanente y abusivo. La dejé a mi madre y a mi hermanito de tres años. Ya no aguanté lo que me hacía ese desgraciado”, infiere María, con los ojos llenos de lágrimas, cruzando sus brazos como si tuviera frío. “Desde que tenía catorce años he sido objeto de maltrato y violación, mi vida era un infierno, tenía miedo de contarle a mi madre, me aguanté tres años fingiendo que todo estaba bien”.

“Todas las veces que mi madre salía a vender, el sinvergüenza aprovechaba de mí y me amenazaba con hacerle daño a mi madre si yo lo denunciaba. Realmente fue un martirio y mi único refugio eran los libros de cuentos que me regaló mi papá cuando tenía siete años y que los tengo guardados hasta ahora. Son tres cuentos maravillosos: Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll, el Patito Feo de Hans Christian y Blancanieves de los Hermanos Grimm, que eran mi refugio después de los maltratos y abusos recibidos. Los leía y me ayudaban a refugiarme en el mundo de la fantasía, me gustaba mirarme al espejo y leer en voz alta moviéndome, bailando, haciendo gestos tratando de imitar las expresiones de Alicia”, recuerda.

¿Cuándo dejaste tu casa?

“Eran las 11 de la noche del 19 de marzo de 2014, dejé a mi madre y a mi hermanito, salí con una mochila donde guardé ropa y por supuesto mis apreciados cuentos. Al momento de cerrar la puerta, encomendé a Dios y a mi padre que está en el cielo que me protejan y emprendí el paso escabulléndome por las calles de la ciudad de Tarija”.

¿Cómo sobreviviste a la situación?

“Siempre pasábamos por la plazuela Sucre, allí conocí a unas amigas y amigos que hacían artesanías y malabarismo. Me gustaba y les pedí quedarme con ellos para aprender de su arte y viví trabajando en las calles.

“Una noche de abril, me impactó la obra de teatro de un elenco español y esa fue la inspiración por la cual me decidí a contar aquellos cuentos que ya conocía de memoria. Así surgió la idea de ofrecer mis servicios como animadora de cumpleaños para niños”.

¿Es un trabajo rentable?

“En un principio realmente fue difícil convencer a los padres de familia de nuestra oferta. Más solicitaban payasos que cuentacuentos, hasta que decidimos acudir a la Casa de la Cultura donde nos abrieron las puertas para hacer una presentación. El auditorio no se llenó, pero sí tuvimos concurrencia. El espectáculo se desarrolló exitosamente. Había mamás que les gustó y se nos acercaron para preguntar si podíamos ofrecer espectáculos a domicilio. Y así logramos nuestro primer trabajo”.

Esta historia nos enseña que a pesar de las adversidades la vida puede cambiar, María nos da el ejemplo: la actividad que más nos gusta  podría convertirse en una fuente de trabajo.

El drama de  conseguir trabajo

Viky es una joven de 23 años, su pareja la abandonó cuando nació su segundo hijo. Por circunstancias adversas, renunció a seguir sus estudios en el Instituto de Bellas Artes; lugar donde, según ella, se siente libre.
Su realidad laboral fue tortuosa, según nos cuenta, tuvo que hacer de todo: empleada doméstica, mesera en un local de comida rápida, recepcionista en un centro de Internet y también de niñera.

“No fue fácil conseguir trabajo, peor si tienes bebés, te tratan mal en su generalidad, ven  sus beneficios más que el de ayudarte, te explotan aumentándote el trabajo no acordado y sólo te queda aguantarte y aceptar lo que te dicen”.

“A pesar del sueldo mísero que no te alcanza para nada y estás metida todo el día en ese lugar, no tienes ningún beneficio social. El año pasado fue terrible. Me puse muy mal, estaba enferma con gripe y le pedí a la señora dueña del local que me ayude con aportes al seguro social y así contar con la atención médica, pero para qué le habré dicho, ella me despidió”.

Cansada de estar sometida, maltratada y explotada, decidió retomar lo que más le gusta: pintar. Participó de un taller de pintura en piedra y, a partir de esa experiencia, se dio cuenta que puede vivir de eso. Hoy en día participa de ferias en diferentes lugares vendiendo sus trabajos que son admirados, gracias a las enseñanzas de Daniela Villarroel, quien dio el curso en la Casa de la Cultura.

“Desde que aprendí la técnica de pintado en piedra mi vida cambió, soy independiente, hago mi trabajo con música, los veo a mis hijitos y encontré manos amigas que me están ayudando y felizmente estoy saliendo adelante”.

Vidas diferentes, destinos comunes

María y Viky, dos mujeres jóvenes que pese a las vicisitudes que se presentaron en el camino de sus vidas, supieron salir adelante,  apostaron por lo que más les gusta hacer,  se inclinaron al arte y éste fue el instrumento laboral que las sacó de la precariedad.

El arte es un espacio que en nuestro medio no se ha potenciado y estas historias que inspiran, nos mueven para exigir a las autoridades municipales y de gobierno hacer los esfuerzos necesarios de brindar posibilidades de formación en distintos ámbitos artísticos como posibles alternativas laborales.

Situación laboral de las mujeres en Tarija

Un estudio de percepción ciudadana sobre las oportunidades laborales para las mujeres en la ciudad de Tarija (ww.ecam.org.bo), evidencia que del total de las mujeres  encuestadas que desarrollan un actividad económica, el 32% son trabajadoras por cuenta propia o dirige un negocio propio; es decir, genera su propia fuente de trabajo.
Para el 54% de las mujeres encuestadas, la apariencia seguida de la edad, son factores que imposibilitan acceder a una fuente de trabajo.

La desigualdad salarial entre hombres y mujeres, se reafirma en esta encuesta cuando un 54% de mujeres señala que a veces reciben salarios igual que los hombres. Entre las principales razones por las que existe esta diferencia salarial, se señalan las siguientes:
•    Se valora más el trabajo de los hombres.
•    Existe discriminación sólo por ser mujer.
•    Por las responsabilidades en el hogar y su rol de madres.

Las mujeres encuestadas señalan conocer muy poco de sus derechos laborales y las instancias de denuncia cuando se vulneran los mismos, este factor es determinante para la exigibilidad de sus derechos económicos.

En la ciudad de Tarija, las actividades económicas con mayor presencia de mujeres, tienen que ver con la informalidad laboral.

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