La irrupción de las tecnologías de la información y comunicación y las redes sociales ha destruido el monopolio que hasta el inicio del siglo XXI mantenían los medios de comunicación de masas con las grandes audiencias. En la actualidad, los políticos y las empresas no precisan de los medios para enviar mensajes a las audiencias y estas tampoco necesitan de los medios para expresar y difundir sus ideas. En este contexto, las fórmulas tradicionales de publicitarias que servían para el sostenimiento de los medios han quedado cortas. Sin embargo, las fórmulas sustitutas ensayadas hasta el momento no funcionan.
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El surgimiento de las tecnologías de la información y comunicación representa para la humanidad una revolución similar a la industrial del siglo XIX. En un contexto de profundos cambios tecnológicos, sociales, económicos y políticos, los medios deben adaptarse a la nueva realidad. Sin embargo, la mayoría aún no ha iniciado esta transformación lo que, por un lado, los convierte en instrumentos comunicacionales desfasados en el tiempo y espacio y, por otro, los condena a una subsistencia precaria.
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