Educación: ¿un derecho humano o una mercancía?

Es sábado por la mañana, el próximo lunes comienzan las clases y los padres de familia inundan las tiendas del famoso pasaje La Tablada (lugar donde compran materiales escolares), una mayoría al lado de sus niños en busca de los útiles para el colegio que fueron pedidos por los profesores de cada unidad educativa. Se escucha decir por ahí: “este estuche geométrico lo compartirás con tu hermano”, “los colores no van a llevar a la escuela”, frases como estas son muy recurrentes en las primeras semanas de clases.

Pero también están las frases de fondo: si quieres darle a tus hijos una buena educación tendrás que pensar en un colegio privado” o “si quieres ser un buen profesional, en una universidad privada”.

Fotografía extraída del periódico Página Siete. Padres buscando útiles escolares.

La calidad educativa será accesible al bolsillo de los padres de familia?

A fin de año, en muchos colegios particulares, los padres deben lidiar con las mensualidades de sus hijos o las boletas de calificaciones son retenidas como si fuera parte de alguna garantía de pago. El monto varía desde bs 130 a bs 4.700. En Bolivia el derecho a la educación está garantizado a cada ciudadano en el capítulo segundo de la Constitución Política del Estado, Artículo 17 señala que: “Toda persona tiene derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e intercultural, sin discriminación”.

Entonces, ¿por qué algunos padres prefieren inscribir a sus hijos en unidades privadas?, siendo que en los colegios fiscales no pagan una mensualidad. “Pagué 825 bolivianos por una mensualidad de mi hija que está en el Amerinst. Aunque sé que es excesivo, prefiero un privado que un fiscal porque ofrecen educación de calidad”, comentó Mario Peña, padre de familia, en una entrevista hecha por el periódico La Razón.

Por otro lado, Rosario Blanco −profesora del colegio Santa Teresa, particular, y Federico Joffre Salinas, fiscal− señala que la educación en los establecimientos privados es mejor, ya que cuenta con infraestructuras adecuadas y una metodología más propicia. En cambio, la estatal no cuenta con laboratorios de química, física, etc; además, desde el Magisterio piden que seamos más considerados en pedir materiales escolares, teniendo en cuenta la situación económica de los estudiantes, eso limita un poco la calidad educativa que se brinda.

La profesora Rosario Blanco en su escritorio. Foto Marcelo Blanco

Bolivia ocupa el segundo lugar de inversión en el sistema educativo a nivel Latinoamérica, pero a su vez también pelea los últimos lugares en calidad educativa, ocupando el puesto 20 de 24, ubicándose entre los más bajos de la región. Esta brecha hace que muchos de los padres de familia busquen un mejor aprendizaje de sus niños inscribiéndolos en establecimientos educativos privados e incluso pagando por clases particulares.

Iván Fernández, padre de familia de un niño en primero de secundaria que asiste a un colegio particular, comenta que la inversión que realizó estos primeros días de clases es de bs 600 en útiles escolares y bs 200 en la mensualidad. “Aparte de ir al colegio le estamos reforzando con algunas clases particulares por ahí”, señala Fernández.

Por otra parte, Ximena, de 24 años de edad, sale a las calles con sus cuatro hijos a vender artículos para la fiesta de carnaval. Ella cuenta que esta primera semana de clases ya gastó alrededor de bs 800 en útiles escolares para sus cuatro pequeños sin contar el uniforme de la unidad educativa fiscal a la que ellos asisten. “Yo no quiero que a mis hijos les pase lo mismo, quiero que ellos estudien lo que yo no pude”, resaltó Ximena.

Ximena con su hija en su puesto vendiendo artículos para el carnaval. Foto Ricardo Pereyra

La profesora Blanco trata de dar la misma educación en ambos establecimientos, pese a las limitaciones que pueda haber. En algunos casos, ella brinda el material a sus alumnos para que tengan un mejor aprovechamiento. También indica que así como hay docentes que buscan ayudar de la mejor forma a sus estudiantes, hay otros que no tienen ese compromiso.

Las percepciones de ambos sistemas educativos muestran a la profesora, las diferencias no sólo de la infraestructura de los establecimientos educativos o la condición social de los estudiantes, sino también el de sus colegas.

El sueldo en unidades educativas estatales no es tan bueno, ya que en algunos casos no abastece los gastos que los docentes tienen como padres o madres de familia: “actualmente, gano más en el fiscal, pero es por mi antigüedad, tengo 29 años de maestra”.

Si bien el Estado garantiza el desayuno escolar y bonos de excelencia a los estudiantes que los motivan a no abandonar el estudio, los nuevos docentes también esperan un incentivo económico. “Debería haber políticas bien definidas y mejores, ya que la educación es la base del progreso de una nación”, señala Blanco.

Entonces, ¿quién debería ser el responsable de que los niños tengan una educación de calidad?

La profesora Blanco, también comenta que «los padres son responsables de la educación de los niños, ya que el proceso de formación debe ser de tres, no solo los profesores, sino también de los padres y estudiantes. Los papás deberían estar controlando a sus hijos y viendo cómo están aprovechando las enseñanzas o en qué deben mejorar si ese fuera el caso”.

 

La opinión de esta profesara, es compartida por la mayoría de encuestados en un sondeo realizado por la Formación Dual Bo. En este estudio se confirma que la población cree que la responsabilidad de garantizar una educación de calidad es del Estado.

A pesar de que Bolivia invierte en educación y preparación de docentes el 6.5% de su Producto Interno Bruto (PIB), el país sigue estando entre los últimos lugares de la región, en el puesto 20 de 24, en calidad educativa. La mayoría de padres entrevistados buscan en la educación privada lo que la estatal no les puede ofrecer. Pero eso supone un desembolso anual que no todas las familias pueden asumir.

De momento, en la calle La Tablada, seguiremos viendo como la educación es mercantilizada con la compra y venta de materiales escolares cada vez más novedoso y costosos que ayudarán a que los niños tengan una educación más de calidad.


¿Y qué pasa cuando los padres no cuentan con los recursos para comprar los materiales escolares?

Los niños trabajan para poder comprarse sus útiles y continuar con sus estudios. Ellos se dedican a diferentes actividades como vender dulces, limpiar autos o lustrar los zapatos de la gente.

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