El acceso a la salud de los sobrevivientes de la calle
“Si no se hace algo vamos a seguir viendo morir a los chicos (…) el 2017 han muerto 19 por temas de salud y violencia en la calle. En toda mi trayectoria tengo más de 90 menores muertos”, lamenta Dennis López, presidente de la Red Nacional por la Defensa de los Niños, Niñas y Adolescentes en situación de calle.
Cerca de un millón de personas viven en la ciudad más joven de Bolivia, El Alto. Lugar donde se amalgama el área rural y urbana en una síntesis social de pobreza.
El lugar más céntrico de ésta joven ciudad es “La Ceja”, debido a la intensa actividad comercial que existe en ella, además del funcionamiento de bares, discotecas, locales de paso, y por la gran afluencia de personas que hacen su paso por este sector.
Quien visitó El Alto, sin duda tuvo que hacer su paso por esta zona, donde la aglomeración de gente, comercio, bares, discotecas son un buen anzuelo para la delincuencia. Por eso es considerada como “zona roja”, por su alto índice de inseguridad ciudadana.
Aquí, si uno se detiene a observar con atención, se dará cuenta de que en ella existe niños, adolescentes y jóvenes en situación de calle. Al no encontrar protección y sentido de pertenencia en sus hogares, éstos se someten a muchos riesgos.
Trata y tráfico de personas, consumo y microtráfico de drogas, violencia física, violencia sexual comercial, delincuencia, explotación y abuso, exposición constante a todo tipo de clima, desnutrición, diferentes enfermedades… son parte de la gran lista de riesgos que corren. Ellos experimentan todos los días la conocida “ley de la selva”, donde el más fuerte sobrevive.
La vida en la calle es una de las temáticas sociales más complejas de Bolivia, según el Diagnóstico Situacional de Niñas, Niños y Adolescentes en Situación de Calle de El Alto, que asocia esta complejidad a dos factores: al tiempo de permanencia en la calle; y al hecho que muchos de los menores a una corta edad asumen la total responsabilidad sobre la satisfacción de sus necesidades básicas, como salud, vivienda, alimentación, protección, lugar de pernocte, vestimenta y otros.
El mayor problema en salud, de acuerdo al documento, tiene que ver con el consumo de drogas, heridas y dolores leves, enfermedades respiratorias, Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y el VIH/ SIDA, ya que muchos de ellos empiezan su vida sexual a corta edad a causa de abusos sexuales, explotación sexual comercial y por permanecer en lugares con altos niveles de promiscuidad.
El director del Centro Regional de Vigilancia y Referencia en ITS VIH-sida y hepatitis virales de El Alto, Benjamín Cutipa Quispe, señala que una de las poblaciones vulnerables con alta prevalencia de VIH es la población en situación calle, ya que la mayor parte del tiempo está bajo el efecto de drogas, inhalantes o bebidas alcohólicas, que los predispone a tener relaciones sexuales sin protección y de manera ocasional.
“En esta población esta enfermedad ha ido en aumento, tenemos 104 casos reportados desde 2003 hasta octubre 2017, esto incluye a aquellas que prestan al trabajo sexual”, señala.
Otras de las enfermedades que padece esta población tienen que ver con la desnutrición, infecciones broncopulmonares, enfermedades diarreicas, cirrosis o heridas graves producto de accidentes o peleas entre ellos. Además de estas complicaciones, no tienen posibilidad de acceder a servicios de salud por la falta de recursos económicos.
Enfermedades y la falta de atención en los centros de salud, provoca que tengan una expectativa corta de vida, debido a la no continuidad en los tratamientos, empeorando rápidamente su condición de salud.
Ante esta necesidad, Horacio Gonzales, educador de calle de Maya Paya Kimsa, nos comenta sobre los servicios de atención primaria en salud que realizan en beneficio de los adolescentes y jóvenes en situación de calle de El Alto.
El testimonio de José nos muestra que muchas veces se les negó el acceso a los centros de salud y extra micrófonos nos reveló, “primero nos pedían que les mostremos la plata”.
Personal de Maya Paya Kimsa, institución que trabaja desde el 2003 con esta población, afirma que en ocasiones se negó la atención a estos muchachos en distintos centros hospitalarios como el Hospital del Norte o Clínicas, y que en algunos casos, a mucha insistencia, se logró su atención. Si no van acompañados por algún miembro de las instituciones que trabajan con ellos, la situación es peor.
Escuche la respuesta de la médico María Luisa Vargas, jefa de Gestión del Paciente del Hospital del Norte de la ciudad de El Alto.
Escuche la respuesta del médico Óscar Romero, jefe de emergencias del Hospital de Clínicas de La Paz.
La Ley 548 establece que las niñas, niños y adolescentes tienen el derecho al acceso universal a la salud, a través de los servicios públicos y privados de salud sin discriminación. También prohíbe negar la atención a los niños y adolescentes, alegando razones de ausencia de los padres o representantes, carencia de documentos de identidad o de recursos económicos.
La norma también establece que las niñas, niños y adolescentes en situación de calle deben contar con programas de detección de infecciones y los tratamientos gratuitos correspondientes.
Además, el Decreto Supremo N°2377 del 27 de mayo de 2015, señala que las niñas, niños y adolescentes deben tener acceso a la atención permanente en salud, con énfasis en las niñas, niños y adolescentes en situación de calle.
Si bien la normativa vigente considera la atención en salud para las niñas, niños y adolescentes en situación de calle, existe un vacío legal para el acceso a los servicios de salud para los mayores de 18 años.
Conociendo esta realidad, el Gobierno Autónomo Municipal de El Alto, realiza las gestiones para beneficiar a esta población hasta los 21 años, con el Seguro Escolar de Salud Obligatorio (SESO), beneficio que aún no ha sido implementado.
La Alcaldía alteña, mediante la Dirección de Desarrollo Humano, inauguró en esta gestión, el albergue “Casa Luz Verde” para personas en situación de calle.
Este centro, fruto de la alianza entre la comuna y Munasim Kullakita, funciona con apoyo psicológico y pedagógico, trabajo social y salud, según la responsable de la Dirección de Niñez, Género y Atención Social, Eugenia Colque.
Los niños, adolescentes y jóvenes en situación de calle no solo son una problemática que requiere apoyo de los gobiernos municipales, departamentales y nacionales, sino también de la sociedad, quien, en vez de verse reflejada en ella y reconocer su corresponsabilidad para el planteamiento de respuestas posibles- se convierte en un factor determinante, para que estos adolescentes y jóvenes pierdan la esperanza y el anhelo de salir de la calle y reintegrarse nuevamente en la sociedad.
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