Ambos visitantes coincidieron en que la formación que imparten las universidades en América Latina no es efectiva, que debería separarse la carrera de periodismo y la de comunicación social y diferenciar su currícula. Ambos apuntaron este hecho como una de las principales deficiencias del sistema.
“Un periodista debe tener una gran base cultural e intelectual y a partir de allí conocer una serie de herramientas técnicas que le permitan realizar un trabajo periodístico balanceado y equitativo. En Alemania se hace una diferencia muy marcada entre lo que estudia un comunicador y lo que estudia un periodista”, asegura Olmos.
“Cuando un joven egresado llega a la sala de redacción, cuando se topa con la necesidad de hacer las coberturas en la calle, recién empieza a curtir su piel de periodista y probablemente ahí comienza una formación mucho más interesante que la que adquirió en la universidad. Otra es la realidad en Europa; en Alemania, por ejemplo, tenemos lo que llamamos “formación dual” en la que el joven va a una universidad pero de forma paralela tiene que trabajar por lo menos un año en un medio de comunicación. Esa es una práctica que además es remunerada por el propio medio en el que se capacita o practica. Allí, un medio no concebiría la idea de contratar un periodista sin la experiencia de la “formación dual”, complementa Martínez.
El pasado sábado 25 de enero comenzó el “Taller de capacitación de capacitadores” en el que participan 13 periodistas paceños; el curso tiene 56 horas de trabajo efectivo. Su contenido contempla ofrecer a los participantes nuevos métodos de capacitación y en su novedosa dinámica se van creando espacios para la discusión y análisis en los que los participantes están aprendiendo diferentes técnicas para planificar un taller.
Al hacer una evaluación de su trabajo en La Paz, Alberto Martínez sostiene: “La Paz me parece una ciudad alucinante y por la experiencia que me brinda este grupo, creo que en Bolivia los periodistas tienen una gran conciencia sobre lo que es la profesión y tienen interés en mejorarla constantemente; percibo una empatía extraordinaria con el oficio”.
El taller se extenderá hasta el próximo 31, Daniel Olmos sostiene que su trabajo va cumpliendo las metas y que terminará con una valoración: “Después de esta experiencia de casi dos semanas haremos una evaluación que será sobre todo para los propios participantes; ellos son quienes tendrán que decidir si tienen pasta para ser docentes. Este taller tiene dos direcciones: Una es dar herramientas para capacitadores y la otra es para que el propio periodista evalúe su capacidad para incursionar en esta actividad. Nuestra experiencia nos ha mostrado casos en los que muy buenos periodistas no han podido ser capacitadores. No se trata de forzar; lo que hacemos es mostrar una metodología que consideramos útil y buena”.
En las actividades dentro del taller, los periodistas participantes van expresando su satisfacción por las técnicas que están adquiriendo.