Las perspectivas de la cadena productiva del “grano de oro de los dioses”
Martha Gimena Mamani Mamani
La Quinua (Chenopodium Quinua Wild) es un cereal originario de Bolivia y Perú, se cultiva en la zona altiplánica en los departamentos de La Paz, Oruro y Potosí. Según testimonios de pobladores y productores quinueros de la zona de Nor y Sud Lípez en el departamento de Oruro, es la principal fuente alimenticia de los pobladores de estas zonas.
Este grano es un producto con características de alto valor nutritivo, pues tiene 36 por ciento más proteína que el trigo, 73 por ciento más de fibra y 23 por ciento menos de humedad. El contenido de aminoácidos (lisina, metionina, treonina y triptófano), dobla la riqueza en nutrientes del grano de trigo. Este buen equilibrio; proteína y aminoácido convierte a este cereal, en un grano de fácil asimilación en la dieta humana.
Desde los años 80, se fue construyendo la noción de la quinua como un “súper alimento”, cuyo consumo y producción debería ser promovido a gran escala. Esta imagen, fue promovida principalmente por organismos internacionales tales como la ONU y la FAO, y fue complementada por una serie larga de estudios sobre este cultivo.
A raíz de esto, la quinua no sólo comienza a ser un producto natural más demandado en mercados como el norteamericano, sino que también se empieza a cultivar en Europa, EE.UU., Asia y África, como señalan en 2015 Juan Rissi y Wilfredo Rojas en su estudio “Producción y Mercado de la Quinua en Bolivia”.
El valor nutritivo se destaca por sus altos contenidos proteínicos, vitamínicos y minerales, además de su bajo contenido en grasas y carbohidratos, sus cualidades antioxidantes, entre otras, detalla esa investigación.
Asimismo, posee valor económico por su potencial productivo y comercial, que comprende dos aristas; la primera, la factibilidad de insertar el cultivo en países donde éste cereal no es nativo; y la segunda, la posibilidad de mejorar las economías locales de los países productores.
Resalta aquí, el valor sociocultural, ya que se trata de un alimento ancestral, milenario y cuya producción respondería, hasta el presente, al saber invariado de los pueblos indígenas.
Edgar Soliz, director del Centro Internacional de la Quinua CIQ, consultado sobre el proceso de producción de quinua, señala lo siguiente:
“El proceso productivo de la quinua, involucra a cerca de 70.000 pequeños productores; de acuerdo a estudios. Un poco más de 50.000 productores en Bolivia, producen quinua para autoconsumo y 15.000 con fines comerciales”. Bolivia es el segundo productor de la región con 23.894 toneladas anuales de las que aproximadamente 25 por ciento se destina a la comercialización y exportación.
¿Cómo se desarrolla la cadena productiva de la quinua?
Soliz: “Los actores en la transformación de este cultivo, están organizados, generalmente, como empresas que acopian, benefician, industrializan y comercializan la quinua orgánica o convencional. Esta última tarea se orienta al mercado interno, a la exportación legal y la exportación informal.
En Bolivia, la industria de productos transformados de quinua para el mercado local es aún incipiente y está principalmente concentrada en productos destinados a mercados institucionales, como el desayuno escolar y los subsidios.
¿Qué de la industrialización de este producto?
Soliz: La industrialización de la quinua con fines de exportación, aún representa una pequeña parte de las exportaciones totales, tiene un nivel de desarrollo y diversificación mayor; y algunas empresas como La Coronilla en Cochabamba, han logrado producir cantidades muy apreciables de productos con alto nivel de transformación, bajo estándares de calidad muy elevados y que cumplen las exigencias en sanidad como las de los consumidores y del mercado.
En una corta entrevista, Doña Ema López, una de las pocas vendedoras de quinua que aún quedan en la zona, nos explicó que para tener suficiente grano para mantener su negocio, debía trabajar todos los días desde las tres de la mañana y que la mayor parte de su tiempo lo empleaba en el proceso de beneficiado tradicional.
El beneficiado mecanizado responde a la necesidad de procesar grandes cantidades de grano en poco tiempo, pero también, lograr un producto final de calidad homogénea, que cumpla los estándares de exportación, en cuanto a sanidad, inocuidad, pero también de sabor y aspecto.
Producción de derivados de la quinua
La oferta de productos como hojuelas y harina de quinua de calidad, caracteriza el trabajo de Esperanza Estévez, quien asegura que ya tiene una clientela definida.
Esperanza, es una mujer emprendedora que radica en la ciudad de Oruro y que incursionó en la transformación con valor agregado de productos que tienen como principal materia prima a la quinua.
Su producción al mes alcanza aproximadamente a 1.000 paquetes de 500 gramos cada uno de hojuela de quinua y 500 paquetes de similar peso (500 gramos) de harina de quinua que comercializa en esa ciudad.
Ella sostiene que uno de los productos más requeridos por los consumidores, es la harina de quinua.
Entrevistador: Señora Esperanza, ¿Cómo prepara la harina de quinua?
Esperanza Estévez: La harina de quinua, es elaborada a través de un proceso de secado inicial, hasta que el grano alcance una humedad menor o igual a 11%. Después la quinua es molida hasta lograr un producto de calidad para ser empaquetada, lo que decimos nosotros “panificable”.
Esta harina resultante, es incorporada en diferentes proporciones en fórmulas para la elaboración de pastas y productos de repostería, sola o mezclada con harinas de otros granos. Este producto (harina de quinua) es comprada principalmente por cocineros, chefs y pastelerías especializadas.
Entrevistador: ¿Cómo son elaboradas las hojuelas de quinua?
Esperanza Estévez: Las hojuelas se obtienen cuando los granos de quinua son sometidos a presión, normalmente de un rodillo, hasta que obtengan la forma de lámina. Las hojuelas se consumen de la misma forma en que se comen las hojuelas de avena o de trigo, o suelen incorporarse en la preparación de mezclas, cereales de desayunos y barras energéticas, uso que también se le da a las “pipocas de quinua”.
Entrevistador: ¿Cómo se elaboran las pipocas?
Las “pipocas o insuflados de quinua”, son el resultado de la expansión del grano que se produce al someterlo a calor y alta presión, para lo que se utilizan ollas inoxidables con tapas de teflón. El grano que resulta de este proceso, es varias veces mayor que un grano normal y tiene una consistencia porosa. Las “pipocas” también forman parte de varios productos finales. Pueden venderse saborizadas, solas o como parte de cereales de desayuno, y en barras energéticas.
Las “pipocas de quinua”, son uno de los subproductos de quinua con mejores perspectivas de exportación. Sostienen estudios de mercado que realiza el Centro de Investigación de la Quinua – CIQ, que brinda asesoramiento técnico al productor y al consumidor de este cereal.
A partir del manejo de información referida al proceso de producción y comercialización de quinua realizado en este reportaje, se puede concluir a priori, que es importante mantener e incrementar el apoyo técnico y económico con el fin de fortalecer la cadena productiva de la quinua) para alcanzar los mayores niveles de competitividad del “grano de oro de los dioses” producido en Bolivia en los mercados internacionales.