Editor mayo 29, 2022
Mujeres buceo ABI

La imagen muestra a las militares en proceso formativo durante clases teóricas (foto: ABI).

 

Una treintena de militares, entre capitanas, tenientes, alféreces, suboficiales y otros rangos, adquiere una serie de habilidades que cualifican su desarrollo profesional. En la lógica de la división sexual del trabajo. Se calcula que cerca del 8,5% de los militares de carrera en pleno ejercicio son mujeres.

 

Por Patricia Cusicanqui Hanssen, con datos de ABI

Un grupo de 29 mujeres militares se entrena en buceo básico a orillas del lago Titicaca, en el departamento de La Paz. Aunque no se trata de las primeras mujeres en formarse en esta especialidad, su incursión representa un avance para los derechos laborales de las mujeres y es una demostración de que la división sexual del trabajo no es más que un constructo que discrimina a las mujeres por su sexo.

La capacitación está a cargo del Centro de Instrucción de Buceo en Altura, dependiente de la Armada Boliviana, según informa la agencia de noticias ABI. De las participantes del curso 23 pertenecen al Ejército de Bolivia y seis a la Armada Boliviana, y sus rangos son capitanas, tenientes, subtenientes, alféreces, suboficiales y sargentas.

La formación comenzó el 10 de mayo. “Por el lapso de 50 días, las alumnas buceadoras recibirán instrucción en natación, entrenamiento físico, teoría del buceo, buceo práctico diurno y nocturno, maniobras en botes zodiac, tiro naval, operaciones de búsqueda, salvamento y rescate en agua, primeros auxilios y pruebas de confianza, llegando a realizar inmersiones hasta los 15 metros de profundidad”, detalló a ABI el teniente de Fragata, Nelson Quisbert, su instructor.

Por su parte, el capitán de corbeta, Efraín Meneses, recordó que el Centro de Instrucción de Buceo en Altura de la Armada Boliviana se convirtió, a lo largo de los años, en un referente internacional de buceo en altitud, tomando en cuenta que es la única escuela del mundo que opera a 3.810 metros sobre el nivel del mar. “Desde acá graduamos talento humano altamente capacitado, además de investigadores en tecnología subacuática”, afirmó Meneses.

 

Desmontando constructos

Por división sexual del trabajo se entiende la división del trabajo socialmente necesario a partir del sexo de las personas, una noción histórica y socialmente construida. De esta manera, se diferencian las actividades que “deben” realizar las mujeres y las que “deben” realizar los hombres, adjudicándoles diferentes espacios en función del sexo. Así, “corresponde” fundamentalmente a las mujeres desarrollar su actividad en al ámbito doméstico —considerado como reproductivo—, y a los hombres en el ámbito público —considerado como productivo—.

En vista de que los roles de género asignados reciben una valoración social distinta, la división sexual del trabajo refuerza, como en otros ámbitos, la discriminación, la desigualdad y las relaciones jerárquicas de poder.

Por tanto, la incursión e incorporación de las mujeres en ámbitos tradicionalmente asignados a los varones rompe con esa imposición sociocultural y fomenta el ejercicio pleno de los derechos humanos de las mujeres, además de mejorar sus ingresos y, por consiguiente, su calidad de vida y la calidad de vida de quienes dependen de económicamente de ellas.

De acuerdo con un reportaje publicado en el diario Los Tiempos a finales de 2020, “Bolivia ya cuenta con cientos de mujeres militares. Según datos del Ministerio de Defensa, cerca del 8,5% de los militares de carrera en pleno ejercicio, entre jefes y oficiales y clases, son mujeres. Es decir que hay aproximadamente 120 mujeres en ese orden jerárquico. A ellas se suman alrededor de 420 cadetes de los diversos institutos de formación militar”. Y desde 2018 se van sumando las mujeres que realizan el servicio militar regular.