Fotografía ilustrativa de Hassan Ouajbir, vía Pexels.
Este 14 de febrero se celebra una de las festividades más expandidas en el mundo, no solo por la cantidad de gente que la conmemora, sino por los volúmenes de dinero que mueven. Desde los feminismos se proponen diversas lecturas sobre el amor y las formas de amar.
Por Claudia Quenallata
Edición: Patricia Cusicanqui
Producto de la globalización y el acceso ilimitado a diversos tipos de contenidos a través de la internet, la celebración de San Valentín se expande e instituye prácticamente en todo el mundo. Pero no todas las relaciones de pareja son una expresión del amor romántico como se lo ha construido a lo largo de siglos, sino que, para muchas mujeres, la idea de lo romántico se traduce en un mecanismo de control, sometimiento y otras formas de violencia.
Entre los diversos aportes desde el feminismo a esta temática, la antropóloga española Coral Herrera desmonta el mito del amor romántico y sostiene que hay otras formas de amar primordiales, como el que las mujeres empiecen por amarse a sí mismas y a construir nuevas formas de relacionarse.
“Gracias al feminismo —dice Herrera—, mi relación con el amor y las relaciones de pareja y con la gente a la que quiero son mejores; en la medida en que voy trabajando los patriarcados que me habitan aprendo a ser mejor persona, a gestionar mejor mis emociones, a cuidarme más a mí misma, y a querer mejor a los demás”.
La autora sostiene que cuando una mujer es capaz de “amar en libertad”, el amor es una experiencia de liberación que les permite disfrutar del sexo y de la vida, ser auténticas, conocerse mejor, trabajar por dentro, crecer y potenciar su desarrollo personal.
“El feminismo me ha enseñado que mi cuerpo es sagrado, que mi cuerpo es lindo en todas sus etapas, que todo el mundo tiene que respetarlo, que nadie puede tocarlo ni usarlo, y que puedo expresar mi deseo y vivir mi sexualidad con libertad, sin miedos ni culpas”, postula.
Así, con el pasar del tiempo y la construcción del conocimiento de la mano de mujeres y colectivos que fueron derrumbando mitos y estereotipos construidos por un sistema patriarcal que idealiza una forma única de amar, el amor y el romance se pueden ver hoy desde otras perspectivas.
Amor y consumismo
No obstante, el impulso que le dan el consumismo y el capitalismo a celebraciones como San Valentín son también un enorme motor de reproducción de las viejas ideas instituidas. Diversos estudios acerca del comercio mundial han identificado al Día de los Enamorados como una de las mayores y mejores oportunidades de negocio del año, después de la Navidad, para potenciar las ventas. Miles de millones de dólares se mueven en obsequios, cenas, viajes y otros.
Un informe de 2019 elaborado por Picodi (un portal que recoge los códigos de descuento, de rebajas, ventas, ofertas y toda la información promocional) da cuenta de que el país que más dinero mueve en esta fecha es Irlanda, seguido de Gran Bretaña, Estados Unidos, China y Portugal. En la lista aparecen también naciones de América como Chile, México, Perú, Argentina y Colombia, en ese orden.
En Bolivia, la celebración es relativamente “nueva”, pero el acceso a las tecnologías la impone, incluso por encima del tradicional 21 de septiembre.
El amor propio en tiempos modernos
En todo caso, otro fenómeno se suma a la actual coyuntura. Una encuesta realizada a jóvenes de entre 18 y 25 años de edad por la plataforma y aplicación de citas Tinder, da cuenta de que los millennials y centennials prefieren la soltería en comparación con generaciones anteriores.
El 86% de los participantes afirmó que estar soltero tiene un impacto positivo en sus vidas. Así también, el estudio resalta el placer que les otorga el tener más libertad para hacer sus propios planes, viajar, gastar dinero y dependes de ellos mismos.
He aquí otros interesantes datos que arrojó el estudio:
– 81% de las y los encuestados afirma que no tener una relación en pareja le proporciona grandes beneficios.
– 74% prefiere mantenerse soltera o soltero, pues esto les permite con mayor facilidad conocer gente nueva y hacer amigos.
– 72% de las y los jóvenes optó, de manera consciente, por la soltería.
– 65% valora más su libertad e independencia en lugar de “atarse a alguien”.
– 62% cree que no tener pareja les permite ser más productivos, especialmente en vida profesional.
– 51% se concentra más en sus hábitos y cuidados personales cuando está sola o solo. Se procura más, va al gimnasio, cuida su alimentación, etcétera.
El análisis de la información recogida por Tinder apunta a que para estos jóvenes lo más importante es enfocarse en su persona, sin la necesidad de tener a alguien que les impida ser sí mismos o desenfocarse de sus proyectos de vida.