¿Quién defiende a las periodistas?

 

Fondo Concursable para la investigación periodística
La Fundación para el Periodismo, con el apoyo de Solidar Suiza, publicó por tercer año consecutivo la separata “Prioridad” que este año abordó la temática del empleo/desempleo en casos de mujeres y madres jóvenes. El objetivo de este programa es visibilizar en los medios de comunicación impresa la situación laboral, social y económica de ese segmento de la población, reflejando la problemática de conseguir un empleo digno cuando se es joven, mujer y madre.
De las postulaciones de todo el país, fueron seleccionadas las propuestas de periodistas de La Paz, Cochabamba, Oruro y Tarija.
A partir de este lunes 05 de diciembre, presentaremos los 16 reportajes que son parte de la separata “Prioridad” publicada con el periódico Página Siete, el martes 29 de noviembre de 2016.

                                                                                                                                            Betty Condori Rojas

Las periodistas defienden los derechos de todos, pero nadie las defiende a ellas, ni siquiera ellas mismas. Eliana Terrazas trabaja hace seis meses en el área de prensa del canal de televisión de la Universidad Técnica Privada Cosmos (Unitepc), en Cochabamba. No recibe un sueldo, sino una bonificación de 500 bolivianos. Hace un año, en otro medio de Quillacollo, le pagaron en especie, con ropa de un shopping.

Con 23 años, Eliana es soltera y egresada de la Universidad de Aquino Bolivia (Udabol). En el canal, otras tres periodistas jóvenes están en las mismas condiciones.
Este sistema laboral que se observa más en las radiodifusoras y algunos canales de televisión, llama la atención de Ernesto Pérez del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), quien habla del trabajo a destajo con condiciones mínimas de decencia. “Es un empleo indigno, de baja calidad”, califica.

La jornada laboral de un trabajador es de ocho horas diarias y nadie puede ganar menos de 1.605 bolivianos mensuales, por Decreto Supremo del 1 de mayo de 2016. Las periodistas jóvenes extienden sus actividades entre 10 y 12 horas, no perciben horas extras ni otros beneficios.

El día de Eliana inicia a las 8:30 de la mañana hasta las 13:30. Diez notas periodísticas es lo que debe generar cada día y a veces incluso editarlas. Permanece en su fuente laboral cinco horas, más de medio tiempo; por tanto, su salario tendría que ser mayor a los 800 bolivianos mensuales, pero gana 500.

“Es un bono por pasajes y alimentación, eso es lo que me han explicado”, señala.

Le fueron asignadas fuentes políticas como la Alcaldía, Concejo, Gobernación y debe preocuparse de cubrir al presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, cuando hace noticia.

Las tres jóvenes periodistas que comparten la fuente laboral de Eliana son también recién egresadas. Mientras tanto, la remuneración del camarógrafo es de 700 bolivianos por el mismo tiempo de trabajo.

El estudio Empleo en Bolivia: Algunos hallazgos del Informe de Desarrollo Humano 2016 elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), encuentra discriminación en los ingresos por género. Los femeninos sólo representan el 44% de los masculinos, en 2013.

En Bolivia, 11.463 periodistas desarrollan labores diariamente, de los que 7.956 son hombres y 3.507, mujeres. El informe del Censo 2012 del Instituto Nacional de Estadística (INE), incluye profesionales en ciencias de la comunicación, redactores de estilo, locutores de radio, televisión u otros medios, técnicos en radiofusión y grabación de audiovisual y especifica que del total, 4.404 están entre los 15 a los 29 años; 1.620 son mujeres y 2.775, hombres. Trabajan más en el área urbana (10.915) que en el área rural (548).

De acuerdo al mismo informe, en Cochabamba trabajan 655 periodistas jóvenes, siendo 258 mujeres y 397 hombres.

Para el experto Ernesto Pérez del PNUD,  la situación de las jóvenes periodistas es una demostración de las condiciones inadecuadas que no sólo se presenta en la economía informal, sino que también ocurre en empresas legalmente establecidas. “Trabajar en una empresa no es garantía alguna de que se vaya a generar empleo de calidad”, asegura.

Para  Eliana, su condición laboral no parece afligirla. Es más, cuenta que hace un año era peor. Al ingresar al Canal 23 de Quillacollo, también en prensa, el propietario le aclaró que si quería alguna remuneración debía buscársela ella misma consiguiendo un  contrato publicitario. Halló respuesta en un shopping, pero por intercambio de servicios; es decir, el pago fue en especie, con ropa. Luego, el acuerdo fue con pago en efectivo. De 1.200 bolivianos acordados mensualmente, el 70% iba a las arcas del dueño del medio y el 30% se quedaba con ella (360 bolivianos al mes). “Si no había publicidad, tampoco había ingreso alguno”, complementa.

LA SITUACIÓN DE LUISA

La condición de Luisa (nombre ficticio) no es diferente. Ella trabaja en una de las emisoras grandes y de mayor audiencia de Cochabamba. El domingo 10 de julio fue a Colomi (región del trópico), a cubrir el conflicto vecinal por límites con Villa Tunari que terminó con enfrentamientos y gasificación. La jornada empezó a las seis de la mañana y se extendió hasta más allá de las seis de la tarde. Fue protagonista de doce horas continuas de transmisión sobre los violentos hechos, en un trabajo que ofrece pocas condiciones principalmente para las mujeres jóvenes.

Luisa tiene 25 años. Es soltera y el trabajo no le preocupa; es más, dice que le apasiona “la acción”. Llegó hasta el lugar en trufi, no tuvo un alimento consistente durante el día porque, en las condiciones violentas del entorno, hallar un plato de comida era un triunfo. El retorno fue también por cuenta propia, aunque esta vez se arrimó al transporte de uno de los canales de televisión.

A la consulta de si recibió el triple pago que las leyes laborales determinan por faenas en domingo, dijo: “No sé, no creo, nunca ha variado mi sueldo por trabajar en domingo”. La Ley General del Trabajo vigente en el país, establece el pago triple por una jornada en domingo, pero para el sector de la prensa no se considera este mandato.
La radialista cuenta que en realidad recibe parte de su sueldo en efectivo, que es el monto básico de 1.800 bolivianos, y que si quiere mejorar sus ingresos debe buscar un auspicio publicitario.

A EDITH LE VA MEJOR

A diferencia de Eliana y Luisa, a Edith Erquicia, comunicadora formada en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), no le fue difícil conseguir empleo en medios de comunicación. “No me puedo quejar”, afirma, aunque tuvo ciertas dificultades al inicio. Empezó en 2011, cuando aún cursaba el séptimo semestre de la carrera. La idea era hacer prácticas de redacción en el programa del periodista Martín Colque. Percibía 450 bolivianos por cinco horas diarias.

Luego vino su experiencia en radio Fides Cochabamba, donde permanece. Su salario es de 3.500 bolivianos, tiene seguro de salud y los fines de semana no trabaja, pero antes debe dejar dos notas para el primer informativo del lunes.

¿Y LA DEFENSA?

Ninguna denuncia de trato y trabajo indignos ha llegado hasta la Federación de Trabajadores de la Prensa de Cochabamba, la organización sindical que los aglutina y cuyo objetivo es defender los derechos de los trabajadores.

“Para nosotros no es difícil emitir una denuncia, lo difícil es comprobarla. Las supuestas víctimas tienen miedo de quejarse y cuando nos acercamos a ellas, niegan todo maltrato”, señala el ejecutivo de la Federación, Claudio Rojas.

En tanto que para el presidente de la Federación de Medios de Comunicación de Cochabamba, Antonio Torrico Saavedra, el momento pasa por varias instancias, pero principalmente por la crisis de las radioemisoras que cerraron o su personal se redujo a sólo dos personas, además “muchos medios sufren las consecuencias de la asfixia económica del Gobierno”, porque eliminó las publicidades para algunos medios que considera contrarios a la posición del Movimiento al Socialismo (MAS). También el mercado cochabambino no es lo suficientemente grande y fuerte como para costear los costos operativos. “Entonces, los dueños de medios optan por fletar espacios, no importa a quién”, sentencia.

Torrico señala que como Federación no tiene ningún pronunciamiento sobre la situación laboral de las periodistas, porque actualmente ocupa su tiempo en reestructurar la institución. El número de afiliados  apenas  llega a siete en Cochabamba: dos periódicos, tres radios y dos canales de televisión. Desconoce cuántas periodistas trabajan y en qué condiciones.

Está convencido que los periodistas deberían percibir el salario mínimo, como cualquier otro trabajador. “Si a una trabajadora del hogar se le paga el mínimo, cómo a un periodista se le puede dar menos. Se necesita que haya una representación sindical dura en defensa de los defensores de los derechos de los demás”.

Torrico es propietario de la radio Centro y asegura que paga a las Administradoras de Fondo de Pensiones (AFP) y que el sueldo depende de la antigüedad. El jefe de prensa debe recibir entre 5.000 a 6.000 bolivianos.

Recuerda que las radios cumplen “turnos infames” porque llegan a las cinco de la mañana, al medio día deben empezar a preparar el programa hasta las 13.30 y volver en la noche.

El director de Trabajo de Cochabamba, Vladimir Villarroel, se comprometió a informar sobre las inspecciones realizadas a los medios para comprobar las condiciones laborales, pero suspendió la entrevista.

“Los dueños de los medios o los productores de programas independientes deciden la forma de pago. Como Colegio sólo observamos y alguna vez nos pronunciamos para dignificar al periodista con título, pero otros gremios tienen celos de que nos involucremos con sus asociados”, afirma Lucio Aponte, presidente del Colegio de Comunicadores Sociales de Bolivia.

Aponte considera que se necesita una norma “para que no sigan estos abusos, más considerando que la mayoría de los propietarios de medios es empresario y busca el lucro”.

Rojas parte por pedir que las periodistas denuncien para que la Federación intervenga y considera que las periodistas deben amar y defender lo que hacen y no regalar su fuerza de trabajo. Mientras tanto, Eliana espera que su situación sea temporal y que muy pronto se presenten otras mejores oportunidades.

DATOS

Las periodistas
* De acuerdo al Censo de 2012 del Instituto Nacional de Estadística (INE), en Bolivia existen 11.463 periodistas (se incluyen profesionales en ciencias de la comunicación, redactores de estilo, locutores de radio, televisión u otros medios, técnicos en radiofusión y grabación de audiovisual), de los que 3.507 son mujeres y 7.956, hombres. En el área urbana están 10.915 y en el área rural, 548.
–       En Bolivia, 4.404 periodistas están entre el rango de los 15 hasta los 29 años, de los que 1.629 son mujeres y 2.775, hombres.
–       En Cochabamba trabajan 655 periodistas, siendo 258 mujeres y 397 hombres.
–       En el estudio “Periodistas ante el espejo”, el ONADEM señala que el salario promedio que reconocen percibir los periodistas es de tres mil bolivianos, con algunas variaciones según ciudad y empresa.

– En el mismo estudio, se señala que los periodistas trabajan alrededor de 12 horas y hacen turnos de noche, fines de semana o días feriados sin pago extra.

Este reportaje se efectuó gracias al Fondo Concursable para Investigación Periodística impulsado por la Fundación para el Periodismo (FPP) y  Solidar Suiza, instituciones que seleccionaron y apoyaron 16 proyectos periodísticos de todo el país.

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