La general Rosa Lema al jurar el cargo en la Policía Boliviana (foto: Página 7)
No solo fue la cuarta mujer en la historia de la Policía Boliviana en llegar al grado de general, sino que construyó los pilares institucionales para la lucha contra la violencia hacia la mujer, además de impulsar procesos de capacitación y reflexión con enfoque de género.
Por Claudia Quenallata y Patricia Cusicanqui
Marcó hitos y rompió estereotipos dentro de una de las instituciones más patriarcales y machistas del país, y su contribución fue vital para institucionalizar la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) y para construir el protocolo para la atención de las mujeres víctimas de violencia.
La general de Policía Rosa Guadalupe Lema Zanier fallecida el domingo 23 de enero a causa de una enfermedad terminal, se suma a la lista de mujeres bolivianas que hacen e hicieron historia al aportar a desmontar un sistema hegemónico y desigual que concibe a las relaciones sociales a partir de roles de género social y culturalmente construidos.
Lema Zainer fue la cuarta mujer en ascender al grado de General en la Policía Boliviana, luego de lo cual fue nombrada Subcomandante General de la institución verde olivo. Y cuando el Gobierno y la Policía decidieron reestructurar la entidad para dar un giro en la lucha contra la violencia, fue la impulsora de la implementación de la FELCV.
Patricia Brañez Cortez, coordinadora nacional del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres – CLADEM Bolivia, recuerda a la general como una mujer que “construyó su carrera sorteando muchos obstáculos en una institución con estructura masculina y patriarcal. Pienso que ha sido un doble o hasta triple esfuerzo demostrar que ella era capaz de asumir los cargos que asumió. Ella ha logrado romper con el techo de cristal, y con seguridad ha aportado a la equidad de género en su institución. De esta manera ha abierto el camino para muchas mujeres policías más”.
Desde la teoría de género se denomina techo de cristal a las limitaciones impuestas para el ascenso de las mujeres en diversos ámbitos, principalmente laborales.
Comprometida con los DDHH de las mujeres
Tras la institucionalización de la FELCV, Lema Zainer trabajó también de manera conjunta e integral con otras entidades públicas y privadas en la construcción del Protocolo y la Ruta Crítica para la atención de las mujeres víctimas en el marco de la Ley 348, “Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia”.
En esa labor coincidió con la abogada experta en derechos de las mujeres Mónica Baya, secretaria técnica de la Comunidad de Derechos Humanos Bolivia, quien sostiene que el legado de Lema Zainer debe ser la posta que tomen otras mujeres policías y las propias autoridades para construir una institución con igualdad de oportunidades para mujeres y hombres, en un espacio donde las relaciones de poder se transformen.
Brañez destaca que fue la general quien encaró dentro de la Policía todo el proceso de negociación para que la FELCV cuente con personal capacitado; asimismo impulsó el proceso de sensibilización en materia de DDHH de las mujeres con las y los uniformados en coordinación con instituciones de la sociedad civil. “Contribuyó de manera cualitativa a la sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres”, afirma Brañez.
Promotora de transformación
Bayá recuerda el pensamiento y las acciones de Lema Zainer parafraseando a la general: “Ella solía decir: ‘La FELCV es la cara social de la Policía, potenciarla para que cumpla sus funciones de manera más pronta y eficiente es la mejor forma de incrementar la credibilidad de la ciudadanía hacia nuestra institución. Los cambios institucionales requieren gestarse desde dentro, las mujeres policías podemos mover las estructuras patriarcales si nos unimos y trabajamos juntas, no por intereses personales sino por una convicción colectiva de que ello le hará mucho bien a la Policía”.
Fue en la década de los años 50 que la entidad del orden permitió por primera vez el acceso de las mujeres para formarse en el nivel de suboficiales, y desde los 70 ya podían ascender al grado de oficiales. En el caso de los institutos militares, esta conquista también se produjo a finales de la década de los 70; ambos progresos marcaron un hito no sólo para estas entidades, sino para el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres y la equidad e igualdad de oportunidades.
Las mujeres constituyen la mitad de la población de todo el planeta, pero a pesar de ello y de los avances destacados en materia de género, su participación en todos los ámbitos del desarrollo y la toma de decisiones es todavía limitada, sobre todo en áreas consideradas tradicionalmente como espacios solo para los varones.
En ese marco, en el 2000, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, (ONU) aprobó la Resolución 1325, que subraya la necesidad de integrar a las mujeres en los procesos de mantenimiento y promoción de la paz y la seguridad internacional, lo que fue motivo de sucesivos informes e iniciativas de las Naciones Unidas.