¿Hemos avanzado como sociedad o aún estamos proceso?

El pasado jueves 29 de julio, nuevamente se presenció un suceso de conducta discriminadora y machista en la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia en la 160º Sesión Ordinaria de la Cámara de Senadores. Durante el debate, hubo un momento crítico en el que el senador del Movimiento al Socialismo (MAS), Hilarión Padilla, expresó: “que no le gusta discutir con señoras, yo respeto a mi mamá y no tengo porqué discutir con la hermana senadora, porque a la final es mujer, yo no voy a pelear“, en repudio el apoyo que daba la jefa de bancada del Senado de Comunidad Ciudadana (CC), Andrea Barrientos, al expresidente y líder de CC, Carlos Mesa.

Entrando en contexto del debate, es importante conocer qué hizo Mesa, considerado el principal opositor del actual Gobierno. Mesa fue presidente del Estado Plurinacional de Bolivia durante el período de 2003 al 2005, después que le tocara ser sucesor constitucional de Gonzalo Sánchez de Lozada, cuando dio el doloroso Octubre Negro. Actualmente, los oficialistas, consideran a Mesa como el que inició el denominado “golpe de Estado” en 2019.

De esa manera, el debate se encontraba acalorado y desencadenó en los comentarios versados por Padilla al referirse con esas palabras a Barrientos, descalificando sus capacidades intelectuales y discriminándola por su condición de mujer, motivos por los que no accedería a una discusión o debate.

En ese momento la Senadora recalca la actitud machista de su colega y, posteriormente, presenta su denuncia ante la Comisión de Ética de la Cámara de Senadores para su respectiva sanción y sentar precedente ante posibles situaciones similares.

Las palabras expresadas por Padilla revelan que aún existe en nuestras autoridades y representantes una actitud discriminadora y machista, sin perspectiva de género y que la idea de erradicar la violencia contra la mujer y motivar una cultura de paz es solo un discurso en los poderes del Estado e Instituciones Públicas de nuestro país, cuando en ellas debería primar la igualdad y equidad de género.

De hecho, la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia en su artículo 11 indica: “La República de Bolivia adopta para su gobierno la forma democrática participativa, representativa y comunitaria, con equivalencia de condiciones entre hombres y mujeres”.

Del mismo modo en su artículo 14, parágrafo II menciona: “El Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en razón de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen, cultura, nacionalidad, ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil, condición económica o social, tipo de ocupación, grado de instrucción, discapacidad, embarazo, u otras que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos de toda persona”.

Finalmente, en su Artículo 14 parágrafo III dice: “El Estado garantiza a todas las personas y colectividades, sin discriminación alguna, el libre y eficaz ejercicio de los derechos establecidos en esta Constitución, las leyes y los tratados internacionales de derechos humanos”.

Foto: Referencia.

Por: Andrea Enríquez.

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