Políticos: Los primeros en replicar el machismo
“Entonces, no tengo por qué discutir con la hermana, porque al final es mujer. Yo no voy a pelear”, dijo el senador del Movimiento al Socialismo (MAS), Hilarión Padilla, durante la sesión del pleno de la Cámara de Senadores en alusión a su colega Andrea Barrientos, de Comunidad Ciudadana (CC).
La Senadora se indignó por sus declaraciones y expresó su molestia mediante las redes sociales y anunció que presentará una denuncia ante la Comisión de Ética.
Este hecho es una clara muestra de machismo, que ocurrió en el ámbito laboral. Un varón que se niega a debatir con una mujer solo por su condición de mujer. Sin lugar a dudas, al Senador se le olvidó que su colega también ocupa el mismo cargo que él, y que Barrientos fue elegida por el voto del pueblo.
En Bolivia las autoridades están más atentas a sus peleas internas que ha trabajar por un cambio verdadero. Pesa bastante su posición política, y en este sentido, si esta declaración la hubiese realizado alguna autoridad de otro partido político ese mismo instante habrían llegado las sanciones.
Es respetable la posición del Senador al negarse a debatir, sin embargo, existen palabras para expresarlo. Al decir que no debatirá con Barrientos por ser mujer y solo lo haría con el señor Carlos Mesa, ¿acaso la senadora está menos preparada, solo por ser mujer?
La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha manifestado que la igualdad de género es una tarea inacabable, que empoderar a las mujeres es un trabajo pendiente, pero que se debe lograr, ya que es un derecho fundamental para poder vivir en una sociedad justa y pacífica.
En noviembre de 2020, la Asociación de Concejalas y Alcaldesas de Bolivia expresaron su preocupación por el acoso y la violencia política en el país. Pocas mujeres se atreven a denunciar y prefieren callar por miedo a que las amedrenten, o simplemente se adecuan a su creencia que les dice que ellas solo sirven para la cocina.
Por su parte, los colectivos de mujeres constantemente se están movilizando ya que consideran que la Ley 348 Contra la Violencia a la Mujer debe ser reformada, pero pocos casos llegan a tener una sanción penal y esperar que se haga justicia, que se actúe pronto, es en vano.
Y para dar un ejemplo de cómo actúa la justicia en nuestro país, aunque la Senadora haya presentado esta denuncia ante la Comisión de Ética, poco o nada se podrá hacer. Antes de hacer justicia en Bolivia, las autoridades deberían hacer cumplir la misma, pero primero ven los intereses de su partido político.
Desde el MAS se habla bastante de la equidad de género, la inclusión de la mujer en el ámbito político, a ocupar cargos importantes, pero da a pensar que lo hacen por caretas y por ganar más militancia. Son las autoridades las que deberían dar el ejemplo, empezar por aquí también el cambio.
Padilla tampoco se disculpó ante tal hecho. Está claro que lo ocurrido en la sesión del pleno de la Cámara de Senadores es irrelevante, ni siquiera sus compañeras del MAS salieron a pronunciarse, ¿o sienten que este acto machismo no fue para ellas?
Como mujer me indigna este comentario porque la lucha es de todas. Conseguir la igualdad, el respeto, es un trabajo constante que involucra absolutamente a toda la sociedad. No importa cuál sea la ideología política que seguimos: merecemos respeto y en esta situación habría sido bueno que todas las mujeres del Parlamento se unan repudiando este hecho.
La psicóloga social, Elizabeth Peredo, en su entrevista a la BBC Mundo en 2014 hizo un análisis de la política boliviana, y argumentó con hechos que es bastante machista, y que varios políticos, especialmente del MAS, justifican sus hechos como algo cultural y normal.
Muchas veces los comentarios machistas de estas autoridades pasan desapercibidos o como un simple chiste, como ocurrió en 2012 cuando el ex presidente, Evo Morales, en una visita a una mina, se dirigió a dos trabajadoras preguntando si ellas eran “perforadoras o perforadas”, esto causó chiste entre los presentes.
También está el fenómeno del ex alcalde de Santa Cruz, Percy Fernández, muchas veces manoseando y besando en público a varias mujeres. Estas imágenes que sorprendieron al mundo por el comportamiento de la autoridad y por más que una periodista afectada denunció ante los medios el hecho, nadie hizo nada.
Por: Miriam Ortiz Farfán.