En Cochabamba, periodistas consideran que hay que fortalecer el gremio para autorregularse y conseguir una ley de acceso a la información
En el marco del taller de promoción de acceso a la información pública, directores, editores y periodistas de medios de comunicación de Cochabamba coincidieron en que es necesario fortalecer el gremio con el objetivo de autorregularse para mejorar el trabajo y promover una norma de acceso a la información pública.
Como resultado de una charla dada por el comunicador argentino Martín Becerra —investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y doctor en Ciencias de la Información—, respecto de las normas internacionales y nacionales que fortalecen la posibilidad de acceder a la información pública, periodistas plantearon varias inquietudes con relación a su trabajo.
Por ejemplo, el periodista independiente José Romero comentó que las solicitudes no consiguen, en muchos casos, respuestas positivas. “Desde mi experiencia, cuando pido datos a la Fiscalía, Policía, ministerios, Alcaldía o Gobernación es como hacerlo en un saco vacío”, lamentó.
Katiuska Vásquez, periodista de Los Tiempos, replicó que a ella le fue regular, pues sí pudo acceder a lo que requería, aunque depende del tiempo de investigación y el tiempo de la respuesta. “Estos requerimientos hay que hacerlos pensando en el mediano plazo, pensando en que nos responderán en un mes, porque es imposible menos de este tiempo”, aseveró.
El jefe de Prensa de Red Uno, Diego Viamont, afirmó que las instituciones ponen trabas para otorgar datos y que se escudan en que necesitan autorización de sus superiores. “Es la respuesta más común —declaró—. A veces ni siquiera aceptan entrevistas y dicen que necesitan autorización de una autoridad nacional. Es un trámite engorroso”. Al respecto, Becerra explicó que este procedimiento se trata de una censura sutil.
David Ovando, presidente de la Federación Sindical de Trabajadores de la Prensa de Cochabamba, mostró, como ejemplo de la tardanza en otorgación de datos, un pedido hecho en marzo de 2021, que no recibió respuesta, tiempo en el que pasaron cuatro autoridades. “Hay una presión para los periodistas pero no hay información oficial. Ello obliga a buscar a un policía o a un abogado que tenga información no oficial y que en muchos casos resulta siendo información falsa o que es desmentida”, sostuvo Ovando.
Otro elemento que complica la labor periodística, de acuerdo con Leslie Lafuente, directora de Los Tiempos, es que las conferencias de prensa de las autoridades son cerradas, es decir que no aceptan preguntas. No obstante, como una manera para encontrar solución a estos problemas, la comunicadora resaltó la rearticulación de los gremios de la información, ya que permiten autorregularse para mejorar el trabajo. “La resurrección de los gremios puede ayudar a poner freno a la censura y permitir la autorregulación, además de encaminar una ley de acceso a la información”, aseveró.
Freddy Calle, de radio Urbana, vio como necesario promover espacios de educación en el sistema educativo y en la sociedad para que los ciudadanos asuman que el acceso a la información es un derecho. “Nos hace falta una cultura de la solicitud de información. Las personas, muchas veces, tenemos miedo de pedir o preguntar. Es que el sistema educativo nos ha generado una especie de barrera”, opinó.
La periodista Angélica Melgarejo dijo que la falta de información ocurre tanto en temas trascendentales como otro que no los son. “Cada año he tenido trabas con las entidades de la Alcaldía y Gobernación para hacer notas del aniversario de Cochabamba. Me piden una carta con solicitud de información, firmado por el director del medio, cuando el jefe se encuentra en La Paz. Después piden un cuestionario”, contó.
Lafuente recalcó que un avance en el trabajo conjunto es el registro de agresiones o violaciones a los derechos de los periodistas, “que es muy importante porque nos permite saber cómo estamos”.
La actividad se desarrolló en el marco del proyecto promoviendo el acceso a la información como una herramienta para fortalecer el periodismo en Bolivia en el marco del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC) de la UNESCO y la Fundación para el Periodismo.