Crisis en la periferia tarijeña: “No tengo agua porque no tengo dinero”
Crisis en la periferia tarijeña: “No tengo agua porque no tengo dinero”

Crisis en la periferia tarijeña: “No tengo agua porque no tengo dinero”

Son las cinco de la mañana y Aquelina Calle Serrudo se levanta de la cama, enseguida también lo hace su hijo. De prisa, salen juntos de casa cargados de baldes y botellas. Saben que si se retrasan, los animales llegarán antes que ellos a la quebrada y ensuciarán el agua que deben obtener para el aseo, lavado de ropa y el consumo diario para los siete integrantes de su familia.

Aquelina y su familia habitan un hogar que escasamente cuenta con paredes de adobe y techos de bambú, exponiéndose a fenómenos climáticos extremos como vientos y lluvia que llegan a empapar sus exiguas pertenencias. Les es imposible costear la instalación de agua potable administrada por “concesiones privadas”, como las califican en la zona. “No tengo agua porque no tengo dinero”, lamenta.

Esta es una de las problemáticas por las que tienen que pasar la familia Calle y otras personas de escasos recursos de los barrios periurbanos Buena Vista 1 y 2 de la ciudad de Tarija en Bolivia. Por ello deben apelar a la buena voluntad de los vecinos que gozan de este beneficio. Cuando no lo logran tienen que proveerse del líquido elemento que sale de una quebrada contaminada, exponiéndose a distintas enfermedades. 

A la misma quebrada acude Maribel Romero. Ella vive en el barrio y consume el agua contaminada desde hace 5 años, de donde uno de sus hijos ha adquirido problemas dérmicos por bañarse con esa agua. “A mis hijos les hace salir hongos y para el honguito es caro para hacerle curar, llevarle al doctor, comprar las pomadas”, relata.

Romero ya hizo el requerimiento para la dotación de agua, pero a la fecha el comité de agua barrial no le ha brindado ninguna solución porque consideran que el monto económico no cubrirá los gastos de maquinaria y conexión de tubería, debido a que su vivienda se encuentra un tanto apartada. Los representantes del Comité se negaron a brindar declaraciones al respecto.

En ese sentido, Nelson Llanos, cirujano digestivo formado dentro en la rama de la gastroenterología, expuso que es un gran peligro el consumir agua de la quebrada para las familias, sobre todo para los niños. “Esa agua está completamente contaminada no solo con heces fecales humanas, sino también de animales, murciélagos, sapos y agua que se fermenta”, dijo. Varias personas presentaron dolores abdominales.

“El agua contaminada puede transmitir enfermedades como la diarrea, el cólera, la disentería, la fiebre tifoidea y la poliomielitis. Se calcula que la contaminación del agua potable provoca más de 502 000 muertes por diarrea al año”, según la OMS.

Jose Luis Yuca, presidente del barrio Buena Vista 2, reportó que en varias ocasiones se ha hecho las solicitudes para que puedan tirar una manguera y así las familias logren consumir agua potable. Al mismo tiempo lamentó que los Comités les den la espalda al no querer hacer la inversión por el hecho que son solo 3 a 4 familias las que requieren de este insumo. 

Cobros excesivos por la instalación

Estos barrios, denominados de nueva creación, cuentan con el servicio de agua potable gracias a la construcción de pozos gestionados en concurrencia por el Gobierno Nacional a través de la Unidad de Proyectos Especiales (UPRE), y la Alcaldía de Tarija, que, sin embargo, no son administrados por la Cooperativa de Servicios de Agua y Alcantarillado de Tarija (Cosaalt) sino por Comités de Agua barriales. 

De acuerdo a testimonios de los vecinos, estos Comités solicitan el pago de 2.300 bolivianos para la dotación del servicio en sus viviendas, que a su parecer son “cobros excesivos” tomando en cuenta que Cosaalt cobra cerca de 800 bolivianos para la instalación de servicio a una vivienda nueva que requiera el líquido elemento con “urgencia”, de lo contrario los montos son menores.

Estos Comités de agua que están en el área de servicio de Cosaalt, de los que además se asegura que no son fiscalizados sobre la calidad de agua, deben también dotar a sus usuarios la conexión de redes de alcantarillado sanitario, sin embargo, por el momento aún existen pozos sépticos. 

“Como manda la norma, donde existe un operador -en este caso Cosaalt- no debería conformarse ningún comité de agua y ahí está el error (…) no puede existir dos operadores de dos servicios que son complementarios”, así lo mencionó el gerente de Cosaalt, José Luis Patiño.

“A veces sin bañar estamos”

Florentina, una mujer de avanzada edad, vive en una precaria vivienda con otras seis personas de su familia que apenas entienden el castellano. Ella también mendiga por agua a los vecinos de su zona ubicada en Buena Vista 1. En caso de no encontrar el líquido elemento, debe caminar al menos unos diez minutos para llegar a la quebrada de donde extrae el agua para su consumo diario. 

“Necesito agua pues, de la lluvia nomás voy a agarrar (…) Cuando no llueve, de los vecinos, o sino de la quebrada (acarreo agua) en baldes. A veces sin bañar estamos, ¡cansa también la mano!”, manifiesta, mientras muestra un oxidado turril donde almacena el agua que logra conseguir. 

Pese a sus insuficientes recursos económicos, Florentina refiere que intentó comunicarse con el presidente del comité de agua del barrio, para ver la posibilidad de conectar el servicio hasta su casa, pero este no contestaría las llamadas. Por último, con cierta incertidumbre tras desconocer la calidad del agua que consume junto a su familia, menciona “mi pecho me está doliendo”. 

“Se cree que el agua de los pozos administrados por los Comités no estaría siendo tratada y que el elemento vital pasa del pozo al tanque y del tanque a la red”.

Para Cosaalt, pese a los diferentes problemas por lo que se atraviesan en la ciudad “la obligación de todo operador es darle 100 por cien de agua a todos los beneficiarios”. La Cooperativa de Agua de Tarija está dispuesta a cuantificar y reconocer “mediante un certificado de aportación” los gastos en tubería o bombas que hubiesen implementado los beneficiarios, para que, de una vez, Cosaalt “sea el único ente regulador del servicio de agua potable y alcantarillado de Tarija”.

Eriberto Choque, presidente del barrio Buena Vista 1, confirmó que conoce que hay familias que lavan su ropa en la quebrada y no así del consumo. “Hay algunos que no tienen (agua) y es porque ellos no pueden pagar el monto de 2mil bolivianos de trabajos y todo eso que tienen que pagar al directorio del Comité de Agua”.

Texto y fotos: Andrea Angelo

 

Este reportaje fue realizado en el marco del curso “Derecho humano al agua, saneamiento y periodismo”, promovido por la Fundación Para el Periodismo, con el apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y de la Unión Europea.