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Más de 80 mil jóvenes desempleados en Bolivia

El Fondo Concursable para Investigación Periodística sobre el Empleo Juvenil en Bolivia es una iniciativa de la Fundación para el Periodismo y Solidar-Suiza que, por segundo año consecutivo, publicó la separata “Prioridad” y fue distribuido junto al periódico Página Siete. Los reportajes que se presentan fueron seleccionados por su calidad y rigurosidad periodística en el marco del programa. Sus autores recibieron una beca para estimular su realización.

Israel Dennys Gutiérrez Gutiérrez

El Director Nacional de Trabajo, Roberto Pardo, informó que alrededor de la cifra son muchos los factores que encierran la falta de empleo juvenil tanto en varones y más aún en mujeres. Destaca la falta de experiencia laboral, la cantidad de profesionales que se gradúan o titulan al año, los bajos salarios, la inestabilidad continua, prima la amistad a los conocimientos y el no acceso a la seguridad social entre otros.

De una cantidad de 30 entrevistados en las ciudades de La Paz y El Alto, 15 reconocieron que ingresaron a sus fuentes laborales por amistad con un camarada de curso o universidad, seis aceptaron un bajo salario en comparación a lo que otros perciben por el mismo trabajo, tres trabajan como consultores sin acceso a seguridad social, cinco trabajaron entre dos y cuatro diferentes empleos en tan sólo un año, sin ejercer su profesión; uno, por falta de experiencia laboral e ingresos obligadamente se dedicó a otro trabajo donde tampoco ejerce su profesión.

Carlos de 25 años, se considera una persona con suerte. “Desde la universidad siempre he tenido suerte, nunca me han faltado amigos ni fiestas [….], hoy gracias a uno de ellos tengo un buen empleo, él trabaja para su papá y yo le ayudo, no me va mal”. Carlos trabaja en una empresa de auditores desde que salió de la casa superior de estudios donde se formó.

No sucede lo mismo con Silvia, quien pese a tener buenas notas en la universidad, tuvo que acceder a un trabajo donde le pagan el salario mínimo impuesto por el gobierno. “Es muy difícil encontrar un trabajo, busqué nueve meses después que me titulé como administradora de empresas, todos te piden referencias o años de experiencia. Cómo tenerla si recién salía de la universidad, imposible”. Ella trabaja administrando un café.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de desocupación juvenil en el país es del 8 por ciento, lo que significa más del doble de la tasa de desempleo general que es de 3,2 por ciento. Por su parte, Bruno Rojas, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) -con datos de 2011- informó que la tasa de desempleo general fue calculada en 8 por ciento, mientras que la  desocupación juvenil fue prevista en 14,5 por ciento. La investigación fue hecha en las ciudades de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto, exclusivamente en zona urbana.

Ronal trabaja en un medio de comunicación, relata que aceptó ser contratado como consultor debido a la falta de empleo existente en el país. “Al principio fue muy difícil para mí pasar de radio a televisión, tuve no sólo que tener amigos sino aceptar una infinidad de viajes por el salario que me pagaban, fueron muy claros conmigo, me dijeron que no me pagarían ni seguro en la Caja Nacional de Salud ni aportes para la jubilación, tengo una familia que mantener y se me presentó la oportunidad, así que la acepté”, aseveró el periodista.

Alejandra de 25 años, graduada de la carrera de trabajo social informó: “Este año tuve cuatro empleos; el primero, fue repartiendo volantes por todo  un mes […] me pagaban 800 bolivianos por más de 12 horas de trabajo; en el segundo, trabajé en el área de mensajería, lo malo era que no me daban para mis pasajes y si me daban era una miseria y no respetaban mis horas de salida, duré cuatro meses. Hasta hace una semana trabajé de mesera en un boliche, era muy peligroso, así que mis padres me obligaron a dejarlo y hoy trabajo en una guardería. Realmente me esforcé por encontrar un trabajo para lo que estudié, pero es muy difícil, el mercado está muy saturado, la gente se agarra con dientes y uñas cuando encuentra un trabajo”.

Algo que también afecta la inserción laboral es la economía nacional. Laura, Educadora Especial de profesión, afirma que en su primer empleo le pagaron 450 bolivianos ayudando a niños con síndrome de Down. “Muchos de los padres de niños con discapacidad no tienen dinero para sostener a sus familias y menos para pagar a un educador especial. En La Paz y en sí en Bolivia no existe la cultura de atención a estos niños, muchos trabajamos y elegimos la profesión por vocación y amor y los pocos centros que ayudan este tipo de casos carecen de presupuesto; claro, son privados, el Estado en sí no se preocupa por ellos”.

Según estadísticas del Registro de Comercio realizadas por Fundempresa, la base empresarial activa del país registró a diciembre del año pasado 122.995 empresas, logrando así un 80 % de crecimiento en comparación a 2013 donde se reportó un número de 68.232. De acuerdo con su tipo societario, sobresalen las unipersonales con 103.621 firmas, que a su vez develan un crecimiento de 105 por ciento con relación a 2012. En segundo lugar, se hallan las de responsabilidad limitada (17.635), seguidas por las de sociedad anónima (1.492), las extranjeras (208), las sociedades colectivas (19), las de comandita simple (10), las sociedades anónimas mixtas (9) y las de comanditas por acciones (1). Mostrando así que son pocas las empresas privadas que funcionan en Bolivia y los emprendimientos personales tuvieron un crecimiento casi del 100%.

Ante la falta de empleo, Andrea -nombre ficticio- comentó que los años de estudio son realmente inexistentes a la hora de buscar empleo. “Vengo del interior del país, al llegar a La Paz tuve el sueño de ser enfermera, desde niña me gustó, pero la realidad es otra, cuando busqué empleo, con lo que me ofrecían no podía ni pagar mis estudios y menos pagar un alquiler, así que tuve que buscar otro tipo de empleo, donde gano más que una enfermera, nadie sabe dónde trabajo y espero algún día salir de la prostitución y cumplir mi sueño, mientras tanto hago esto, no porque me guste sino por lo que necesito, estoy a punto de lograr mi título. Sabes, todo es dinero”.

Según analistas, para el 2016 las cifras de desempleo, no sólo en profesionales jóvenes sino en la población en general, irán en aumento por fuga de capitales y la caída de los precios de materias primas. El Banco Mundial pronostica un crecimiento del -0.3% en el 2015 y 1% para el 2016. Para evitar esto, según el Abogado Laboralista Hugo Pizarro, es predominante la creación de fuentes de empleo en general y a nivel nacional, la economía debe buscar un crecimiento rápido y sostenido, se debe impulsar el desarrollo productivo y la industrialización del país, porque las actuales condiciones obligan a los jóvenes a optar por los puestos menos remunerados y más precarios.

Empleo informal: salario mínimo y cama adentro

El Fondo Concursable para Investigación Periodística sobre el Empleo Juvenil en Bolivia es una iniciativa de la Fundación para el Periodismo y Solidar-Suiza que, por segundo año consecutivo, publicó la separata “Prioridad” y fue distribuido junto al periódico Página Siete. Los reportajes que se presentan fueron seleccionados por su calidad y rigurosidad periodística en el marco del programa. Sus autores recibieron una beca para estimular su realización.

Luis Escobar Villasol

Cada noche esperaba que salgan los últimos comensales alrededor de las 23:30. A esa hora ya debía tener decenas de papas peladas, verduras picadas y carne trozada listas para cocinarlas al día siguiente. Lo último que hacía era ordenar las mesas, limpiar los pisos y los baños del restaurante hasta las 0.30 de la madrugada pero, a diferencia de otros empleados, Mariana no salía de su trabajo en las noches.

Ella descansaba en un pequeño cubículo de aproximado a los 90 centímetros de ancho, otros 80 centímetros de alto y cerca a dos metros de largo en uno de los muros de la bodega. Ahí tenía su colchón, un par de frazadas y una almohada. En el lado derecho de su “cama” guardaba algunos objetos de aseo personal como jaboncillos, cepillo dental o alguna toalla.

Estas precarias condiciones de vida y trabajo fueron descubiertas en un operativo hecho por el Viceministerio de Defensa del Consumidor. La ex autoridad, Dante Justiniano, tenía como objetivo verificar la calidad de los alimentos que se sirven en esta chifa de la Avenida Buenos Aires, uno de los barrios más populosos y comerciales de la urbe.

“Verificábamos que cumplan con las normas básicas de salubridad, pero al ingresar a la bodega encontramos estos espacios que claramente sirven para que las señoritas descansen”, declaró Justiniano en el operativo hecho en marzo pasado.

La joven de 22 años, con el rostro cubierto, declaró a algunos medios de comunicación reunidos en el lugar que llegó a La Paz en noviembre de 2014 “para poder ganar más dinero”. Su salario, dijo, llega a los 1.200 bolivianos. “Ganamos el mínimo (1.440 bolivianos) pero nos descuentan como 240 bolivianos”. Sin embargo, desconocía si esta reducción iba para su jubilación. Tampoco tenía un seguro de salud o un contrato formal.

De lo que sí estaba segura, era que a fin de año podría cobrar su aguinaldo. Mariana -junto con otras dos compañeras- consideraba que estaba ahorrando porque no debía preocuparse por una vivienda.

Este tipo de empleos se los considera como precarios porque ganan menos del salario mínimo nacional que, tras las reformas hechas en mayo pasado, alcanza a los 1.656 bolivianos. Además, la legislación laboral obliga a los empleadores a prestar un seguro de salud, vacaciones, aportes a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y otros.

Sin embargo, según los datos del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), el porcentaje de los empleos precarios creció del 22%, registrado en el 2001, hasta llegar a un 51% en el 2011, lo que revela que la mitad de los trabajadores del país no cuentan con las condiciones mínimas laborales y corren el riesgo de caer en la pobreza ante cualquier eventualidad. Por ejemplo, una enfermedad les impediría continuar trabajando y generando ingresos.

El caso de Alejandra S. fue evidente. Ella era una trabajadora del hogar y, pese a las normas que se crearon para el beneficio del sector, tenía un ingreso mensual de 1.800 bolivianos, superior al mínimo nacional. Sin embargo, en 2012 descubrió que tenía cáncer. “Trabajó más de 25 años, nunca tuvo dolor alguno ni necesitó ir al médico. Pero de un día al otro tuvimos que vender nuestra vivienda para cubrir el tratamiento. Llegamos al punto de desprendernos de los electrodomésticos y muebles”, declaró Pedro C., su esposo que la acompañaba en una cama de la Unidad de Oncología del Hospital de Clínicas.

Economía paceña

La economía de La Paz se caracteriza por el predominio de las actividades relacionadas a servicios que representan un 58,7%; y, en un segundo lugar, se encuentra el comercio que llega al 26,7%. Las principales actividades económicas son: hoteles y restaurantes, comercio al por menor en almacenes, servicios empresariales y seguros, comercio y mantenimiento y reparación de vehículos; informó el investigador del CEDLA, Bruno Rojas.

Estos datos fueron comprobados por el Ministerio de Economía y Finanzas al informar que las ventas de los restaurantes crecieron de 67 millones de dólares registrados el 2005 a los 635 millones de dólares en 2014, lo que implica un crecimiento del 853%. En el pasado año, La Paz registró la apertura de nuevos restaurantes de comida rápida y de aquellos “temáticos” especializados en comida andina que ofrecen recetas a base de quinua, amaranto y racacha, entre otros ingredientes, según el Movimiento de Integración Gastronómico Boliviano (MIGA).

Pese a que los restaurantes tienen un Número de Identificación Tributaria (NIT), dan factura a los clientes, pagan sus impuestos y cumplen con las normas de salubridad no prestan las mejores condiciones laborales a sus empleados. En otras chifas de la misma avenida Buenos Aires, los ingresos de los meseros, cocineros y ayudantes son mínimos considerando que deben cubrir jornadas laborales de hasta 10 a 11 horas diarias.

“Llegamos a las 6:00 para comenzar a cocinar. Al medio día es el momento más ajetreado. Luego, podemos almorzar a las cuatro de la tarde y de nuevo tenemos que volver a limpiar todo para el día siguiente. Al final salimos a las 18:00”, declaró Leonardo, otro de los empleados de una chifa en inmediaciones a la plaza España en Sopocachi. Él aseguró que pasado el medio día entran otros para cubrir el turno nocturno.

En la Avenida Landaeta, otras chifas aún más pequeñas no contratan personal. Son los hijos de los propietarios quienes tienen la obligación de ayudar en la limpieza como en la atención de los clientes.

Informalidad

En la misma Avenida Buenos Aires y calles paralelas, los negocios ambulantes o “puestos de venta” se extienden por millares. En la vía se ofertan productos incluso por horas. Temprano salen las “mañaneras” a vender ropa; pasadas las 10:00 las vías son tomadas con abarrotes, más prendas de vestir y por las noches, las comideras arman comedores callejeros.

La calle Uyustos se especializó en el comercio informal al punto de volverse un paseo peatonal. Lo propio sucede en “la Cancha” en Cochabamba o “La Ramada” en Santa Cruz. Estos comercios se los considera “informales”.

Al 2012, la tasa de informalidad en el país era del 81% del total de los trabajadores y es la tercera más grande de la región después de Honduras (83%), e igual que Nicaragua (81%). Además, Bolivia está por encima de 15 países y el último de ellos es Uruguay con una tasa de informalidad del 23%, de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través del Sistema de Información de Mercado Laboral y Seguridad Social (SIMS), con base a Encuestas de Hogares de América Latina.

“Cuando hablamos de los no asalariados. Sólo el 3% está cotizando para la jubilación. Su situación es compleja  porque no valora la importancia de tener una jubilación o no tienen los fondos para cotizar una jubilación y esto crea una posible pobreza futura”, alertó el especialista en Mercados Laborales del BID, Manuel Urquidi.

Peligro de la informalidad

El 57% de los trabajadores informales lleva más de cinco años realizando esa actividad. “Conforme más tiempo estés en un puesto informal las posibilidades que te vuelvas formal y encuentres un empleo más estable se van reduciendo. Además, depende de qué clase de formación tengas”, advirtió el especialista del BID.

Por ejemplo, citó a un abogado que se volvió taxista. “Tras cinco años, sus estudios de derecho prácticamente no valen nada porque no tienen experiencia relevante. Ni siquiera leyó lo que aprendió en la universidad, se olvidó o cambiaron algunas normas. Eso significa un costo para la sociedad  que te formó y no está rentando”.

Protección laboral

“Trabajé 20 años en el Ministerio de Salud soportando varios cambios de gobierno y de directores generales. Pero, al final me dieron una carta de agradecimiento y me retiraron sin mayores conflictos”, declaró Armando C. un ex empleado público que ahora atiende un restaurante en la Avenida Landaeta. Por fortuna suya logró ahorrar un capital que le permitió abrir su negocio.

“No es sencillo conseguir un empleo cuando tienes 50 años. Además, no podía jubilarme, los aportes que había hecho eran insuficientes. Estos últimos años estoy aportando el mínimo para que al final tenga una renta”, agregó. Armando era contador y trabajó en la parte administrativa por dos décadas; pero no pudo hacer ningún reclamo.

El 19% de los trabajadores son formales porque tienen aportes a su jubilación, seguro social, pero  no todos tienen la protección estatal. Un funcionario público como Armando C. no puede exigir una cesantía de tres meses de salario, quinquenio si corresponde, vacaciones o la opción de reclamar al Ministerio de Trabajo para ser restituido en su fuente laboral. El estudio del BID da cuenta que sólo el 9% de los trabajadores, del sector privado, están protegidos por todas las normas laborales.

En los próximos cinco años, nueve de cada diez empresas tienen la intención de crear empleos para los jóvenes. Pero el CEDLA alertó que el 30% serán requeridos para el comercio y ventas, otro 30% en producción, un 20% a la administración y 16% a servicios generales.

Perspectivas de empleo digno para artistas jóvenes en Bolivia

El Fondo Concursable para Investigación Periodística sobre el Empleo Juvenil en Bolivia es una iniciativa de la Fundación para el Periodismo y Solidar-Suiza que, por segundo año consecutivo, publicó la separata “Prioridad” y fue distribuido junto al periódico Página Siete. Los reportajes que se presentan fueron seleccionados por su calidad y rigurosidad periodística en el marco del programa. Sus autores recibieron una beca para estimular su realización.

Marcelo Martínez

Panorama

Las condiciones laborales de los bolivianos y bolivianas no son buenas, pese al auge económico que atraviesa el país y que la tasa de desempleo es una de las más bajas de la región 3,2% (INE). Pablo Soto, investigador de la Universidad Mayor de San Andrés, señala que cuatro de cada cinco personas que tienen empleo en Bolivia, trabajan informalmente. Esto quiere decir que sólo uno de cada cinco tiene un contrato laboral con todos los beneficios. Bruno Rojas, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), señala que la característica del empleo en Bolivia es su precariedad y que el Estado descuidó a sectores generadores como las pequeñas y medianas empresas, concentrándose en la exportación de los recursos naturales en hidrocarburos y minería.

Según datos del INE, la población en edad de trabajo en Bolivia, mayores de 14 años, llega a 8 millones de habitantes; de los cuales, 4,7 millones pertenecen a la población económicamente activa, que trabajan o están buscando trabajo. De esta población, sólo 3 millones cuenta con un empleo; de los cuales, el 74% trabaja en la informalidad. Esta precariedad afecta principalmente a los jóvenes. Según los datos del Censo de 2012, la fuerza laboral de personas entre 15 a 24 años en el municipio de La Paz es de 148.800; de ellos, cerca al 22% están desempleados. El resto trabaja en actividades terciarias sin beneficios laborales (CEDLA).

Artistas y empleo digno

La situación de los artistas en Bolivia, en cuanto a empleo digno se refiere, es penosa, mucho más si se trata de jóvenes. “Nadie te da pelota”, señala Lev Mendoza, artista plástico de 27 años. “Búscate un trabajo de verdad te dicen”. La escritora Lourdes Reynaga (30 años) señala: “En Bolivia hay poco empleo para artistas jóvenes. Si no hay para los jóvenes en general, mucho menos para los artistas. Y eso que usted señala como empleo digno, con aportes para la jubilación y seguro de salud, desde mi experiencia, le puedo decir que para los artistas no se da”.

Caso como el de David Santalla, artista con amplia trayectoria en el país, muestra la cruda realidad que enfrentan día a día. Hace unos meses, Santalla sufrió un derrame cerebral y no contaba con un seguro de salud, situación que obligó a su familia y amigos a organizar actividades para recaudar fondos para costear los gastos hospitalarios. Si esto pasa con un artista reconocido, ¿qué es lo que pasa con artistas jóvenes? El 27 de diciembre de 2013 falleció el joven director de cine Fernando Martínez (38 años) tras haber sufrido un accidente en su hogar. Sus familiares peregrinaron con él por hospitales de la ciudad de La Paz buscando que lo atiendan de emergencia. No lo lograron pues Fernando no tenía un seguro. Muchas horas después, al fin pudieron ingresarlo a una clínica en la que falleció días después.

Las circunstancias que atraviesan los artistas hacen que muy pocos puedan dedicarse con exclusividad a su arte. Reynaga señala: “… una tiene que trabajar en lo que pueda, incluso como profesora (risas). Tengo 301 estudiantes y me da pena no poder dedicarle más tiempo a lo que realmente quiero, leer y escribir”.

La carencia de políticas públicas que fomenten la producción artística relegó a Bolivia. “No es que en Bolivia no hayan talentos, lo que pasa es que acá la sociedad te obliga a trabajar de otras cosas para poder llevarte el pan a la boca”, afirma Mendoza. Lourdes Reynaga es licenciada en Literatura, tiene un postgrado en Educación Superior y una Maestría en Literatura Boliviana y Latinoamericana, cuenta con varias publicaciones y reconocimientos y, pese a ello, nunca ha podido encontrar un empleo relacionado con la escritura: “Fui operadora de call center de servicio al cliente y también trabajé en ventas por teléfono”. Guillermo Camacho, Doctor en Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Salamanca, afirma: “Mientras en los últimos 50 años en Argentina aparecía un Cortázar, un García Márquez en Colombia, un Carlos Fuentes en México y hasta un Vargas Llosa en Perú; en Bolivia, no aparecía, ni apareció hasta ahora, un escritor de real valía”.

Fortalecimiento de identidades

Bolivia no logró un desarrollo pleno de sus industrias culturales, con excepciones por supuesto. Los artistas y sus producciones enfrentaron y enfrentan demasiados problemas como para terminar de consolidarse profesionalmente y luego consolidar sus “productos” para el público. Muchos argumentarán que existe un fuerte movimiento de música y danza folklóricas en occidente y música barroca en oriente, entre otros. Estas expresiones cuentan con una fuerte y arraigada tradición que las consolida e impulsa constantemente. No ocurre lo mismo con la literatura, el cine, la pintura, escultura y el teatro. “Ni los mismos profesores leen, van al cine o al teatro”, afirma Mendoza.

La Constitución Política de Estado, desde 2009, promueve la descolonización, consolidación de las identidades plurinacionales, fomenta el respeto mutuo y el diálogo intracultural, intercultural y plurilingüe. Éste es un avance importante y ha dado significativos pasos. Sin embargo, no fue suficiente para ganar la batalla en el imaginario y preferencias culturales de los bolivianos, en especial de los jóvenes. Pablo Soto afirma que el papel del arte en la formación de construcciones sociales es de suma importancia, porque es con el arte cómo empieza a formarse la identidad de una nación, son los mitos y leyendas los que configuran a un pueblo. Ahí está el desafío, en generar industrias culturales fuertes pensadas desde nuestra diversidad, industrias pluriculturales, intra e interculturales que generen productos atractivos para los bolivianos y para el mundo. Pero primero, se debe visibilizar lo se tiene.

“Tarea catalogada mínimamente como de largo plazo” dice Soto, comentando el abandono en el que permanecieron las naciones indígenas. La Constitución reconoce a las siguientes: Aymara, Araona, Baure, Bésiro, Canichana, Cavineño, Cayubaba, Chácobo, Chimán, Ese Ejja, Guaraní, Guarasu’we, Guarayu, Itonama, Leco, Machajuyai-Kallawaya, Machineri, Maropa, Mojeño-Trinitario, Mojeño-Ignaciano, Moré, Mosetén, Movima, Pacawara, Puquina, Quechua, Sirionó, Tacana, Tapiete, Toromona, Uru-Chipaya, Weenhayek, Yaminawa, Yuki, Yuracaré y Zamuco.

El trabajo es titánico, mucho más si se toma en cuenta que algunas de estas naciones están constituidas por menos de 100 personas. Pero es bueno saber que instituciones gubernamentales ya están trabajando: el Ministerio de Educación creó los institutos lingüísticos para la recuperación de los 36 idiomas de las naciones; el Ministerio de Culturas promueve el proyecto de rescate y recuperación de mitos y leyendas orales en las 36 naciones y ya se trabaja en el proyecto Ley Marco de Culturas.

Proyecto Ley Marco de Culturas

Este proyecto, impulsado por el Ministerio de Culturas y Turismo, colectivos y actores culturales, busca rescatar del olvido la diversidad cultural boliviana y fomentar la producción artística en general. Citamos algunos de sus artículos a continuación:

Artículo 16. (Fomento Cultural)

I. El fomento cultural tiene por objeto promover el trabajo conjunto entre los diferentes niveles del Estado, organizaciones y personas de la sociedad civil, orientado a la creación, promoción y protección de las expresiones culturales y garantizando la participación social.

II. Los diferentes niveles del Estado promoverán el fomento a la actividad cultural, en los siguientes ámbitos:

1. Planificación y gestión cultural.

2. Creación y producción cultural y artística.

3. Desarrollo de las industrias culturales y economías creativas en sus distintas fases y procesos.

4. Investigación y estudios culturales.

5. Formación y educación en temas artísticos y culturales, tanto de cultores como de distintos públicos.

6. Prestación de servicios culturales.

7. Facilitar la circulación de cultores, bienes y expresiones culturales a nivel nacional e internacional.

III. El fomento cultural será implementado a través de:

a) Programas de apoyos, estímulos y facilidades a gestores culturales para iniciativas y proyectos culturales.

b) Programas de fomento a las industrias culturales y creativas.

c) Premios, honores, distinciones y reconocimientos a gestores y organizaciones culturales.

d) Organización de festivales, ferias, exposiciones, espectáculos, circuitos, campañas educativas e informativas y otros eventos masivos.

e) Implementación, equipamiento y fortalecimiento de la infraestructura cultural de servicio al público.

f) Investigación y estudios priorizados según la planificación cultural.

g) Programa de Cultura Digital.

h) Programa de Cultura Viva Comunitaria.

IV. Los beneficiarios del fomento cultural deberán cumplir con las condiciones según la reglamentación establecida al efecto.

Artículo 18. (Protección de los actores culturales)

I. El nivel central del Estado promoverá la creación de condiciones necesarias para una protección social efectiva hacia los artistas, cultores y gestores culturales considerando su contribución al desarrollo cultural y al fortalecimiento de las identidades del país.

II. Los artistas, cultores y gestores culturales y otros profesionales culturales por sí o a través de sus asociaciones podrán acceder al seguro social a corto plazo de los entes gestores de la salud, que será sujeto a reglamentación por el Ministerio del Trabajo y Previsión Social.

Otro hecho destacable de este proyecto de ley es que plantea asignar el 1% del Presupuesto General del Estado al fomento artístico y la cultura. Un panorama alentador para los artistas bolivianos, con derechos laborales incluidos. Esperemos que el proyecto se promulgue pronto y que los artistas estén listos para inundar de proyectos al Ministerio de Culturas, gobernaciones departamentales y municipios.

Mercado laboral para jóvenes en clasificados de La Razón – Enero 2015

El Fondo Concursable para Investigación Periodística sobre el Empleo Juvenil en Bolivia es una iniciativa de la Fundación para el Periodismo y Solidar-Suiza que, por segundo año consecutivo, publicó la separata “Prioridad” y fue distribuido junto al periódico Página Siete. Los reportajes que se presentan fueron seleccionados por su calidad y rigurosidad periodística en el marco del programa. Sus autores recibieron una beca para estimular su realización.

Según datos del CEDLA, en 2001 la población ocupada de 15 a 24 años en el eje central urbano era de 328.154 jóvenes.

Vivian Angélica Aliaga Calderón

Ser joven e ingresar en el marcado laboral es algo natural que en algunos casos empieza a temprana edad o al contar con preparación universitaria, pero ¿Cómo encuentran trabajo los jóvenes? ¿Los clasificados son realmente útiles al momento de buscar una opción laboral para jóvenes? En esta investigación buscamos responder preguntas como éstas.

Para justificar la selección del periódico a monitorear, se realizó una encuesta previa sobre preferencia de los clasificados en La Paz. Se ejecutaron 66 encuestas donde se evidencia la preferencia por los clasificados de La Razón, entre otros datos relevantes para la investigación. La encuesta se realizó en la plataforma de Google, con cinco preguntas sobre la preferencia de los clasificados en los jóvenes. El 83% de los jóvenes encuestados utilizaron clasificados de algún periódico para consultar ofertas laborales.

El 62% de los encuestados prefieren “El Loro de Oro” del periódico La Razón, este resultado justifica la selección con su separata para esta investigación.

Con respecto a otros medios para encontrar trabajo, el 58% de los encuestados prefieren tener contactos directos; el 23% busca en páginas de empleo y a la red social Facebook accede el 9%.

MERCADO LABORAL EN CLASIFICADOS DE LA RAZÓN

Se monitorearon 68 páginas de “El Loro de Oro” de los domingos, con un total de 345 trabajos ofertados en enero de 2015. Todos los datos están representados en porcentajes.

Los parámetros que se tomaron en cuenta en el análisis fueron los siguientes:

– Ciudad: al ser un periódico de circulación nacional, en qué ciudades hay más oferta laboral.

– Institución: especificación de la institución solicitante para dar más seguridad al postular al trabajo.

– Rubro: para saber qué rubro tiene más oferta y a la vez si especifican por el mismo tema anterior.

– Requerimiento: se agrupó por área de trabajo.

– Rango de edad.

– Experiencia Laboral: cuántos años solicitan de experiencia laboral.

– Formación.

– Idiomas.

– Otros.

La cantidad de hojas por semana tuvo muchas variaciones, estuvieron parejas entre la primera y tercera semana con el 35%, bajando al 10% en la última semana.

CIUDAD

El 85% de los 345 trabajos monitoreados son ofrecidos en la ciudad de La Paz, seguidos del 10% en El Alto y un 2% en ambas ciudades simultáneamente. Santa Cruz y Potosí con el 1%.

INSTITUCIÓN

El 59% de los trabajos no identifica la institución, lo que genera incertidumbre al postular al trabajo. En cambio el 41% identifica la institución, incluso con el isotipo de la empresa, lo que da seguridad al momento de presentar documentos personales y asistir a las entrevistas.

RUBRO

Al igual que con la institución, al no identificar para qué tipo de trabajo se precisa empleados, se genera incertidumbre. El 68% de los empleos no cuenta con una identificación clara. Por el contrario, el 32% identifica el tipo de trabajo que se ofrece.

REQUERIMIENTO

Para realizar la contabilidad de los requerimientos en los 345 trabajos  monitoreados se los agrupó en 16 divisiones.

El 23% de los empleos son para administración, que incluye secretariado y área administrativa en general. El 20% solicita ejecutivos de venta o vendedores para tiendas; en cambio, el 19% son solicitudes de bancos (desde cajeros hasta administradores de agencias) y auditorías internas.

Por otro lado, el 1% solicita repartidores o mensajeros y en el área social, ya sean psicólogos o trabajadores sociales. Para el área de comunicación sólo se encontró una solicitud siendo insuficiente con el 0%.

Fuente: Elaboración propia

 

EXPERIENCIA

Se puede evidenciar que más de la mitad de los trabajos monitoreados no solicitan experiencia para postular (52%). Se solicita entre dos y tres años de experiencia (17% y 14% respectivamente) y no piden experiencia en el 1% de las publicaciones.

El máximo de experiencia requerida dentro del mes investigado fue de 10 años.

FORMACIÓN

Dentro de los requerimientos está el nivel de estudios necesario para postular al empleo. El 49% requiere profesionales con título en provisión nacional; en contraste, al 1% se solicita estudios a nivel técnico. Dentro de la relevancia de la investigación, el espacio para jóvenes que aún estudian es de 9% (5% egresado o estudiante y 4% profesional o egresado).

IDIOMA

Cuando se trata de idioma requerido, inglés con el 7%, el 93% de los trabajos no requiere que el postulante tenga algún conocimiento en otro idioma.

Sólo se encontró un trabajo que requería conocimiento en idioma aymara.

OTROS

Se clasificaron en cuatro grupos otros tipos de solicitudes para el postulante, como conocimiento en ofimática o licencia de conducir. El 46% solicita conocimientos específicos para el puesto, como leyes o programas específicos.

Fuente: Elaboración propia

PUBLICACIÓN

Con respecto a la publicación, se vio que existen algunas empresas de trabajo que publican requerimientos de personal a solicitud de compañías, en la mayoría de los casos sin identificar.

El 96% de las publicaciones son hechas por los mismos solicitantes y el 4% usa alguna agencia de empleo.

A MODO DE CONCLUSIÓN

En el transcurso de esta investigación se descubrieron problemas preocupantes, como la falta de identificación de las instituciones solicitantes porque generan incertidumbre para los jóvenes que buscan trabajo.

Por otro lado, encontramos mucha satisfacción al evidenciar que la experiencia solicitada no es muy alta, dando oportunidad a jóvenes que recién empiezan en el campo laboral.

Algo rescatable es que en el momento de elaborar la matriz para la investigación, se tomó en cuenta una variable más: “Rango de edad”, pero en los 345 empleos revisados no se encontró ninguno que especifique el rango de edad o el género, mostrando una equidad loable a diferencia de otros años en los que se encontraban anuncios como “Se solicita señorita de buena presencia” o “Sólo personas entre los 30 y 40 años”, el porqué de este cambio podría ser motivo para otra investigación.

Como aporte final, se debe alentar a los jóvenes a buscar siempre desarrollar sus capacidades, a luchar por un trabajo digno al alcance de sus necesidades y, sobre todo, a aportar a la sociedad para mejorar el país en el que vivimos.

De diez personas ciegas, sólo una está en posibilidad de trabajar

El Fondo Concursable para Investigación Periodística sobre el Empleo Juvenil en Bolivia es una iniciativa de la Fundación para el Periodismo y Solidar-Suiza que, por segundo año consecutivo, publicó la separata “Prioridad” y fue distribuido junto al periódico Página Siete. Los reportajes que se presentan fueron seleccionados por su calidad y rigurosidad periodística en el marco del programa. Sus autores recibieron una beca para estimular su realización.

Luis Andrés Rodríguez

Satisfacer las necesidades básicas es un derecho humano que ha sido constitucionalizado. Sin embargo, un sector de la población en Bolivia está condenado a vivir de la caridad o a depender de sus familias. Marco César Torres tiene 26 años y está en busca de trabajo hace ocho años; estudió informática para lograr su independencia económica, pero ha sido rechazado en diferentes espacios laborales por su ceguera.

Similar es la situación de Gualberto Huaicho de 21 años, también técnico en informática, y Claudia Mita de 28 años que concluyó el bachillerato. Para estas tres personas ya fue difícil formarse y peor aún conseguir trabajo.

En la ciudad de La Paz hay 1.210 personas ciegas; de ese total, 83 son jóvenes de entre 18 y 30 años. En Caritas Bolivia, una institución de la Iglesia Católica, más de 300 personas se capacitan en diferentes áreas como informática, artesanía en joyas y panadería con la esperanza con conseguir un empleo formal. El profesor Nelson Luna comentó que tiene 24 estudiantes y tan sólo cinco tienen un empleo y hay una mínima probabilidad que alguno de los otros entre al campo laboral. Por lo tanto, esos restantes 19 estudiantes siguen esperando ser llamados para un puesto de trabajo.

¿Cómo cree que sobreviven las personas ciegas en nuestra sociedad? ¿Tienen que vivir del trabajo o vivir de la caridad de las personas, por pena? ¿Qué cree usted?

Claudia Mita fue la primera persona entrevistada y señala que la ceguera se clasifica en dos: la primera es la B-uno que significa total, es la persona no ve nada y; la (B-dos),  ceguera parcial, que puede recuperar la vista. Pero a veces prefieren no curarse porque corren el riesgo o tienen miedo de una mala operación y quedarían a ciegas de por vida. Emilio Kantuta de 30 años, que es (B-dos), sufrió una mala operación y quedó sin poder ver. A pesar que se puede curar, prefiere quedarse así.

La investigación que se realizó fue sobre personas jóvenes con ceguera de aproximadamente 18 a 30 años, quienes no consiguen empleo por diferentes factores que les impide acceder a un trabajo. Todos y todas necesitan mantenerse, sustentarse y peor aún si tienen familia e hijos que mantener, educar y satisfacer sus necesidades de alimentación ropa y otros. Según el director departamental del Instituto Boliviano de la Ceguera (IBC) de La Paz, Edwin Ilaya, hay 83 jóvenes de 18 a 28 años de edad que están inscritos en la institución; de estas 83 personas sólo 10 lograron un empleo. De las 73 personas desempleadas ¿a qué se dedican, qué hacen para poder subsistir? Reciben un bono anual de Bs 5.000 para poder vivir con dignidad, durante 12 meses.

Claudia Mita señala que ni las personas que tienen título son contratadas por su discapacidad. “Estudian, se preparan, asisten a seminarios para obtener certificados, tienen que aprender braille y no son contratadas, tienen que esperar a que las llamen. Algunos les dicen que regresen y si vuelven, las personas se escapan, se pasan por delante y les dicen que no está, se hacen la burla de nosotros. Las instituciones quieren una persona sana, hasta ahora sigo buscando empleo”, comenta.

Para poder acceder a un empleo en alguna empresa o institución, lo primero que tienen que hacer es capacitarse y esperar a ser llamados. Si bien son contratados, prescinden de sus servicios para atender llamadas o de recepcionistas y otras actividades que no pertenecen a los estudios que realizaron, se sienten discriminados por la sociedad que los excluye. Estas personas mencionan estar preparadas para trabajar en el área que se las designe acorde a los estudios realizados. Algunos se resignan, se cansan y dejan de buscar trabajo; ya no van a repartir su hoja de vida a instituciones, por vergüenza, decepción y hasta llegan a deprimirse; además, temen ser atropellados por ir a buscar un empleo.

Tal vez se preguntarán cómo se sustentan, qué hacen para sobrevivir en una sociedad excluyente. Estas personas se dedican a la venta de tarjetas o simplemente piden limosna todo el día. De lunes a lunes se la pasan en las calles aguantando frío y lluvia para poder comer un pan con su refresco de dos bolivianos. Y lo peor de todo es que hasta son asaltados por antisociales, engañados con billetes falsos o les roban el poco dinero que ganaron vendiendo diferentes productos durante todo el día.

A algunas empresas privadas les pregunté si contaban con personas ciegas trabajando y respondieron que no, porque estas personas no están aptas o no podrían manejar, no tienen conocimiento para manejar dinero por el hecho de que tienen mucho movimiento.

Por lo tanto, se puede percibir que no hay personas con ceguera trabajando en las instituciones. Los empleadores mencionan que no hay ni una persona que se desempeñe en algún cargo de alguna entidad privada ya sea financiera, de productos alimenticios u otros. En algunos lugares tal vez las haya, pero no es común que estas personas con ceguera estén con algún empleo.

¿La discriminación aumentó o bajó? Mirian Vega no lo cree así. “Un psicólogo de la universidad estatal me hacía sentir como un objeto de burla. Para presentar mis exámenes tenía que esperar a lo último y llamaba a los compañeros y me decía que me siente al medio de ellos, me sentía mal. Lamentablemente no pude denunciarlo porque dijo que aquí no hay ningún tipo de preferencia, tratos especiales. Traté de mantenerme firme en lo que pensaba de mis exámenes, por eso no denuncié al profesor, tuve que aguantar”, confesó.

Emilio Kantuta dice: “Nosotros tenemos derechos, derecho al trabajo a la salud, queremos que se respete. Hay una Ley, la 223 que favorece a las personas con discapacidad, pero no es así. Estamos preparados, estudiamos, yo les pido que nos hagan la prueba y se darán cuenta las habilidades que tenemos para poder trabajar. En ocasiones digo para qué estudiar si no vamos a trabajar, para qué tanta capacitación, asistir a seminarios, hablar otros idiomas si nunca vamos a trabajar. El hecho de que no consigamos trabajo es porque las personas no confían en nosotros. Yo le pediría al gobierno que no nos discriminen, a nosotros no nos ayudan, a las demás personas con discapacidad sí les ayudan, pero a nosotros…”.

Si bien hay una Ley donde menciona que el cuatro por ciento de personas con discapacidad tienen que trabajar en las entidades públicas, el gobierno afirma que cumple con esta normativa, pero qué pasa con estas personas que se encuentran sin empleo, las entidades privadas no las contratan porque necesitan personal apto, idóneo para que satisfaga las necesidades que demanda su empresa para no ser perjudicados.

Qué se puede hacer para que estas personas trabajen, para que puedan tener un sueldo justo, para que puedan acceder a una vida justa donde no tengan que rogar a la gente. Existe un centro de rehabilitación, Luis Braille Santa Cecilia, donde la encargada del área de psicología Deyci Flores menciona que en el centro aproximadamente se encuentra a 30 jóvenes. Ninguno de ellos está trabajando.

El problema de las personas sin empleo es muy amplio. Se tendría que crear políticas de inserción laboral, normas, reglas que ayuden a estas personas a poder trabajar ya que tienen las habilidades y destrezas porque se capacitan, estudian a nivel técnico o un grado de licenciatura. Tanto Claudia, Emilio, Einar, Marco, Mirian, Gualberto y todas las personas de estas instituciones, exigen lo principal que es respeto y dignidad, que los traten por igual, que no se fijen en sus capacidades diferentes porque están aptos, preparados para trabajar en distintas áreas. Piden que se cumplan la ley, tanto en las instituciones públicas como privadas y que no sean excluidos por la sociedad.

Panadería  Caritas Bolivia

La ilusión de las jóvenes en Bolivia anulada por el desempleo

El Fondo Concursable para Investigación Periodística sobre el Empleo Juvenil en Bolivia es una iniciativa de la Fundación para el Periodismo y Solidar-Suiza que, por segundo año consecutivo, publicó la separata “Prioridad” y fue distribuido junto al periódico Página Siete. Los reportajes que se presentan fueron seleccionados por su calidad y rigurosidad periodística en el marco del programa. Sus autores recibieron una beca para estimular su realización.

Daniel J. Herrera Tito

Tiene 18 años, su nombre es María Inés, el año pasado salió bachiller y en su dulce sonrisa no se percata de que sus derechos laborales no son respetados, será porque no busca perpetuarse en este cargo, el de vendedora de tienda de ropa, que es un trabajo eventual o de temporada hasta que pueda llegar a ingresar a la universidad, “al año” como ella misma dice.

Es encargada de ventas de ropa americana en la “calle honda” de la ciudad de La Paz, junto a otras chicas de su edad. Así como ellas, miles de muchachas buscan salir adelante con los sueños puestos en sus ojos: algún día salir profesional y lograr contar con un trabajo digno y estable.

Después de la bonanza a la boliviana ¿qué viene ahora?

Si bien Bolivia mejoró sus ingresos por la venta de gas y otras materias primas no renovables en años anteriores, no quiere decir que haya mejorado en su aspecto productivo, lo que habría permitido desarrollar su economía con sostenibilidad, creando empleos seguros.

Empero, estos sectores estratégicos de la economía nacional, que tuvieron alto crecimiento económico como hidrocarburos y minería, sólo absorbieron el 3,5% de trabajadoras(es), según Bolivian Business (Dom. 11 de marzo 2012).

Construir la infraestructura de un país en el rubro de carreteras o aeropuertos, no significa ser un país con una productividad saludable. La creación de nuevos empleos en este período de gobierno, se mueve en niveles disminuidos y poco garantizados, afirmaron especialistas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un encuentro con periodistas organizado por la Fundación para el Periodismo, en agosto de 2015.

Si la bonanza transitó por nuestro territorio y los discursos líricos afloraron, la desesperanza de las jóvenes generaciones pierden el horizonte, junto al deficiente desarrollo de empleo en el país, al no contar con procesos o ejes de industrialización que ayuden a incorporar las manos jóvenes en el empleo.

Según analistas de la economía boliviana (Página Siete, 18 de sept. 2015), ven que la situación del empleo no es mejor y que el desempleo empeorará por la presentación de un proceso de ajuste y desaceleración de la economía mundial, debido a la crisis de China y la baja de los precios de los hidrocarburos.

¿De qué depende  la incursión de mano de obra juvenil en nuevos empleos?

Encontrarse en estas esferas de improductividad e informalidad, nos ha ocasionado una situación socioeconómica casi crítica, ya que muchos de las y los jóvenes no cuentan con empleos formales y esto, lógicamente, no les permitirá aportar para sus días de jubilación; es decir, los jóvenes de hoy no alcanzarán aportar para su renta de vejez y se verán en la pobreza casi absoluta, porque el día de la edad más feroz, el de la ancianidad, llegará con seguridad. Sólo el 20 por ciento de este sector social aporta para su jubilación.

En otras palabras, el país no alcanzó a generar nuevos empleos, le faltó transformar y diversificar el aparato productivo nacional que podía haber significado trabajar sectores económicos productivos con miras a abrir caminos que demanden mano de obra calificada, de acuerdo a Silvia Escobar (Bolivian Business. Dom. 11 de marzo 2012).

¿Cuáles las condiciones de empleo de una mujer joven en el país?

La situación social y económica para una joven en el país, entre los 18 y 24 años de edad, empeora por falta de un empleo con derechos laborales garantizados.

Bruno Rojas, especialista en temas laborales del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), afirma que en Bolivia se vive una crisis y pérdida de la calidad de empleo que “golpea sobre todo a las mujeres jóvenes”. En el lado de la informalidad, el empleo creció insosteniblemente; en su mayoría, jóvenes mujeres se emplean en el grupo terciario, vale decir en el sector de comercio y servicios.

De todas las empresas existentes, solamente el 10 por ciento son grandes o tienen ese carácter y, en gran número, las empresas son pequeñas. El 72% de jóvenes trabaja en este grupo de empresas, porque sólo ellas pueden tener la capacidad de emplear a mujeres jóvenes sin experiencia laboral.

Sin embargo, muchas de estas empresas desaparecen cotidianamente por su falta de sostenibilidad y la presión incontrolable del contrabando y del Estado. En esta gestión, hubieron 790 operativos al control de impuestos en comercio y restaurantes, “el cierre de negocios es un golpe al sector privado, no es un acierto”, opina el analista económico Armando Méndez (Página Siete, 18 de sept. 2015).

Esto afecta lógicamente a las jóvenes, pues las primeras armas laborales para obtener un empleo se hallan en las pequeñas empresas o medianas. “Falta mucho en el acceso al trabajo porque las empresas piden experiencia”, afirma este especialista.

Al no existir políticas gubernamentales serias de empleo, el futuro parece desalentador, pero se aprovecha lo que existe delante nuestro, ya sea con emprendimientos propios de inversiones familiares o de grupo, haciendo frente en la informalidad con incursiones en el mercado, ante el miedo de fracasar o lograr el éxito empresarial.

La profesión a una mujer joven no le garantiza un buen empleo

Si bien hay más mujeres universitarias que varones, incluso son más las mujeres que logran el primer título en su grado académico, de acuerdo a los datos proporcionados por la Universidad Pública Boliviana (UPB), a la hora de hallar empleo, la figura se torna gris. Las mujeres profesionales llegan a constituir el 23 por ciento de desempleo con relación a los varones que registran un 19 por ciento, según el CEDLA.

Otro dato para analizar en el ámbito de género y empleo, es que a la hora de alcanzar un cargo jerárquico en una empresa, casi siempre tienen prioridad los varones; pues, las empresas prefieren a hombres en colocaciones de cargos gerenciales, y a las mujeres les están destinados cargos administrativos y de servicio. Aunque, según la gerente de recursos humanos de Ketal, prefiere a mujeres en cargos de responsabilidad en muchas secciones porque “son más responsables y rendidoras que los varones”.

Es decir que en el caso de que existiera discriminación por raza, ésta tal vez se mueve en lo oculto de nuestra sociedad boliviana; sin embargo, más peligroso es el aspecto sexista de la discriminación laboral, ya que los datos nos alertan de ello. Un sesgo sexista, sin duda cabe, tal como lo afirman los especialistas del BID, es preocupante, porque se descubre que a los futuros profesionales, se les reserva un cargo jerárquico a los varones en un 48 por ciento frente a un diez por ciento para las mujeres.

Confabulando contra los sueños de las jóvenes

Por más que el gobierno asegure un índice de desempleo bajo, la realidad es otra, puesto que reparticiones del Estado boliviano, como el Viceministerio de Igualdad de Oportunidades, así como el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, frente a la problemática del desempleo juvenil, tratan de atender la situación, prometiendo una ley donde se obligue a las instancias públicas y privadas garantizar la contratación de jóvenes menores de 30 años, esto emergente de un encuentro nacional de juventudes, realizado recientemente en la sede de gobierno (Página Siete, 18 de septiembre 2015, p. 3).

Mientras esto pasa con la cruda realidad socioeconómica del país, María Inés desconoce los aspectos que hacen a la situación de las mujeres jóvenes y el desempleo, pero los años pasarán recorriendo sus sueños, hasta algún día tener algo con qué defenderse en la vida.

Entre la informalidad y la esperanza: Jóvenes Estibadores del Tagarete – Oruro

El Fondo Concursable para Investigación Periodística sobre el Empleo Juvenil en Bolivia es una iniciativa de la Fundación para el Periodismo y Solidar-Suiza que, por segundo año consecutivo, publicó la separata “Prioridad” y fue distribuido junto al periódico Página Siete. Los reportajes que se presentan fueron seleccionados por su calidad y rigurosidad periodística en el marco del programa. Sus autores recibieron una beca para estimular su realización.

Juan Carlos Vásquez Siles

Los estibadores en Oruro realizan actividades como cargar y descargar paquetes, mate-riales de construcción, cereales, minerales, además de albañilería, plomería, electricidad, chofer, etc. Diariamente están sobre  el puente Tagarete, ubicado  en la intersección que forma la Avenida  Ejército Nacional y la Circunvalación en la ciudad de Oruro.

Aunque provienen de varias regiones del país, mayoritariamente son jóvenes de La Paz y Potosí. Se autoidentifican como  indígenas originarios y prefieren hacerse llamar por sus seudónimos como «Chavo», «Phesku», «Concejal», etc.

En la ciudad de Oruro existen cinco lugares de esta oferta laboral: Mercado Bolívar,  Walter Khon, Avenida España, Radio Mega y Tagarete.

Un día en los zapatos de un Estibador

 
  

                    Casa de Daniel. Barrio San Isidro (Oruro)

07:00.  1º de septiembre de 2015, casa de Daniel. Saltamos de la cama en un dos por  tres a la voz de la sargento de su madre (Emeliana), una señora de aproximadamente 55 años, natural de Cruce Kh’ulta, del departamento de Potosí.

Un nuevo desafío comenzaría de la mano de un joven de 25 años, estatura mediana, cara larga, cabellos negros y lacios, tez morena, soltero, bachiller del colegio Jesús de Naza-ret.

08:00. Estamos sentados en la mesa para desayunar, siete comensales listos para devorar  pan con cocoa caliente. –
«Tomen pues, Dios Tata bendición ninta japh’isun» (Hoy será día de bendiciones),  dijo Doña Emiliana sorbiendo bulliciosamente.

08:20. Salimos de  casa. Daniel  vive en  el barrio «San Isidro», ubicado al sureste del aeropuerto, donde las casas son de ladrillo y adobe en formas de cubos dispuestos hori-zontalmente a lo largo de toda la pampa, calles y avenidas de ripio, luz eléctrica y agua potable, pero sin alcantarillado.

09:00. Ya estamos en el Puente Tagarete esperando a los contratantes, entre tanto, dos temas llamaron la atención de Daniel, -«No me va bien con las mujeres», se lamentó al contar que su concubina le duró tres días, literalmente la atrapó con las manos en el telé-fono celular hablando acarameladamente con su amante. El segundo tema fue sobre el negocio que realizó con la venta de accesorios de celulares,-«Tengo suerte» dijo con voz alegre y a la vez triste, al darse cuenta que gastó más dinero en la operación de su mamá.

11:13. Cuando tomamos un contrato por Bs 120 por persona, subimos a bordo de una camioneta. El contratista era parecido al Ekeko paceño. El trabajo era en una quinta, había que acomodar unas 200 bolsas de cemento descargadas recientemente y puestas por doquier en el patio. Parecía sencillo. Daniel respiró profundamente dejando de lado su mochila y comenzó el traslado.

16:35. Daniel había concluido. Yo también, pero casi muerto.

Entonces nos propusimos cobrar, el avaro contratante  nos pagó, -«Falta jefe, aquí tengo 60 y él también, el acuerdo  era de 120 por persona», reclamé iracundo a lo que él replicó en sentencia: «Qué siempre han hecho, sólo era acomodar y en media jornada».

Mientras protestaba, observé a Daniel, parecía un fantasma empolvado en cemento, sólo sus ojos grandes destacaban y seguro yo tenía igual apariencia, a diferencia de ser un fantasma cansado.

Atravesando la puerta, una señora de figura paceña nos retuvo, nos complementó Bs 40 más por persona, despidiéndonos con una sonrisa.

17:00. Estamos en el mini bus de retorno. Daniel no paraba de hablar sobre películas que veríamos en casa. Allí, Daniel recalentó el almuerzo, nos aseamos y puestos en la mesa degustamos una sopa de fideo.

17:37. Estamos en la sala algo estrecha donde un sofá viejo apoyado en la pared es el principal mueble. Al frente está una mesa sobre la se encuentra un reproductor de DVD y un televisor de 14 pulgadas.

23:00. La función había acabado, Daniel buscaba mis impresiones sobre la película «El Transportador I, II». Entre sueños respondí que era una ¡gran película! Se trataba de nosotros sólo que en otro mundo y tiempo, el actor con Mercedes Benz y nosotros a dos pies, «¡Sorprendente por la agilidad del actor como chofer y peleador!», -«¡Y qué chica no!», repetía una  y otra vez  Daniel al describirla como una diosa, personaje con el que soñaría hasta el día siguiente.

Informalidad Laboral

El departamento de Oruro tiene 494.587 habitantes. 264.943, viven en la ciudad. Más del 60%,  60.243 son jóvenes tienen de 18 a 28 años de edad, seguido por niños niñas en un 22%, adultos 25%, adolescentes 15% y adultos mayores 10%.

Según la Autoridad de Control y Fiscalización de Pensiones, la Población Económica-mente Activa (PEA) en Oruro es de 176.682 personas, de las cuales el 32% están afilia-das al Seguro Obligatorio.

Según el periódico “Cambio”, del 17 de diciembre de 2010, el empleo informal alcanza al 74% de la población laboral, igual a 3,7 millones de personas. En ciudades capitales, la informalidad es del 65% y en las regiones rurales creció al 85%, según afirmaciones de Oscar Calle, presidente de la Cámara Nacional de Comercio.

Actualmente, la minería da ingresos a miles personas, especial¬mente en la corporativi-zada y chica (privada). Se caracterizan por demandar una fuerza laboral poco calificada y un bajo grado de mecanización.

La Federación de Cooperativas Mineras de Oruro (FEDECOMIN), agrupa a 65 cooperativas. Según el secretario general Edwin Fuentes Camacho, la mayoría de los trabajadores son jóvenes de 18 y 30 años.

A la consulta sobre “trabajo digno y formal”, Fuentes Camacho responde que “la mayoría tiene seguro de salud y a largo plazo, pero hay dificultades con los beneficiarios que no regularizan sus aportaciones a la Caja y a las administradores de fondos de pensiones”. “El tema digno, en Oruro no existen peones, subcontratistas u otro tipo de explotación laboral de los mismos cooperativistas”, asegura.

“La minería estatal, pasa en Huanuni más por decisiones políticas que por técnicas o productivas”, afirmó Carlos Sandy, ex parlamentario y actual docente de la Universidad  Técnica de Oruro, en una conferencia sobre el tema Formulación del Estatuto Departamental, en abril de este año.

Economía Estancada

“Oruro vive un estancamiento económico, la contabilidad entre importación y exporta-ción 2012 es deficitaria (Exportaciones: 413 millones de dólares. Importaciones: casi 758 millones de dólares). Un modelo económico serio dinamiza dos elementos: trabajo y capital; el primero educación ausente como factor estratégico de transformación; el segundo, la tecnología que generará productividad, también ausente.

“Las mayores inversiones fueron dadas en construcción por factores externos como en-vío de remesas del exterior, en la lógica de retención de inversión y demanda local de mano de obra. Bajo estas condiciones, no cambió la realidad  laboral o productiva de Oruro y el país”, según Ramiro Lujan (profesor universitario,  durante el programa “Perfiles” dirigido por Ricardo Rocha, el 9 de septiembre de 2015, Radio Fides Oruro).

Bolivia experimentó un crecimiento económico anual del orden del 5%, que, según Ro-dolfo Stuchi, consultor internacional, puede ser más si consideramos factores tradicio-nalmente no tomados en cuenta como la eficiencia del mercado laboral, innovación, adopción de nuevas tecnologías, educación, formación laboral, infraestructura y acceso a financiamiento, entre otros. Según Stuchi, en su propuesta presentada en agosto pasado en un taller de la Fundación para el Periodismo dirigido a periodistas, afirmó que “Bolivia, a pesar de su crecimiento sostenido, tiene la productividad más baja en Amé-rica Latina”.

Agenda Gubernamental sin Jóvenes

Víctor Hugo Vásquez Mamani, Gobernador del departamento de Oruro, en entrevista en Radio Fides Oruro.

Sobre el programa electoral, el actual Gobernador del departamento de Oruro Víctor Hugo Vásquez, propuso:

– Apoyo, fomento y seguridad a la inversión en la micro, pequeña, mediana y gran empresa.

– Atraer la inversión privada (nacional y extranjera) en sectores que desarrollen tecnología de punta, produzcan empleo y respeten el medio ambiente.

– Consolidación de empresas publicas departamentales en la industrialización de fibra, cuero, carne, quinua y horticultura.

– Industrialización de los recursos evaporíticos.

Ninguna de estas propuestas  es explícita cuantitativamente en materia laboral, enten-diendo que es implícito y genérico, como improbable.

Edgar Bazán Ortega, actual Alcalde Municipal de Oruro, propone una relación de obras civiles y sociales, sin ninguna alusión específica a empleo.

Conclusión, el empleo está ausente en la agenda gubernamental departamental y local.

¿Cuánto se observa la debida diligencia en procesos de violencia hacia las mujeres?

Erika Bruzonic

Alianza Libres sin Violencia, conjuntamente con la Comunidad de Derechos Humanos llevó a cabo en 2015 un estudio de medición sobre el grado de cumplimiento de la debida diligencia en la atención a mujeres en situación de violencia, según lo dicta la Ley 348 (Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia). En el estudio, realizado bajo la metodología de tipo cuanti-cualitativo de los servicios públicos que prestan atención a mujeres en situación de violencia y a víctimas de trata en 28 municipios, se encontraron grandes y persistentes problemas que actualmente impiden que las mujeres en situación de violencia accedan debidamente a la justicia.

Hallazgos

El   estudio, que comprende el periodo entre marzo y agosto de 2015, da cuenta de la revisión de 287 procesos judiciales y entrevistas a servidores públicos en los municipios de La Paz, Coroico, Copacabana, El Alto, Viacha, Achacachi, Santa Cruz, Cotoca, Camiri, San Ignacio de Velasco, Cochabamba, Quillacollo, Tiquipaya, Sacaba, Anzaldo, Trinidad, Rurrenabaque, Cobija, Sucre, Monteagudo, Potosí, Chuquihuta, Oruro, Huanuni, Tarija, San Lorenzo, Padcaya y Yacuiba. Los hallazgos revelan varias dificultades que aún limitan el acceso a la justicia de las mujeres en situación de violencia y víctimas de trata; desnudan también las falencias institucionales que impiden una mejoría en los servicios diseñados para estas mujeres y de la sociedad en su integridad.

Las falencias, cuantificadas porcentualmente, develan lo siguiente:

– 201 (70%) usuarias opina que el trato que recibieron en la FELCC fue de regular a malo.

– Un 80% de profesionales abogados consultados opina que el personal de la  FELCV  no está capacitado del todo en violencia de género, especialmente en lo que hace a la revictimización y el trato digno que se debe a las víctimas.

– Un 86% de las víctimas de delitos sexuales no recibió anticoncepción de emergencia y tratamiento para prevenir ITS y VIH en los servicios de salud.

– 166 (58%) usuarias indican que tuvieron que realizar gastos durante la investigación a pesar del principio de gratuidad de la Ley, expresado también en la Ley 348.

Otros hallazgos dan cuenta, por ejemplo, de conductas individuales del personal de estos servicios que causan efectos institucionales negativos para las víctimas y, al devenir práctica, pueden generalizarse. Tales conductas consisten en apartarse de las leyes o aplicarlas discrecionalmente. Así, se revela una voluntad institucional débil que incide en la causa y desarrollo de las falencias encontradas. Adicionalmente,  hay una falta de medidas institucionales para resolver problemas como la movilidad del personal, tanto en el caso de la FELCV como de la FELCC, Fiscalía y los SLIM, cuyos cambios frecuentes afectan a las víctimas y generan retardación de justicia.

Por otra parte, se provoca indefensión en las víctimas al atenderlas con el único enfoque de cumplimiento de pasos procesales, sin otorgarles protección inmediata y colocándolas en riesgo de nueva agresión y feminicidio. El procedimiento penal es largo y laberíntico para una mujer a la que, en la mayoría de los casos, le ha costado mucho decidirse a denunciar la violencia.

A pesar de que la Ley 348 se encuentra en plena vigencia desde 2012, no se ha conseguido el grado de especialización requerido para la atención de mujeres en situación de violencia. Finalmente, las grandes limitaciones presupuestarias impiden al Ministerio Público, la FELCV, la FELCC, órgano judicial, los SLIM y otros promotores de la denuncia ampliar su cobertura, contar con unidades móviles, incrementar sus recursos humanos para una atención integral, mejorar su infraestructura, contar con mobiliario, materiales, insumos, transporte, etc.

Al otro lado del espectro, el estudio evidencia que en algunas oficinas de la FELCV, que tienen más casos que otras, se muestran buenas prácticas y logran brindar servicios de calidad; de igual modo, fiscales con la misma carga procesal que otros, cumplen con los plazos procesales y aplican las medidas correctas para no revictimizar a las mujeres. También se evidencia que hay jueces que descartan salidas alternativas convenientes para los agresores y brindan justicia a las víctimas. Triste es admitirlo, ellos son la excepción.

Recomendaciones

Entre las recomendaciones que realiza el estudio para la optimización de la debida diligencia en procesos de violencia hacia las mujeres, están las de realizar mejores y mayores esfuerzos en la sensibilización y capacitación al personal, para brindar un trato digno, con calidad y calidez, a las mujeres y familiares que denuncian estos hechos. Debe mejorarse los sistemas de selección y designación de funcionarios; fortalecer los mecanismos de monitoreo y control internos, y aplicar medidas disciplinarias según corresponda. A esta mejora debe aparejarse un replanteo de las políticas de personal y adoptar medidas internas para garantizar el cumplimiento de los procedimientos y brindar capacitación focalizada en la dignidad del trato a estas mujeres.

Es imperativo que todos los involucrados e involucradas desarrollen conciencia sobre el enfoque integral que conlleva la atención a las víctimas y sobre el hecho de que acceder a la justicia en estos casos significa tanto el ingreso al sistema penal para lograr una sanción para el agresor, como el cumplimiento garantizado de los principios de protección y reparación. Todo lo anterior se torna inviable si no se incrementa el presupuesto de las instituciones que son parte de la cadena de atención a un nivel que permita el fortalecimiento de estos servicios. No se priorizan medidas para ello desde el gobierno central o las entidades territoriales autonómicas.

Por último, no es descaminado pensar en la adopción de un nuevo Código del Sistema Penal, como una oportunidad para simplificar, real y efectivamente, el procedimiento para delitos de violencia, en especial de violencia familiar y doméstica que son el 89% de los casos atendidos por los servicios. Hacerlo sería resignificar los principios de inmediatez y celeridad dentro del proceso de debida diligencia, y los casos podrían resolverse de forma expedita, incluyendo la debida sanción para los agresores.

Santiago Radice: «En periodismo digital lo más importante es sumarse a las nuevas movidas y no quedarse atrás»

 

Santiago Radice

Editor de Redes Sociales del diario Clarín de Argentina

“Hoy en día, tenemos una capacidad enorme de enterarnos de todo, no hay barreras, internet abrió todas las puertas del mundo” asegura Santiago Radice, el editor del Clarin Digital, a tiempo de señalar que en algunos países,  como en los Estados Unidos, Inglaterra o Francia,  el periodismo está muy avanzado  y en otros está empezando a dar sus primeros pasos.  

El periodista argentino estuvo en La Paz para conducir un taller de periodismo digital en la Fundación para el Periodismo y fue docente en la Maestría en Periodismo que impulsa esa institución junto a la Universidad Nuestra Señora de La Paz.  La FPP aprovechó la oportunidad para dialogar con él sobre el periodismo moderno y las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Este fue el diálogo:

 ¿Cuál es la estructura de un periódico digital?

S.R. Bueno es complejo. Se necesita mucha gente escribiendo, editores, un equipo de home, de redactores, de redes sociales para generar una cobertura 360, un editor de fotografía, gente que trabaje con estadísticas, eso sería lo ideal para tener un sitio web ordenado y prolijo. Después viene el desafío que no se logra solucionar, cómo monetizar la página web, tenemos mucha gente en la web pero generamos pocos ingresos.   

¿Cuál es la diferencia entre multimedia y transmedia?

S.R. Es un tema delicado porque creo que lo multimedia necesitamos aprovecharlo cada vez más. Yo les comentaba (a los participantes) que debemos aprovechar los celulares, empezar a usar los videos que es un contenido estrella que hoy en día todas las empresas del mundo y los diarios indican que existe gente que consume por mucho tiempo los videos y hay que aprovechar eso, las infografías animadas y todo el contenido dinámico.

¿El Clarín tiene alguna estrategia de cobertura diaria o cobertura especial?

R.S. El Clarín piensa en digital, se da prioridad en lo digital antes que al papel, se trabaja pensando primero en la web y después en el diario. Obviamente existe una estrategia para eventos especiales en donde se reúne el equipo y se trabaja en la cobertura, pero reitero, lo primero es la web después el papel.

¿Cuál es la estrategia de cobertura?

R.S. Depende de la cobertura. Generalmente implica cobertura para web y para redes sociales. Ahí cada editor piensa una idea, una herramienta especial para generar un valor agregado, se planifica y se realiza una buena cobertura para nuestros lectores.

¿En tu opinión cuáles son los aportes de la tecnología al periodismo?

S.R. Uno de los principales aportes y que tiene que ver con las nuevas generaciones es de  aprovechar al máximo la tecnología y las herramientas web. Hoy en día, tenemos una capacidad enorme de enterarnos de todo, no hay barreras, internet abrió todas las puertas del mundo, estamos todos conectados y hay que aprovechar la tecnología a disposición del periodismo que hoy en día es una de las revoluciones más importantes que nos tocó vivir.   

¿Cuál es tu percepción del periodista boliviano?

S.R. Veo que la falta un poco la cultura digital, pero tiene lo más importante que es las ganas, el problema del periodista es cuando no tiene ganas y cuando piensan que con tan sólo escribir ya está hecho todo. Hay grandes valores para empezar a trabajar y bueno hay que generar equipos, seguir a los que hacen las cosas bien, eso es lo importante, no ser celoso del otro, si vemos que alguien lo está haciendo bien, preguntar, ser curiosos, que nos expliquen, hay que aprovechar al máximo todo lo que tenemos al alcance y no quedarnos atrás.

Presupuestos participativos: Otorgándole el poder al ciudadano

El pasado jueves 26 de noviembre, tuvo lugar un taller acerca del presupuesto participativo (PP) en el gobierno electrónico. El taller, en el que participaron 20 funcionarios de las ciudades de La Paz y El Alto, fue organizado por el Observatorio La Paz Cómo Vamos y dirigido por la capacitadora Magda Mazurek, de la GIZ (Cochabamba).

La idea del presupuesto participativo nació en Brasil, específicamente en Porto Alegre, a finales de los años 90. Este concepto latinoamericano tuvo tanto éxito que en el año 1996 la ONU lo apoyó, proclamándolo como una herramienta de beneficio al ciudadano. Hasta el día de hoy, Brasil sigue siendo la nación con el mayor número de proyectos de presupuesto participativo. Le siguen países como Argentina y Uruguay, hasta más tarde llegar a Europa, continente en el cual los PP no tuvieron la misma repercusión que en América Latina.

Pero ¿a qué se debe el éxito del PP? Se trata de una herramienta de gestión pública que le otorga a la sociedad civil un cierto poder a la hora de decidir sobre la distribución de recursos del presupuesto público.  El mayor éxito de este concepto se debe a las consecuencias positivas que conlleva darle al ciudadano el poder de decisión: pues con el PP viene una mejora de sus oportunidades. Hoy en día, con las redes sociales, la distribución de la información acerca de estos proyectos se convierte en un juego de niños. La clave del éxito de todo el proceso es el alto nivel de participación de la ciudadanía.

En resumen, los PP devienen en constituirse como un sinónimo de democracia. Son un factor de las ciudades inteligentes, en las que el ciudadano es un agente activo, con poder decisivo y una participación crucial, pues al final el funcionamiento de las sociedades hoy en día depende en gran parte del nivel de participación de los ciudadanos que las componen. Mientras más participativa es la sociedad, más se termina favoreciendo aquellos proyectos y aquellas obras que realmente le importan al ciudadano. Los PP son la herramienta necesaria para que estas mismas obras se puedan realizar.

 

Cómo los medios tratan a las mujeres: Hombres y mujeres: diferencias que no se cierran

Presentación de la investigación periodística de Patricia Flores en la Fundación para el Periodismo el pasado 24 de noviembre de 2015.

En un país en el que, en promedio, cada tres días tiene lugar un feminicidio –y que por lo tanto se convierte en el segundo país latinoamericano con el nivel más alto de feminicidios–, el tema del machismo y del patriarcado supone obviamente uno de los mayores problemas de la actual Bolivia. Es por ello que la Fundación para el Periodismo encargó una investigación acerca del tema a la periodista Patricia Flores.  Ayer, martes 24 de noviembre, tuvo lugar la presentación bajo el título «Entre el discurso y la realidad – Tensiones entre patriarcado, machismo y homofobia».

En su presentación, Patricia Flores nos habló de cuánto las mujeres en los medios masivos de comunicación están vinculadas solamente a una gama muy estrecha de temas, sobre todo relacionados a la violencia. Los hombres, sin embargo, hoy en día en programas televisivos aparecen fungiendo de expertos en todos los ámbitos, incluso en temas notoriamente asociados a las mujeres, como lo son la cocina y la belleza. Con sólo ponerles un terno y una corbata ya derrochan seriedad y pericia. Nunca a un hombre se le ve vestido «con poquita ropa» en un programa televisivo, dando consejos de cualquier tipo a los espectadores.  Mientras tanto, las mujeres suelen ser abordadas desde su feminidad y por muy alto que sea el cargo que una mujer tenga, si tiene hijos, la pregunta sobre su rol como madre es casi segura.

Las mujeres hasta el día de hoy siguen siendo seres subalternos. Si bien han empezado a liberalizar el emprendedurismo y en muchos hogares son ellas las jefas y las proveedoras, se las sigue tratando como víctimas en muchos ámbitos, entre ellos, los medios de comunicación. Ahí no son abarcadas como personas fuertes, sino que se las debilita y sus éxitos y logros son invisibilizados. Lo que atrae al público y por lo tanto, según los medios, vale contar es lo espectacular; en otras palabras: la violencia. Ésta es espectacularizada. El concepto de noticia en los programas televisivos se ha convertido además en algo diluido. En la televisión ya se pasa de una noticia frívola a otra alegre en un santiamén.

Si bien el trato de las mujeres en general por parte de los medios de comunicación masiva deja mucho que desear, hay que diferenciar entre los diferentes tipos de medios. Los periódicos, por ejemplo, están haciendo un esfuerzo para retar los estereotipos de género, algo que sin embargo no está sucediendo en la televisión. Gracias a un número de campañas ya se constata un trato más respetuoso de la diversidad sexual y de género. No obstante, tanto en televisión como en los periódicos sigue habiendo una ausencia de esta misma diversidad.

Hoy en día las redes sociales, con su ubicuidad y su uso intuitivo, se han convertido en la nueva tierra fértil para plantar semillas patriarcales y machistas. En las redes sociales ahora brotan mensajes sexistas y publicidad en la que la mujer es cosificada, como en el caso de una campaña publicitaria para la cerveza orureña Auténtica. A dos años de la implementación de la Ley 348, los avances son ínfimos. Hoy no solamente se puede constatar que el machismo no ha regresado sino que además se ha vuelto más violento y cada vez más terrorífico. Es importante recordar que el 70% de los casos de violación ocurren en el hogar y por familiares.

La revolución feminista que se inició en el pasado siglo sigue vigente, si bien de forma invisible.  Las mujeres están en segundo plano desarrollando nuevas dinámicas económicas y culturales y un cierto número de hombres es cada vez más permeable a la igualdad de oportunidades que hombres y mujeres deben compartir. Y este número felizmente va en aumento. Queda por esperar que en un futuro cercano incluso se deje de hablar de que «las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres», si es que a eso llegamos, y se comience a decir que «las mujeres y los hombres tenemos los mismos derechos».

 

Bolivia requiere instituciones fuertes para frenar discriminación femenina

ULTIMAHORA.COM

Estos temas aparecen recurrentemente en las recomendaciones del Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) al Estado boliviano, que se sometió a escrutinio de esa entidad en julio pasado.

Los aspectos más importantes del documento fueron difundidos esta semana en La Paz en un encuentro de periodistas con representantes de las Naciones Unidas, promovido por la Comunidad de Derechos Humanos (CDH) y la Fundación para el Periodismo.

La secretaria técnica de la CDH, Mónica Bayá, señaló a los medios que en las recomendaciones hay ejes «que son transversales» y que han sido enfatizados en las áreas examinadas.

Estos ejes son el «fortalecimiento de la institucionalidad del Estado», sobre todo de las entidades responsables de determinadas políticas o servicios para las mujeres, y «la necesidad de dotar de mayores recursos financieros, humanos y técnicos» para aplicar las normas de protección a los derechos de las mujeres, dijo Bayá.

Indicó que el comité resaltó la disminución de la extrema pobreza gracias a las políticas gubernamentales que permitieron mejorar los ingresos del país y que de ese avance surgió la recomendación de que esas mejoras económicas «se reflejen en las políticas de género para las mujeres».

La CDH es parte de una coalición de 135 organizaciones de la sociedad civil que presentó un informe «alternativo» al documento oficial entregado por el Gobierno al CEDAW.

Según Bayá, el Comité destacó los logros bolivianos en la participación política de las mujeres, pero a la vez indicó que «a partir de medidas especiales y acciones afirmativas» se podría obtener avances similares en otras áreas.

Otros aspectos pendientes son la cobertura de servicios, en particular en las áreas rurales, y la necesidad de crear un mecanismo de «rendición de cuentas» para garantizar que se asignen presupuestos y personal suficiente, y lograr así el cumplimiento de las normas vigentes para las mujeres.

El CEDAW planteó que para articular todas las políticas en favor de las mujeres y elaborar presupuestos «con enfoques de género» se cree un «ministerio de asuntos de la mujer» o una instancia similar que tenga esas facultades, según el documento de recomendaciones.

Un tema ineludible en Bolivia es la violencia de género, al ser éste el país latinoamericano con mayores tasas de violencia machista y el segundo en violencia sexual después de Haití, según datos de ONU Mujeres.

Al respecto, el Comité lamentó la prevalencia de la violencia de género «física, sexual, psicológica y económica», el bajo número de imputación y condenas a los culpables en estos casos y «la falta de una estrategia» para prevenirla.

«El Comité recomienda al Estado que elabore con carácter prioritario y dentro de un plazo específico una estrategia para prevenir la violencia contra la mujer», señala el documento.

La carencia de una estrategia en este sentido también fue abordada en un foro sobre la aplicación de la normativa sobre los derechos de las mujeres realizado esta semana en La Paz por iniciativa de Alianza por la Solidaridad con el apoyo de la cooperación española y la Unión Europea.

En ese evento, el coordinador general de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), Francisco Sancho, afirmó que la violencia contra las mujeres «es una de las violaciones de derechos humanos más extendidas en el mundo» y que «sin estrategia de género corre peligro todo el desarrollo».

Además, las expertas del CEDAW recomendaron que los casos de violencia de género «bajo ninguna circunstancia» se remitan a procedimientos alternativos de «arreglo de controversias, sino que sean juzgados por tribunales de justicia.

También pidieron tener un solo registro de cifras sobre violencia intrafamiliar y difundirlas periódicamente, entre otros aspectos.

Bayá destacó que las recomendaciones del Comité permiten al país «generar una agenda de coincidencias» que señalará el «norte común» que deben seguir «todas las instituciones del Estado, la sociedad civil» y la cooperación internacional.

La representante en Bolivia del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Ana Angarita, señaló a los medios que las propuestas del Comité «son una hoja de ruta para la eliminación de la discriminación hacia las mujeres».

Bolivia debe presentar en 2017 información sobre las medidas y avances relacionados con las recomendaciones hechas este año y entregar en 2019 un nuevo informe.

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