Editor diciembre 3, 2021

El periodismo con perspectiva de género procura el respeto integral de los Derechos Humanos de las poblaciones vulnerables (Foto: Luis Gandarillas).

 

La manera en la que las y los periodistas abordan la historia de un feminicidio puede reforzar la idea de una sociedad machista o, en su caso, aportar a desmontar patrones de violencia sistemática.

 

Por Josué Daza
Edición: Patricia Cusicanqui

La manera en que las y los periodistas cuentan una historia, el titular, la narración y las ilustraciones, son determinantes para la construcción de la opinión pública y el imaginario social. Al tratarse de feminicidios y/o crímenes violentos, este conjunto informativo influye, ya sea como factor promotor del delito o bien como factor preventivo contra el crimen.

La periodista, escritora y feminista colombiana Catalina Ruiz-Navarro plantea como tema de análisis y debate la siguiente pregunta: ¿qué es pertinente en un texto? Es sabido que el periodismo busca un “gancho” para atrapar a las y los lectores, pero apostar por una narrativa desde el punto de vista del asesino se constituye en una apología del criminal.

Las historias de feminicidio hablan de patrones sociales que culminan en el asesinato de mujeres por su sola condición de mujer. Empatizar con el feminicida o reproducir una guía paso a paso del feminicidio no es aceptable desde el periodismo con perspectiva de género.

Según la experta, el enfoque debe dar el contexto del crimen y no establecer prototipos de víctimas o feminicidas. La narrativa corre el riesgo de romantizar el hecho, como en la crónica de inmersión, cuando se narran detalles de la muerte generando morbo sin un aporte concientizador.

“Hay un detalle y gusto en contarnos esto (el sufrimiento romantizado del asesinato) … ¿qué mujer que pueda ser víctima de feminicidio va a leer esta historia? ¿O esto está pensado para que únicamente lo lean otros hombres?”, se pregunta Ruiz-Navarro respecto del análisis del texto “El joven que tocaba el piano (y descuartizó a su novia)”, publicado años atrás en una revista México y que causó revuelo e indignación por sus contenidos.

 

Rigurosidad y función social

Asimismo, las fuentes deben informar y no estigmatizar con prejuicios, la selección de estas y el retrato de las y los involucrados deberán reflejar la transparencia, imparcialidad y rigurosidad de la recopilación de información.

“Un periodismo con enfoque de género informa qué es el feminicidio tras la consulta a personas expertas, presenta cifras y cumple una función social, utilizando un criterio pedagógico” citan Fabiola Calvo y Victoria Alean en la guía “Pistas para narrar historias con enfoque de género”.

Además, para este tipo de coberturas, las autoras recomiendan el “desnaturalizar toda forma de violencia contra las mujeres y promover desde el ejercicio de la comunicación la indignación, la denuncia, la visibilización y la acción pública”.

Las descripciones, las justificaciones, los detalles, la construcción del texto, el enfoque y orden de información delatan el punto de vista de quien narra una historia. Finalmente, se resalta que obviar el enfoque de género al construir información, no borra a las mujeres ni su rol en las historias.