Plataformas ciudadanas
«Política sí, pero no partidaria»
Paola Andrea Saavedra Ostojic
Tras los resultados del referéndum del 21 de febrero de 2016, cuando ganó la opción que negaba a Evo Morales y Álvaro García Linera la posibilidad de habilitarse como candidatos en las elecciones de 2019, en el territorio nacional se comenzó a escuchar el término «plataformas ciudadanas».
Con este rótulo se designa a ciertos grupos de ciudadanos organizados quienes iniciaron su actividad con una vigilia en el lugar donde se hacía el conteo final de votos del referéndum. Más tarde, comenzaron a reunirse para exigir el respeto del resultado del voto ciudadano. Así es como ingresaron en la arena política.
Sin embargo, el caso de la plataforma ciudadana Otra Izquierda es Posible es singular. Su líder, Alberto Astorga, cuenta que la misma ya nació en la campaña del referéndum bajo la creencia de que en ese momento el país no era gobernado por la izquierda, ya que el MAS realmente no pertenecía a esta corriente. Los 16 miembros iniciales decidieron entonces que su nombre sería Otra Izquierda es Posible. Estos 16 miembros pasaron a ser más de 550 en un corto tiempo con una característica principal: la mayoría de ellos no sobrepasaban los 37 años de edad.
La presencia de esta organización en el escenario sociopolítico se asienta en el activismo ciudadano, con escasas perspectivas de entrar en la arena política; por ejemplo, en las elecciones generales de 2019. «Queremos que el dictador de Evo Morales y su cúpula de seguidores que se instalaron en el gobierno y hoy creen que son inamovibles dejen Palacio de Gobierno y respeten la democracia instalada en Bolivia. Hacemos política ¡sí! pero no partidaria”, afirmó Alberto Astorga.
En contraste con el pasado, cuando las luchas sociales partían de una decisión política e ideológica; hoy, estos movimientos colectivos se reducen a una acción más reactiva y coyuntural, sin avizorar su transformación en organizaciones políticas.
Generación 21, agrupación ciudadana de jóvenes cruceños, es una de las plataformas más representativas del oriente boliviano. Se trata de un grupo de jóvenes que aglutina a excívicos cruceños y líderes universitarios, quienes se sumaron de a poco a esta iniciativa con fines democráticos.
Ellos nos dejaron en claro que aún no tienen una visión pensada sobre todo el país, por lo que desestiman hacer una apuesta política partidaria en las elecciones de 2019. “De momento no estamos en carrera electoral. Nuestro principal objetivo es que se respete la voluntad del ciudadano del 21 de febrero del 2016”, señaló uno de sus coordinadores, Jairo Guiteras.
La pregunta que muchos se hacen es si estas agrupaciones están dispuestas a fusionarse con la oposición parlamentaria y partidaria que se alista a participar en las elecciones. Para los representantes entrevistados, hablar de candidaturas y de participación en las urnas está lejos de la realidad sin descartar nada. Astorga, por ejemplo, plantea la defensa del voto y niega estar vinculado a la oposición, a la que acusa de haber tenido una “vergonzosa participación durante los últimos años”, en especial por su incapacidad para alertar a la ciudadanía del riesgo que representaba el intento del MAS de aprobar el Código del Sistema Penal.
Para los partidos de oposición, en cambio, los denominadores comunes que tienen los partidos con las plataformas lideradas por jóvenes, son muchos. Para el jefe de la bancada de Unidad Demócrata, el diputado Gonzalo Barrientos, la oposición tiene una agenda similar al de las agrupaciones: «Nuestro fin es claro. Se debe respetar los resultados de la votación del 21 de febrero», explica. Sin embargo, al mismo tiempo, Barrientos también niega que exista alguna clase de coordinación entre plataformas y oposición partidaria. Eso sí, considera que el movimiento ciudadano será un valioso aliado en 2019.
La percepción del MAS es totalmente diferente. En varias oportunidades el oficialismo calificó a estos grupos como “vendepatrias” o los acusó de estar financiados por el imperialismo. La última ocasión en la que se dieron estas acusaciones fue durante los festejos del 6 de Agosto.
Para la asambleísta nacional por el Movimiento al Socialismo, Concepción Ortíz, estos grupos no son ciudadanos sino políticos y buscan desestabilizar la gestión de Morales y truncar la Agenda 2025, plateada por el Primer Mandatario como plan de desarrollo del país hasta el Bicentenario.
Finalmente, los académicos consideran que las plataformas tienen una participación interesante en el panorama político, ya que sirvieron para agrupar jóvenes con fines políticos y hacerles soñar con que es posible gobernar y conquistar espacios de poder. Mientras algunos piensan que la proliferación de las plataformas ciudadanas refleja la crisis del sistema político nacional, para otros éstas tienen el perfil de movimientos corporativos de defensa. Finalmente, otros más creen que son expresión de la aparición de tendencias conservadoras en el ámbito político.