Las personas que tenían un televisor lograban captar imágenes únicamente en blanco y negro. Las noticias internacionales, en el mejor escenario, eran conocidas dos días después de haber sucedido.
La televisión estatal en Bolivia se ha caracterizado por no tener filosofía, personalidad y mucho menos una política estable que permita el equilibrio informativo y de lugar a una mayor credibilidad de las personas.