Las emisoras mineras bolivianas, que surgieron entre 1930 y 1940, se constituyeron en un verdadero ejemplo de lo que es la comunicación popular, transformando las características de la comunicación dominante.
Las radios mineras no fueron un proyecto nacido en bloque, pensado o ejecutado por el organismo sindical o por un partido político, sino que fueron el resultado de la iniciativa de los propios trabajadores de aquella época.